American Compass, un think tank que promueve un conservadurismo carente incluso de un compromiso retórico con el libre mercado, ha pedido recientemente a los Republicanos que apoyen la subida de impuestos. La organización afirma que si los Republicanos apoyan la subida de impuestos, las alas izquierda (Demócrata) y derecha (Republicana) del unipartidismo podrán crear un plan de reducción del déficit que equilibre la subida de impuestos con recortes del gasto.
American Compass tiene razón al afirmar que ambos partidos deben dar prioridad a la reducción del déficit. La deuda nacional de 35 billones de dólares (y en aumento) es una gran amenaza para la prosperidad y la libertad en América. Sin embargo, la historia demuestra que cualquier acuerdo «bipartidista» para subir los impuestos y recortar el gasto se traduce en impuestos y gastos más elevados. El ejemplo clásico es el acuerdo al que llegó el presidente Reagan con los demócratas del Congreso para recortar el gasto en tres dólares por cada dólar de subida de impuestos. El Congreso autorizó con entusiasmo la subida de impuestos y luego incumplió su promesa de recortar el gasto.
Los únicos «recortes» que la mayoría de los miembros del Congreso aceptan hacer son «reducciones en el crecimiento previsto del gasto futuro», mientras que el Congreso utiliza regularmente proyectos de ley de gasto «de emergencia» para violar los «topes de gasto».
El Gobierno de Biden y el Congreso, entonces controlado por los demócratas, aumentaron los impuestos a muchos americanos en 2022 cuando ampliaron el Servicio de Impuestos Internos (IRS) con el fin de tomar medidas enérgicas contra los «ricos tramposos fiscales». Como muchos predijeron, el IRS ampliado empezó a utilizar sus nuevos recursos para perseguir a los contribuyentes de clase media, que no pueden permitirse pagar a abogados y contables para que les ayuden a maniobrar a través del código tributario y, por tanto, es probable que se limiten a extender un cheque por lo que sea que exija el IRS.
Los ciudadanos americanos de clase media y trabajadora son también las principales víctimas del impuesto inflacionista oculto de la Reserva Federal. Este impuesto seguirá aumentando mientras el gasto imprudente del gobierno obligue a la Reserva Federal a monetizar niveles cada vez más altos de deuda pública. Los conservadores anti-impuestos y todos los que valoran la libertad individual y la paz deben unirse al movimiento para auditar y luego acabar con la Reserva Federal.
En lugar de «negociar» sobre qué impuestos aumentar, los conservadores deberían unirse a los libertarios antibelicistas para exigir inmediatamente recortes en el gasto bélico. América no puede permitirse malgastar miles de millones de dólares que no sirven para nada más que para enriquecer el complejo militar-industrial. El Congreso debería entonces cerrar todas las agencias federales innecesarias, incluyendo la NSA, la TSA, el FBI, la DEA, la CIA y el Departamento de Educación.
El dinero que se ahorre con estos recortes debe utilizarse para proteger a quienes dependen de los programas federales de asistencia social y prestaciones sociales a medida que se vayan eliminando. La responsabilidad de proporcionar ayuda puede entonces transferirse de nuevo a organizaciones benéficas privadas, iglesias y organizaciones comunitarias. Las organizaciones privadas, controladas localmente, pueden atender a los necesitados de forma más eficiente y compasiva que una gran burocracia gubernamental.
Los déficits gubernamentales son un síntoma del abandono de las verdades morales de los derechos individuales y el gobierno limitado por las mentiras inmorales del estado de guerra del bienestar y el sistema de dinero fiduciario que lo sustenta. Por lo tanto, los conservadores fiscales nunca tendrán éxito en la limitación del gasto público a menos que se unan a los libertarios en la búsqueda de restaurar el entendimiento de que la prohibición contra la fuerza y el fraude se aplica tanto al gobierno como a los particulares. Si no puedes usar la fuerza o el fraude contra tu vecino para mantenerte a ti mismo, a tu familia y amigos, o al ejército de Ucrania, entonces tampoco puede hacerlo el gobierno. La prohibición del fraude también se aplica a la falsificación legalizada llevada a cabo por la banca central.
