Power & Market

El crecimiento del empleo gubernamental apunta a la recesión

La semana pasada analizamos la debilidad del mercado laboral  que desmiente toda la alegre palabrería de la administración sobre el empleo. Por ejemplo, observamos que el empleo a tiempo completo está disminuyendo, al igual que el trabajo temporal. Esto se une al hecho de que el número total de personas empleadas en esta economía no ha aumentado en once meses. 

Además de todo esto, otro indicador de la mediocre economía del empleo es el volumen de crecimiento del empleo público en comparación con el crecimiento del empleo en el sector privado. 

Hay un par de maneras de verlo. La primera es observar el crecimiento de  empleos públicos  frente al crecimiento del empleo privado a lo largo del tiempo. En este caso, vemos que desde marzo de 2023 el empleo público ha crecido más rápidamente que el privado. El mes pasado, por ejemplo, el empleo público aumentó un 2,7% interanual, mientras que el privado lo hizo en un 1,6%. En los últimos catorce meses, el crecimiento del empleo público ha superado al del empleo privado (interanual). Podemos verlo en el gráfico:
 

Otra cosa salta a la vista cuando miramos el gráfico. Los periodos en los que el empleo público crece más rápido que el privado son periodos de debilitamiento de la situación económica. Por ejemplo, observamos que el empleo público superó al privado en 1990, en el periodo previo a la recesión de principios de los noventa. Encontramos una tendencia similar en 2000, cuando se acercaba la quiebra de las puntocom. La tendencia volvió a aparecer a finales de 2007, justo antes de que comenzara la Gran Recesión. Cabe destacar que el crecimiento global del empleo siguió siendo positivo mientras se desarrollaba esta tendencia. Las pérdidas reales de empleo se produjeron tras varios meses en los que el empleo público superó al privado. 

Esencialmente, la tendencia actual de esta métrica apunta a que los EEUU está ahora en recesión, o se encamina hacia una en breve. 

Otra forma de ver esta tendencia es observar qué proporción de los nuevos puestos de trabajo creados son empleos públicos. En este caso, encontramos que los empleos públicos han supuesto más del 20% de los nuevos puestos de trabajo creados en los últimos nueve meses. O a la inversa, podemos decir que menos del 80% de los nuevos empleos son privados. Esto es significativo porque cuando observamos las tendencias históricas, encontramos que en los periodos en los que el empleo privado cayó por debajo del 80% la economía se dirigía hacia la recesión. Esto es cierto en todas las recesiones desde hace más de 35 años. Más recientemente, fue claramente el caso en el período previo a la Gran Recesión, como puede verse en el gráfico. En 2008, encontramos que los empleos públicos crecieron rápidamente como proporción de todo el crecimiento de nuevos empleos a medida que se acercaba la recesión en 2008. También se observó una tendencia similar en el periodo previo a la quiebra de las puntocom. Ahora que el crecimiento del empleo público representa más del veinte por ciento de todo el crecimiento del empleo en los últimos meses, es razonable sospechar que se aproxima una recesión.

Por supuesto, sea cual sea el momento de la próxima recesión, está claro que la economía del empleo no es «fuerte», como afirman la Administración Biden y sus partidarios. Más bien, una quinta parte de todo el nuevo crecimiento del empleo —suponiendo que uno se crea siquiera las cuestionables cifras de la encuesta del establishment— son puestos de trabajo en el gobierno pagados por nuevos trabajadores del sector privado. Este «crecimiento del empleo» es en gran parte gasto público permitido por los nuevos e inmensos déficits públicos que se están acumulando. (El gobierno federal admite ahora que este déficit rondará los dos billones de dólares este año). Esto nos recuerda la descripción de Daniel Lacalle de la economía como una en la que el sector privado está en recesión mientras que el sector gubernamental está en auge. El inmenso gasto público —gasto financiado con deuda, por supuesto— hace subir las cifras del PIB, pero, como señala Lacalle, este crecimiento del PIB oculta el deterioro del ahorro y la inversión. En otras palabras, la economía privada se enfrenta a un aumento de los precios y a un deterioro del capital, mientras que el sector público sigue gastando desenfrenadamente. El hecho de que el empleo público sea una parte cada vez más importante del crecimiento total del empleo no debería sorprendernos. 

Más información: «BLS: El sector privado perdió 192.000 empleos en el tercer trimestre de 2023» por Ryan McMaken

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