[Transcripción de un discurso realizado en la Universidad Mises de 2009]
Para empezar, quiero repetir unos pocos apuntes que he realizado en mi lección previa sobre derecho y economía y luego quiero ocuparme de un tema completamente distinto del que traté en esa lección previa.
Porque hay escasez en el mundo podemos tener conflictos respecto de estos recursos escasos. Y porque los conflictos pueden existir donde y cuando exista escasez, necesitamos normas que regulen la vida humana. Normas—el propósito de las normas es evitar los conflictos. Y para evitar los conflictos relativos a los recursos escasos, necesitamos reglas de propiedad exclusiva de dichos recursos escasos o, por decir exactamente lo mismo, necesitamos derechos de propiedad para determinar quién tiene derecho a control qué y quién no tiene derecho a controlar qué.
Estas reglas, he defendido en mi lección previa, las reglas que los austriacos consideran como reglas capaces de hacer esto, evitar el conflicto y, al mismo tiempo, siendo reglas justas son las siguientes. Una es que toda persona se posee a sí misma, su propio cuerpo físico. Tiene control exclusivo sobre su propio cuerpo físico. La segunda regla se refiere a cómo adquirimos la propiedad, el derecho de control exclusivo de los recursos escasos fuera de nuestro cuerpo en el mundo externo. Previamente—inicialmente, el mundo exterior no tiene dueño y adquirimos propiedad sobre objetos fuera de nuestro cuerpo siendo los primeros en poner en uso ciertos recursos y, por tanto, nos convertimos en propietarios. A esto se califica a veces como apropiación original u ocupación. Las reglas número tres y cuatro están implícitas en las dos previas. Quien usa su cuerpo físico y aquellas cosas de las que se apropia originalmente para producir algo, para transformar cosas a un estado más valioso de cosas, se convierte, por tanto, en el propietario de lo que ha producido. El producto posee el producto. Y finalmente, también podemos adquirir propiedad por transferencia voluntaria de un propietario previo a otro posterior.
De nuevo solo destacamos en esta lección que hay reglas intuitivamente sensatas: quién debería poseernos salvo—quién debería poseernos, excepto nosotros mismos. Que alguien deba poseernos suena absurdo. ¿Deberá el segundo en llegar ser el propietario que no ha hecho nada a un recurso, en lugar del primero? De nuevo esto suena absurdo. ¿El productor no posee el producto, sino alguien que no lo ha producido debería poseer el producto? De nuevo esto suena absurdo. Y evidentemente, regla número cuatro, si fuera posible simplemente tomar algo de otra gente contra su consentimiento, la civilización sería destruida al instante.
Además, también se dan cuenta de que, si sigues estas reglas, en líneas generales, se maximizará la riqueza. Y si seguimos estas reglas, entonces pueden evitarse todos los conflictos.
Ahora la cuestión es que hay, por supuesto, gente que dice ¿y qué? Aunque podamos justificarlas y demostrar que son económicamente beneficiosas de seguir y que todos los conflictos pueden evitarse si la gente siguiera estas reglas, habría delincuentes. Habrá criminales, mala gente mientras exista la humanidad. ¿Qué hacemos con esta gente? ¿Cómo aplicamos estas reglas? Exponerlas simplemente no significa que la gente actúe realmente de acuerdo con ellas bajo cualquier circunstancia. Siempre habrá mala gente.
Los liberales clásicos dieron la siguiente respuesta a la pregunta de cómo aplicamos estas reglas. Dijeron que es tarea del gobierno, tarea exclusiva de un Estado. Un Estado no hace nada más que asegurarse de que todo el que incumple estas leyes será golpeado en la cabeza y devuelto a la razón.
¿Qué tenemos que hacer ahora con esta respuesta de los liberales clásicos? Incluye también en este caso a Ludwig von Mises. Y la postura de Ludwig von Mises era precisamente que estas reglas son las reglas de una sociedad justa y es la tarea del estado ver que la gente siga estas reglas y castigar—y amenazar con castigar a los potenciales delincuentes.
Ahora, el si esta respuesta es correcta o equivocada, es decir, el si es tarea del Estado y el Estado la realizará eficientemente, eso depende, por supuesto, de cuál sea la definición de un Estado. Y no les estoy dando una definición original del Estado, sino esa definición que es más o menos aceptada por todo el que haya escrito acerca del Estado. Es la definición estándar del Estado. Y esa es que el estado es un monopolista territorial de la toma última de decisiones o del arbitraje definitivo en cierto territorio. Es decir, siempre que aparezca un conflicto, el Estado es el árbitro definitivo que decide quién tiene razón y quién se equivoca. No hay apelación más allá del Estado. Es la palabra final: tú tienes razón, tú no. Y esto implica asimismo que el estado es el árbitro final, el juez final, el que toma la decisión final incluso en casos de conflictos que impliquen al estado o a sus propios agentes. Veremos en un momento que es una implicación muy importante de lo que es un estado y, a partir de ahí, se deducen muchas consecuencias.
Un corolario de esto es que el Estado es por tanto la única agencia a la que se permite fijar impuestos al pueblo, determinar unilateralmente el precio que debemos pagar por prestarnos este servicio, es decir, aplicar estas reglas.
Ahora, dada esta definición del Estado, quiero demostrar que es una ilusión creer que el Estado tenga éxito en hacer lo que, según los liberales clásicos, es su única y exclusiva tarea de aplicar estas reglas.
El primer argumento contra esta postura de un Estado mínimo, es decir, mira, en economía siempre decimos que un monopolio es malo desde el punto de vista de los consumidores. Destaco «desde el punto de vista de los consumidores». Desde el punto de vista de un productor, un monopolio es siempre estupendo y la competencia es siempre terrible. Pero desde el punto de vista de los consumidores, la competencia es buena y el monopolio malo, por la sencilla razón de que siempre que tenemos un monopolio el precio de los productos será superior del que sería en otro caso y la calidad del producto será inferior de la que sería en otro caso porque está protegido ante la competencia de otra gente que entre en el mercado ofreciendo precios inferiores u ofreciendo productos de calidad superior. Si tenemos libre competencia, hay intentos constantes de los productores de producir con los menores costes de producción posibles, lo que se traduce en forma de precios inferiores para los consumidores y de producir el producto de la máxima calidad. De otra manera, simplemente perderíamos en la competencia contra otros. De otra manera, invitaríamos, por decirlo así, a competir contra uno mismo.
Así que el primer argumento sería sencillamente, ¿Por qué no debería ser esto también verdad para proporcionar servicios de protección de nuestra propiedad privada? ¿Por qué no debería ser bueno un monopolio en esta área, ya que en todas las demás decimos que es malo? No solo esto, cuando se refiere, por ejemplo, a un monopolio en la producción de leche, entonces todos podemos decir, sí, un monopolista de la producción de leche ofrecerá un producto comparativamente malo a precios comparativamente altos. Así que así obtenemos un producto malo.
Pero cuando se refiere a un monopolio de ley y orden, de toma de decisiones finales, la situación es realmente mucho peor. No solo pueden producir, por decirlo así, un producto malo, lo que un monopolista de toma de decisiones finales puede producir es que puede producir males de la siguiente manera.
Mira, si soy el que toma la decisión final en cualquier estado de cualquier conflicto que pueda producirse, ¿qué puedo hacer? Lo que puedo hacer es causar un conflicto yo mismo y luego ser el árbitro de mi propio caso. Puedo así determinar quién tiene razón y quién no. Si yo mismo he causado el conflicto, entonces, por supuesto, es fácil predecir lo que decidirá un monopolista. Decidirá que estoy completamente justificado para hacer lo que hice a esta parte demandante y tengo razón.
Un policía te golpea en la cabeza, te quejas de esto. ¿Quién decide luego quién tiene razón no? Tal vez no el policía directamente, sino otra persona que está contratada por exactamente la misma agencia que también emplea al policía. Así que lo que puedes predecir en esta situación es que, en lugar de tener una situación en que existe una cooperación pacífica entre varios individuos, puedes predecir que habrá constantemente conflictos generados por parte de esa gente que supuestamente protege nuestras vidas y propiedades. Y así se tomará una decisión que le favorece por encima de aquella gente que ha sido agredida por los propios agentes del estado.
Y para empeorar las cosas, pueden asimismo decidir que tienes que pagarles por este tipo de justicia que se te impone. Es decir, primero te golpean en la cabeza, luego deciden que estaba completamente justificado: miraste hacia el lado contrario o lo que sea. Y luego te dicen para este servicio por favor págame 100$ y no puedes decir que no.
En caso contrario, te encarcelaremos. Repito que esto se deduce, por decirlo así, automáticamente de lo que es la definición de un Estado, un árbitro de conflictos incluso en casos en que haya generado dicho conflicto.
Y para rematarlo, los argumentos habituales antimonopolio también son aplicables, por supuesto. Habrá una tendencia constante a que la calidad de la justicia se deteriore y, en paralelo, una tendencia constante a que aumenten los precios de esta justicia de cada vez peor calidad. Debes pagar más y más y más por conseguir menos y menos y menos en términos de justicia.
Así que es un argumento completamente fallido hasta donde puedo ver en defensa de un Estado mínimo. La idea de un Estado mínimo es una especie de absurdo.
Punto siguiente, además de esto, los liberales clásicos cometieron otro error catastrófico, los defensores de los estados mínimos. Cuando los liberales clásicos desarrollaron su programa y vieron enfrente estados que eran, en general, estados monárquicos, reyes y reinas y todo eso, y los liberales clásicos cometieron entonces un error catastrófico. Dijeron que los estados monárquicos era instituciones malas por la razón de que los monarcas, reyes o reinas, tienen privilegios. Reyes y reinas son, por decirlo así, una violación del principio de igualdad ante la ley. El rey puede hacer ciertas cosas que otra gente simplemente no puede hacer y debemos instituir una sociedad en la que se aplique la igualdad ante la ley.
¿Y qué solución propusieron? Propusieron la democracia como solución. Repito, no todos los liberales clásicos, pero sí la mayoría. Y dijeron que la democracia es de alguna manera compatible con la idea de igualdad bajo la ley, porque todos pueden ahora convertirse en rey o reina o senador o primer ministro, en lugar de solo una clase hereditaria de personas.
Ahora quiero demostrar, primero, que es, de nuevo, un error catastrófico creer que la democracia implica igualdad ante la ley. De hecho, todo lo que pasa por sustituir la monarquía por la democracia es que reemplazamos los privilegios personales por los privilegios funcionales. En democracia, nuestros gobernantes democráticos también tienen privilegios comparados con los que tienen los ciudadanos normales.
Les daré solo un ejemplo. Y este privilegio se refleja, por así decirlo, en el hecho de que tenemos una separación o una distinción entre, por un lado, lo que se llama derecho público que se ocupa de la relación entre los gobernantes, los gobernantes democráticos y la ciudadanía y, por el otro, el derecho privado que se ocupa de las relaciones entre ciudadanos privados.
Bajo el derecho público, es decir, si eres un cargo público, puedes hacer cosas que, bajo el derecho privado, nunca podría hacer. Si te robo el dinero de tu cartera, seré castigado como ciudadano privado. Sin embargo, si lo hago como agente de Hacienda, esto no se considerará como un delito, aunque desde el punto de vista de la persona robada no hay absolutamente ninguna diferencia. El derecho público permite robar.
Bajo el derecho privado, si te detengo y te obligo a trabajar en mi jardín durante 16 horas, a esto se le llama secuestro, esclavitud, etcétera y, de nuevo, es un delito punible. Por otro lado, si lo hago como funcionario público y te recluto para el ejército y te envió a morir, a luchar por la democracia en algún lugar, entonces este tipo de cosa sencillamente se llama—estás obligado a prestar un servicio público.
Si tomo tu dinero y se lo doy a otro como ciudadano privado, a eso se le llama robar y tráfico de bienes robados. Si lo hago como funcionario público, se llama política social.
Tomar de alguien y luego pretender ser un generoso benefactor para otros. Basta con mirar a nuestros políticos, van por ahí gastando millones es este y aquel país y los dan a esa gente e incluso consiguen una medalla por hacer estas cosas. No es su propio dinero el que entregan. Así que es tráfico de bienes robados.
Por cierto, que podríamos incluso decir que lo que hacen los estados es incluso peor de lo que hacen los delincuentes privados, ya que, como criminales privados, al menos se conforman con su maldad, al menos desaparecen. La próxima vez puedes prepararte para un ataque así y tal vez golpearles cuando vuelvan. Sin embargo, los Estados hacen eso con una base institucional. Te roban y a la semana siguiente otra vez puedes esperar otra visita de esa gente.
Así que es un error creer que bajo la democracia tienes, por decirlo así, igualdad ante la ley. Solo que los privilegios funcionales ocupan el lugar de los privilegios personales, pero existen privilegios igual que bajo la monarquía.
La situación es incluso peor. Si ves la transición entre—una transición de monarquía a democracia, en la que todos pueden alcanzar cualquier tipo de puesto en el gobierno y no existe ningún privilegio hereditario, lo que tiene lugar aquí es que reemplazamos a alguien que considera al país como su propiedad privada por alguien que es un encargado temporal de un país. Y esto tiene efectos dramáticos.
Para mostrar esto, imaginemos por un segundo que les doy una casa a cada uno. Los hago propietarios de la casa. Ahora puedes traspasarla a tus hijos o hijas o a quien quieras y puedes venderla en el mercado y quedarte con el dinero de la venta. En el otro caso, les doy la casa y, digamos, por cinco años o cuatro años tendrás el control exclusivo de esta casa, pero no su propiedad, no puedes determinar quién será el sucesor, ni puedes vender la casa en el mercado y quedarte con el dinero de la venta, pero puedes tratar de maximizar tu propia renta utilizando la casa durante cuatro o cinco años. ¿Supondrá eso una diferencia en término de cómo tratarás la casa? Y la respuesta es, por supuesto, que será una diferencia drástica.
En el caso uno, les interesará conservar el valor de la propiedad. No tratarás—si eres el propietario no tratarás de arruinar la casa muy rápidamente. Después de todo, si lo haces, conseguirás menos en el mercado. Caería el precio de la casa. O podría interesaros dar algo que sea aun decentemente valioso a la siguiente generación. Por otro lado, si son solo encargados temporales, ¿cuál es tu incentivo? Entonces tu incentivo es quiero maximizar todo lo que pueda conseguir de esta casa en cuatro o cinco años, independientemente de lo que ocurra con el valor de capital que encarne la casa. Aunque la casa esté entonces en ruinas, por decirlo así, al menos tuviste cuatro o cinco años gloriosísimos. Pudiste hacer todo tipo de amigos con tu renta que recibiste. Pueden meter lo que sea, 20, 30 personas en la casa, cada uno pagando una renta. El papel pintado se cae después de un tiempo, los baños se atascan, los grifos ya no funcionan, las alfombras están arruinadas, etcétera, pero ¿qué te importa? Después de todo, no tienes que solo… no eres tú el que tiene que pagar el precio por este comportamiento por tu parte en forma de precios más bajos de los que habrías conseguido por la casa. Después de todo, no es tuya. No es de tu propiedad.
Así que lo que tienes aquí es, por decirlo así, la diferencia entre monarquía y democracia a gran escala. El monarca tiene la perspectiva a largo plazo. En general, quiere conservar el valor de su reino para transmitir algo valioso a la siguiente generación. Un político demócrata, como sabe que solo estoy en el poder durante unos pocos años, su incentivo es tengo que ordeñar la vaca tan rápidamente como sea posible y luego abandonarla, sean cuales sean las consecuencias. Los políticos, los políticos demócratas son precisamente los cortos de miras. Los monarcas son personas con visión a más largo plazo, comparativamente, por así decirlo. Así que hay un error adicional en creer que la democracia es una forma ventajosa de organización social.
Quiero darles asimismo un tercer argumento contra la democracia que habla de alguna manera favorablemente de la monarquía. Y este es que cuando la gente dice, mira ¿no estás siempre a favor de una entrada abierta y no tenemos que adoptar la democracia porque hay una entrada abierta a los cargos, hay competencia, mientras que, en caso contrario, si tenemos gobernantes hereditarios, no hay entrada abierta, no hay competencia? Ahora, el argumento así expresado, es perfectamente correcto, excepto en que es aplicable solo a la producción de bienes, Es decir, si quieres tener competencia en el área de producir cosas que son consideradas como bienes por la gente. Pero no quieres tener competencia en el área que se refiere a la producción de males. Pero es producción de males si puedes causar conflictos y luego decidir a tu propio favor. Es una producción de bienes si pones impuestos a la gente, le dices que no tienes alternativa, no puedes negar mi derecho a gravarte, les dices que tienes que pagar por mis servicios.
En la producción de males, es bueno que no haya competencia. Solo en la protección de bienes queremos que haya competencia. No queremos tener competencia en quién es el mejor en golpear a otra gente, quién es mejor dirigiendo un campo de concentración.
Aquí, estamos encantados si tenemos incompetencia dirigiendo el cotarro.
Así que queremos incompetencia en el poder. No queremos tener gente eficiente gravándonos y causando conflictos.
Así que el argumento era, la entrada abierta sí funciona exactamente de forma contraria cuando consideramos con precisión lo que hacen los estados en comparación lo que el productor de bienes genuinos demandados por consumidores, lo que quieren los consumidores.
Y tenemos aquí unas pocas consideraciones. Mira, un rey llega al poder por accidente de nacimiento. Ahora, esto no impide que el rey pueda ser un mal tipo. Sin embargo, si es un mal tipo, normalmente hay una dinastía, es decir, una familia de la que es miembro. Si es un mal tipo y arruina el país, los miembros de su familia estarán muy preocupados de que pueda perder el poder por este tipo de comportamiento. Y lo que hacen frecuentemente es rodear a este mal tipo con gente que le controle. Y si esto no funciona, frecuentemente recurren a los medios de sencillamente hacer que alguien mate al tipo, lo que, por supuesto, sería algo bueno.
Por otro lado, como llega al poder por accidente de nacimiento, tampoco puedes descartar que pueda ser un tipo decente, que pueda ser una especie de buen abuelo que se preocupa por su pueblo y todo eso. No puedes descartar que pueda ser en realidad un buen hombre. Después de todo, esta gente está educada así. Están preparados para este puesto. Y más a menudo que no, son personas decentes.
Preguntense ahora qué ocurre bajo la democracia cuando tenemos competencia para este tipo de campo. Primero de todo, os dais cuenta de que, si tenemos malos gobernantes democráticos, la probabilidad de que se mate a esta gente es comparativamente baja. ¿Por qué es baja? Porque toda la gente dice: vale, es solo por cuatro años y luego, por supuesto, vendrá a gobernar el lugar un tipo realmente bueno de mi partido. Y así hay cierta vacilación en matar al tipo porque todo lo que dicen es que tenemos que esperar cuatro años y luego las cosas irán mejor. Así que menos muertes de gobernantes y creo que esto es algo malo.
En segundo lugar, pregúntense ahora si un buen tipo puede llegar al máximo en una democracia. Es decir, ¿puede un tipo que diga: no gravaré a los ricos para dárselo a los pobres, aplicaré estrictamente los derechos de propiedad privada, la gente rica no es gente mala ni la gente pobre es gente buena, no haré absolutamente nada, seguiré una política de laissez faire, puede una persona como esta llegar alguna vez a lo más alto del gobierno? Y os estoy diciendo que es absolutamente imposible. Trata de realizar una campaña con este tipo de cosas. Tal vez puedas ganar en algún pequeño distrito, tal vez puedas ganar si las elecciones son en alguna pequeña villa en la que todos conocen a todos, pero sin duda no puedes hacer esto en una sociedad con millones de personas en las que cada una tiene, por supuesto, la tentación de robar a la gente, mediante el voto, su propiedad y beneficiarse personalmente de estos ejercicios de robo. Así que incluso en este caso, repito, creo que las monarquías son claramente superiores. No estoy defendiendo las monarquías.
Ahora llego a lo que es por tanto la respuesta correcta a la pregunta inicial de cómo aplicar estos tipos de leyes. Y la respuesta correcta es que tenemos que abolir el monopolio. Es decir, esta tarea debe asimismo ser asumida por personas o agencias que cumplan exactamente los mismos principios que todos los demás. Solo entonces tenemos, por supuesto, igualdad ante la ley. Es decir, aquellas instituciones, aquellas personas que proporcionen este servicio concreto de proteger nuestras vidas y nuestra propiedad deben ellas mismas cumplir exactamente las mismas reglas que requerimos que cumplan otras personas. Y llamamos a esto una sociedad pura de derecho privado, una sociedad en la que solo existe el derecho privado. Esta distinción entre derecho público, de un lado, y derecho privado, de otro, sencillamente desaparece.
Ahora, ¿cómo funcionaría una sociedad como esta? Primero, esto implica, por supuesto, que toda persona es perfectamente libre de actuar en defensa propia. Apenas diré algo más acerca de esto. Debería estar claro que igual que, en una sociedad compleja, no fabricamos nuestros propios zapatos o cosemos nuestros propios trajes o nos cortamos nuestro propio pelo, sino que confiamos en la división del trabajo, en una sociedad compleja, también confiamos en la división del trabajo en lo que se refiere a esta tarea concreta. Pero, sin embargo, debería destacarse desde el principio que sí, por supuesto, cada persona tiene el derecho absoluto a la legítima defensa contra gente que agreda sus derechos de propiedad privada. Y no debería haber dudas en nuestra mente de que esto es un medio muy eficaz para alcanzar este objetivo. Sabemos, por ejemplo, que, en el Salvaje Oeste, cuando el poder del gobierno federal no se extendía realmente hasta todos los rincones del país, que… y cuando casi todos estaban fuertemente armados la tasa criminal era realmente significativamente más baja que la actual. En las películas del Oeste, a veces tienes una impresión distinta, pero es un completo error. Se han hecho muchos estudios sobre esto.
Imaginemos, por ejemplo, lo probable que es que te conviertas en ladrón de bancos si vas a un banco en el que todos los cajeros están armados. Antes de salir del banco, serás un hombre muerto.
La violencia que se producía en el Salvaje Oeste era, en la mayoría de los casos, realmente violencia entre participantes voluntarios. Es decir, si vas a un bar y luego te emborrachas y luego empiezas una pelea con otro y luego, vale, vamos fuera y vemos quién tiene razón y luego uno o ambos yacéis muertos en la calle. No es un delito. Es, después de todo, algo como—igual que una pelea de boxeo.
Esas dos personas simplemente decidieron que quería hacer eso. Nadie excepto esas dos personas tiene que preocuparse acerca de esto. Si no ibas a bares ni te emborrachabas, estabas bastante seguro en el Oeste.
Un libro muy importante en esta área lo ha escrito John Lott: More Guns, Less Crime. Da una enorme cantidad de datos empíricos que demuestran que, por supuesto, si la gente es libre para defenderse, las tasas de criminalidad tienden a bajar.
Pero, como dije, en una sociedad compleja esto es solo una pequeña parte, una pequeña contribución a nuestra defensa. Confiaremos en agentes y agencias especializados para proporcionarnos este servicio. Y un papel especialmente importante en todo esto probablemente lo desempeñen agencias aseguradoras.
Y quiero explicar cómo se prestaría este servicio por agencias aseguradoras en competencia. Y repito, no pienses en agencias aseguradoras como las que hoy existen. El sector asegurador es uno de los sectores más regulados actualmente. Pero piensa en empresas aseguradoras que tuvieran realmente libertad para competir en el mercado por clientes dispuestos a pagarles por sus servicios y a las que se permitiera cambiar su proveedor de servicios de seguridad si no estuvieran satisfechos con lo que está haciendo por ellos su agencia concreta.
¿Qué podemos esperar entonces en esa situación en la que agencias de seguro de defensa en competencia y similares nos proporcionen estos servicios? Lo primero que podemos esperar es que, como en todas las áreas en que tenemos libre competencia, los precios tenderán a caer y la calidad del producto tenderá a aumentar, como ocurre también en cualquier otra área. Ahora bien, si tenemos monopolistas haciéndolo, tendremos probablemente dependencia de precios mayor de la que habría en otro caso y la calidad del producto será menor de la que habría en otro caso.
La segunda cosa, en esa situación, es que podemos evitar la superproducción e infraproducción de seguridad. ¿Cuántos recursos deberían dedicarse a la producción de cerveza, a la producción de leche, a la producción de coches? En el mercado, son los consumidores los que deciden cuántos recursos se dedican a este propósito o a aquel. Los consumidores hacen que crezcan ciertas empresas o las hacen encogerse o finalmente desaparecer del mercado. Si tienes un monopolista proporcionando este servicio, nadie puede competir con él. ¿Cuáles serían sus respuestas, cuántos recursos deberían dedicarse a este propósito concreto? Y la respuesta es que cuantos más recursos dediquemos a esto, mejor nos irá como productores de este servicio concreto. ¿Debería haber un policía o debería haber 10 policías o 100 policías? ¿Deberían los policías llevar solo una porra o deberían llevar una ametralladora?
¿Deberían tener tanques para proporcionar este tipo de servicio?
Puedes imaginar que casi todos los recursos en una sociedad se utilizaran para protegeros, pero apenas os quede nada para comer.
El gobierno no tiene respuesta a cuántos recursos deberían dedicarse a este tipo de cosas. Pero deberíais daros cuenta de que la cantidad de seguridad que queremos, la cantidad de dinero que gastaríamos en sentirnos seguros es muy distinta de persona a persona y asimismo de región a región. Hay ciertas regiones en las que no necesitarías ningún proveedor especializado de seguridad en absoluto. Si vives solo en lo alto de una montaña, te puedes defender perfectamente por ti mismo. Si vives en regiones urbanas densamente pobladas, podrías querer pagar más por esto. Si eres una mujer anciana, podrían tener más miedo y gastar más de tus recursos en esto que si eres, quien sea, Arnold Schwarzenegger—que se siente capaz de lo que puede hacer por sí mismo o con unos pocos guardaespaldas.
Así que este problema se resolvería automáticamente si tuviésemos libre competencia en el área de la seguridad. Consigues tanto como quieras. Puedes aumentarla, disminuirla, pero no es que otra entidad te diga: esto es lo que yo digo que necesitas. Y, por supuesto, está siempre piensa que más es mejor. Esto no significa que proporcione mejores servicios, sino que los gastos que se permite son cada vez más altos.
Luego, siguiente ventaja—delitos sin víctima. Sabéis que actualmente se dedican una gran cantidad de recursos a combatir delitos sin víctima, en particular, por supuesto, toda la guerra contra las drogas. Hay millones de personas en Estados Unidos encerradas porque no han hecho nada más que, lo que sea, fumar marihuana o tomar cocaína o lo que sea, sin haber cometido ningún delito que tenga una víctima a la que puedas apuntar.
¿Puedes imaginar que una empresa aseguradora que los asegure o los proteja contra delitos sin víctimas os cobre evidentemente más que una agencia que se abstenga de ofrecer ese servicio? Es fácil predecir que, por supuesto, la mayoría de la gente, como no se ve afectada por delitos sin víctima porque, después de todo, no son víctimas de ellos, diría, no quiero pagar dinero extra porque haya una prostituta en algún lugar teniendo un cliente donde sea y detenerlos, por supuesto, requiere recursos extra. Después de todo, no realizo nunca actividad como esa. Solo quiero que me protejan en mi casa y en mi propiedad. Así que las empresas que ofrezcan esos tipos de servicios probablemente cierren instantáneamente. Actualmente, como dije, se desperdicia una enorme cantidad de recursos en cosas como esta, yendo contra delitos sin víctima.
Entonces, incluso más importante, las empresas de seguro tendrían que indemnizarte en caso de que te ocurriera algo. Se dan cuenta, actualmente, con la provisión en monopolio de estos servicios, dicen: protegemos tu vida y tu propiedad. ¿Qué pasa si alguien mata a alguien o entra en su casa? ¿Dice entonces el Estado, mira, fallamos en hacer lo que se suponía que haríamos y como hemos fallado te debemos una indemnización? No he oído casos como este en el que el gobierno diga: me siento tan mal por lo que te ha pasado, y realmente fallé en mis obligaciones para contigo, y por esto, aquí tienes una indemnización.
Y como las compañías de seguros te habrían indemnizado en caso de… Imagina que vas a una compañía de seguros y dices: vale, esta es la prima, vale, pago mi prima. Y luego dices: ¿qué pasa si me ocurre algo? Y luego ellos dicen: Bueno, mala suerte.
Puedes ver de inmediato que ninguna compañía de seguros despegaría si tuviera este tipo de actitud.
La gente quiere tener tres cosas en concreto. ¿Prevención? ¿Qué hay de la prevención? ¿Cuál es el incentivo de un policía pagado con impuestos para ser bueno en prevenir el delito? La respuesta es que prácticamente cero. Su salario no depende de si es bueno en prevenir o en no prevenir. En realidad, prevenir el delito sería algo peligroso. Es mejor dejarlo, poner multas de estacionamiento, exceso de velocidad y ese tipo de cosas. El peligro de que te disparen es relativamente bajo haciendo este tipo de cosas.
¿Por qué serían buenas las compañías de seguros en la prevención? La respuesta es, cualquier cosa que puedan prevenir, no tendrán que pagarla. Es decir, es un elemento de reducir el coste de operación para ellas, así que tienden a ser mejores en ello.
¿Qué es lo siguiente que quiere la gente? Lo siguiente que querría la gente es que, por supuesto, se recobrara todo lo que se haya robado o roto o lo que sea. Ahora, ¿qué probable es que si alguien roba algo en tu casa, tu coche o tu estéreo, que la policía encuentre esta cosa? La respuesta es que puedes olvidarte.
No encontrarán prácticamente nada salvo por casualidad.
Por otro lado, ¿cuál es el incentivo de los detectives de las aseguradoras, por decirlo así? El incentivo, por supuesto, es: trato de encontrar todo lo que pueda, porque lo que encuentre no lo tendré que indemnizar a la víctima. Un ejemplo: tengo unos amigos cuyo VW fue robado en Italia. Así que fueron a la policía italiana y dijeron: me han robado el coche y luego la policía tomó nota. Y dijo, ¿qué van a hacer ahora? Y dijeron: lo archivaremos.
Así que después fue a su aseguradora alemana y dijo: me han robado el coche. El detective del seguro era alemán y el coche fue robado en Italia. El detective del seguro lo encontró después de tres días. Sí, había daños graves en el coche y todo eso, pero, en todo caso, hubo una recuperación del objeto por una razón evidente: Le interesaba financieramente esto como agencia. No hay incentivo financiero por parte de las fuerzas de policía monopolizadas para hacer algo remotamente similar.
Por supuesto, lo último que queremos es que tengamos que atrapar al tipo y tengamos que castigarlo. Ahora, una compañía de seguros, por supuesto, tendría un incentivo para atrapar al tipo y luego obligarle a indemnizar a la víctima; lo repito, para reducir sus propios costes de operación.
Ahora, ¿qué hace actualmente el Estado? Primero, casi nunca los encuentran, excepto para delitos capitales. Y si los encuentran, ¿Qué hacen? ¿Recibe la víctima del crimen alguna vez indemnización? La respuesta es que yo no he oído acerca de casos como ese. Así que no consigues indemnización.
Para rematarlo, a esta gente se la encarcela después. ¿Y quién paga por su encarcelamiento? La víctima es una de aquellas personas que tienen que pagar después por el encarcelamiento del perpetrador del delito. Y el alojamiento de delincuentes en prisiones estadounidenses es una empresa cara. No apostaría sobre estas cifras, pero he leído, hace tiempo, que cuesta casi 70.000$ anuales por hombre solo alojar a esta gente. Porque entretanto, por supuesto, pueden tener su buffet de desayuno y quejarse por los lavabos poco limpios. Pueden jugar al ping-pong, ver TV, hacer ejercicio, para que la próxima vez estén más fuertes cuando salgan. Incluso pueden estudiar derecho, hasta donde yo sé, de tal manera que la próxima vez sepan defenderse mejor.
Punto siguiente, las empresas de seguros definitivamente no te pedirán que te desarmes. Imagina que vas a una compañía de seguros—quiero protegerme y cuál es la prima y todo eso. Y luego les dicen, sí, pero para poder protegerte mejor, primero debemos asegurarnos de que nos entregas todas tus armas.
Si tienes en casa un arma de fuego o un martillo o un cuchillo o algo así, todo me lo tienes que entregar y así podré protegerte mejor. Si les pidieran algo así, sabrías de inmediato que aquí pasa algo raro.
Sin embargo, esto es, por supuesto, precisamente lo que hacen los Estados en todas partes. En algunos casos, ya han ido más allá en esta vía. Y en otros países, han avanzado menos en esta vía. Pero en todas partes el intento es exactamente el mismo, desarmaros. Y, por supuesto, esto es lo que haría cualquier agencia que se dedique a robar a otra gente. Sí, por supuesto, si yo estuviera en el negocio del robo, me encantaría saber que ninguno de ustedes tiene cuchillos afilados, martillos, hoces, cualquier cosa así, por no hablar de revólveres o ametralladoras en casa, porque entonces puedo entrar libremente en sus propiedades. Soy el único que tiene armas y me es fácil dedicarme la actividad a la que me dedico.
Habría asimismo un sistema en el que tendrías una provisión competitiva de seguridad, un intento de todas las compañías de seguros de hacer que sus clientes cumplan con ciertas normas de comportamiento civilizado. Una empresa de seguros no te cubrirá, no te ayudará si provocas a otra gente. Solo te asegurará si ha sido provocado, si has sido agredido, pero no si acabo de golpearte en la cabeza y tú me respondes y luego corro a mi aseguradora: ayúdenme, este tipo me está atacando, si este fuera el caso yo fui el que inició todo. Es decir, quieren que se eviten los conflictos. Y para evitar conflictos, todo cliente que sea aceptado por una compañía se verá forzado, se verá obligado a cumplir con: «Tienes que comportarte de una manera no provocadora. Solo entonces, por supuesto, te proporcionaremos este servicio. Pero si te comportas como una bestia salvaje, no te aceptaremos como cliente». En realidad, habría listas negras, listas de gente que no será asegurada porque sea considerada un riesgo demasiado alto. Y si no tienen seguro, la vida es muy peligrosa.
Así que los justicieros también desaparecerían en buena medida, porque los justicieros, por supuesto, son también caros. Si te dedicas a las represalias o algo parecido, es algo caro para las aseguradoras. Solo si los ataques inmediatos se hacen contra ti, se te permitiría, por decirlo así, defenderte. Si ya se ha acabado y sabes quién es el tipo e inmediatamente vas a por él y luego, como represalia de su familia y todo el resto, todo esto, en general, desaparecería instantáneamente en un libre mercado de provisión de seguridad.
Y lo que es más importante, habría contratos que se te ofrecerían. Mira, actualmente no tenemos contrato alguno con el estado: ellos dicen: los protegemos. ¿Pero tenemos algo a lo que podamos acudir, qué ocurriría en qué tipo de caso en qué situación? La respuesta es que no en absoluto. Repito, ve a una aseguradora y dirán: esta es la prima que cobramos. Y luego les preguntarás: ¿qué ofreces a cambio? Dicen: No lo sé, depende de las circunstancias. Le ofrecerán un contrato y el contrato, atendiendo, por decirlo así, a varias contingencias, qué ocurrirá en esta y aquella situación.
Y, por supuesto, el contrato no puede cambiarse. Es decir, la empresa de seguros no puede decir, mira, te ofrecemos este contrato, pero nos reservamos el derecho por nuestra parte de cambiar unilateralmente el contrato mientras dure. Eso es precisamente lo que, sin embargo, hacen los estados. Los estados cambian constantemente las leyes, hacen que algo que ayer era todavía legal mañana sea ilegal y viceversa. Así que las reglas se cambian constantemente. Ningún contrato ofrecido por las compañías de seguros estipularía nunca: podemos cambiar unilateralmente las reglas, declarar que esto es legal y eso ilegal y, mañana, cambiar de idea y redefinir las cosas.
Y el hecho de que se ofrezcan contratos tiene ahora las siguientes ventajas adicionales. Podemos imaginar tres escenarios. Podemos imaginar que dos individuos tienen un conflicto entre sí que están protegidos por la misma agencia, por la misma agencia de seguros. Todos saben que puede producirse este caso, que yo tenga un conflicto con alguien que sea cliente de la misma compañía. Evidentemente, sabiendo esto, toda empresa, en sus contratos, tendrá una cláusula de que lo que ocurra en ese caso de que uno de mis clientes tenga un conflicto con otro de mis clientes. Y luego describe, por decirlo así, el procedimiento que se pondrá en marcha. Ambos clientes están de acuerdo en este procedimiento desde el principio y luego sencillamente se aplicará, Igual que hay un fin para ello como pasa ahora.
El segundo caso que podemos tener es que yo tenga un conflicto con alguien que esté asegurado en una compañía distinta de la mía. De nuevo toda compañía ofrecería a sus propios clientes un contrato con una cláusula de qué ocurrirá en este caso, porque todos sabemos que, por supuesto, puede pasar, que tenga un conflicto con otro asegurado por otro. Así que repito, hay cláusulas en el contrato que dicen qué pasará en ese caso. Si estas dos compañías de seguros llegan a la misma conclusión, yo soy el culpable o tú eres el culpable, no hay problema. Y sea lo que sea lo que decidan, llegan a un acuerdo unánime. Podría haber audiencias y todo esto. De nuevo estará exactamente estipulado lo que pasará. Luego esto se aplicará. No hay problema.
Ahora llegamos al caso más complicado, pero, en cierto modo, el más interesante. ¿Qué ocurriría en el caso de que dos personas estén aseguradas en una compañía diferente, tengan un conflicto y lleguen a juicios diferentes? Es decir, mi compañía dice que tengo razón y tu compañía dice que tú tienes razón. Bueno, entonces desempatarían. Repito, todos saben, por supuesto, que esta situación puede producirse y, de nuevo, que cada compañía tiene un incentivo, por decirlo así, para decir exactamente qué ocurriría en este caso. No estamos de acuerdo en quién tiene razón y quién no, ¿qué hacemos en este caso? Ahora, ¿diría la compañía entonces: vale, ¿en este caso una compañía decide, tiene la última palabra, y la otra será desautorizada? Ninguna empresa ofrecería un contrato así. Nadie querría estar asegurado con una compañía que siempre pierde. No. En este caso, lo que harían es apelar a terceros independientes. Es decir, a agencias de arbitraje que también competirían en el mercado, que ofrecerían precisamente este servicio, que no son, por decirlo así, parte de la Compañía A, ni parte de la Compañía B, sino una parte completamente independiente. Ahora sumirían este tipo de caso. Y podría haber distintos niveles de esto, pero ¿cuál sería el incentivo de ese tercero árbitro?, ¿cuál sería el incentivo financiero para que actuara? La respuesta es que ninguna agencia de arbitraje independiente de terceros tiene garantías de que se acudirá a ella en el próximo caso. Para mantenerse en el negocio, lo que deben hacer es llegar a una sentencia que se considere un juicio justo por parte de ambas aseguradoras y, por implicación, también por los clientes de ambas empresas aseguradoras. Y esto significa, por supuesto, que lo que será el juicio es un juicio que incorporaría, por decirlo así, el mayor grado posible de consenso sobre los principios de la justicia.
Para explicar esto un poquito más, podemos imaginar, por ejemplo, que tenemos agencias que siguen internamente el derecho canónico o la ley mosaica o el derecho islámico o lo que sea. Esto se refiere solo a gente que sean ambos miembros de este grupo. Ahora, ¿qué pasa si hay un conflicto entre, lo que sea, un cristiano y alguien que esté asegurado como musulmán, una organización islámica o alguien que es del derecho canónico comparado con la ley mosaica? La respuesta, por supuesto, es que las agencias de arbitraje que se ocupen de esos casos deben llegar a principios de justicia que sean generalmente universales, es decir, que son tan generales que todos ellos, en su código legal interno, distintas agencias y clientes puedan estar de acuerdo. Así que tendríamos una mayor variedad de derechos, además de una tendencia constante a crear un legal universal, un código universal de derecho. Y este código universal de derecho probablemente sería este tipo de derecho legal que podría existir como máximo común denominador de todos los distintos sistemas legales.
Debería mencionar, ya sabes, cuando termino, que en lo que se refiere a las relaciones internacionales, ya hay algo como esto hasta cierto punto. Por ejemplo, ¿qué pasa si un canadiense tiene un conflicto con un estadounidense? ¿Se dan cuenta de que a veces canadienses y estadounidenses pueden vivir muy cerca unos de otros? Al otro lado de la calle, por decirlo así. ¿O un conflicto entre un suizo y un alemán? Solo una calle los separa. No hay juez monopolista en este caso. Es decir, esta gente, el alemán y el suizo, el canadiense y el estadounidense viven en un estado de anarquía entre sí. La primera observación: ¿hay más conflictos entre canadienses y estadounidenses que vivan cerca entre sí que entre estadounidenses, dos estadounidenses que vivan cerca? No lo creo. ¿Hay más conflictos entre ciudadanos suizos y ciudadanos alemanes que vivan cerca entre sí que entre gente suiza, dos tipos suizos que vivan cerca o dos tipos alemanes? No lo creo. ¿Qué hacen, qué pasa en este caso? El suizo va al tribunal suizo. El alemán va al tribunal alemán. Si están de acuerdo, no hay problema. Si no están de acuerdo, aparecerá de nuevo el arbitraje en este caso. Y este arbitraje en el sistema actual son, por supuesto, también tribunales de arbitraje semiestatales porque, después de todo, incluso estos tribunales supranacionales están, otra vez, ocupados por gente que este o aquel estado envía a estos tribunales. Pero, sin embargo, puedes ver que, al menos en lo que respecta a la frecuencia y viabilidad de las operaciones, el hecho de que no hay un juez en monopolio no causa ningún problema. Y lo que estoy proponiendo, el mismo tipo de cosa podría, por supuesto, funcionar también dentro de cualquier país concreto.
Con esto termino y los dejo que piensen sobre esto.