El presidente Joe Biden ha desvelado un plan en tres partes para luchar contra la inflación—o al menos para hacer creer que lucha contra ella. Una parte del plan consiste en que las agencias gubernamentales «arreglen» los problemas de la cadena de suministro que han provocado la escasez de numerosos productos. Por supuesto, cualquier intento del gobierno de resolver los problemas de la cadena de suministro (que fueron causados por intervenciones gubernamentales anteriores, como la paralización de la economía durante más de un año) no sólo no resolverá la escasez de suministros, sino que creará nuevos problemas.
La reducción del déficit es otra parte del plan antiinflacionario de Biden. Sin embargo, Biden no propone recortar los gastos de bienestar o de guerra. En su lugar, su plan de reducción del déficit consiste en «reformas fiscales para aumentar los ingresos», que es la jerga de DC para aumentar los impuestos. La historia demuestra que las subidas de impuestos que no van acompañadas de recortes del gasto acaban aumentando el déficit.
La última y más importante parte del plan de inflación de Biden es reconocer que la Fed «tiene la responsabilidad principal de controlar la inflación.» El presidente Biden se ha comprometido a «respetar la independencia de la Fed», a diferencia del ex presidente Trump, a quien Biden acusó de «degradar a la Fed» al someter al banco central a tuits mezquinos.
Es difícil creer que alguien que ha estado en DC tanto tiempo como Joe Biden realmente piense que Donald Trump fue el primer presidente que trató de influir en la conducción de la política monetaria de la Fed. Desde la creación de la Fed, los presidentes han utilizado la presión pública y privada para «convencer» a la Fed de que adapte la política monetaria para promover sus objetivos políticos y de política. Cuando se trata de «degradar» a la Fed, Trump no tiene nada que envidiar a Lyndon Johnson, quien, frustrado por la negativa de la Fed a adaptar la política monetaria para financiar la Gran Sociedad y la guerra de Vietnam, lanzó al presidente de la Fed contra un muro.
Al «pasar la pelota» sobre la inflación, Biden espera sin duda desviar la culpa de sí mismo y de su partido antes de las elecciones de mitad de período. A diferencia de los anteriores chivos expiatorios de la inflación de Biden—corporaciones codiciosas y Vladimir Putin—la Fed es realmente responsable de crear y controlar la inflación.
Los aumentos de precios en sectores específicos de la economía pueden ser causados por una variedad de factores, pero los aumentos de precios en toda la economía son siempre el resultado de las políticas de dinero fácil de la Reserva Federal. La inflación es en realidad el acto de creación de dinero por parte del banco central. El aumento generalizado de los precios es un síntoma, no una causa, de la inflación.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, sigue comprometido con más subidas de tipos este año. Sin embargo, incluso si la Fed lleva a cabo todas sus subidas de tipos previstas, los tipos seguirán estando en mínimos históricos. Mientras que hay quienes en el consejo de la Fed quieren más y mayores aumentos de tipos, a otros les preocupa que ir demasiado rápido en el aumento de los tipos provoque una recesión. Muchos expertos económicos ya dicen que Estados Unidos debería estar preparado para un aumento del desempleo causado por los esfuerzos de la Fed para vencer la inflación. Esta «compensación» entre precios altos y alto desempleo ilustra la locura de nuestra política monetaria.
La secretaria del Tesoro y ex presidenta de la Fed, Janet Yellen, y el presidente Powell han admitido que se equivocaron al desestimar públicamente la inflación como «transitoria». El hecho de que los dos últimos presidentes de la Fed cometieran un error tan grande (o se negaran a propósito a admitir lo que estaba claro para mucha gente durante más de un año), demuestra la locura de confiar en un banco central hermético para gestionar la política monetaria. En lugar de «respetar la independencia de la Fed», el presidente Biden debería trabajar con el Congreso para auditar y luego acabar con la Fed.
