El Penn Wharton Budget Model, un grupo de expertos con sede en la Universidad de Pensilvania, publicó recientemente un estudio que afirma que los planes económicos del expresidente Donald Trump agregarían alrededor de cuatro billones de dólares al déficit nacional en diez años, mientras que los planes económicos de la vicepresidenta Kamala Harris agregarían alrededor de dos billones de dólares.
La vicepresidenta Harris aumentaría el déficit en gran medida mediante la ampliación de los créditos fiscales reembolsables, como el crédito fiscal por hijo. Los americanos de bajos ingresos pueden calificar para créditos fiscales reembolsables incluso si tienen una menor obligación tributaria federal. Por eso, esta propuesta incluye un programa de asistencia social disfrazado de crédito fiscal. La vicepresidenta Harris también propone gastar 40.000 millones de dólares en un «fondo de innovación» para aumentar la oferta de viviendas «asequibles». Otra de las propuestas de la vicepresidenta es proporcionar a los compradores de vivienda por primera vez hasta 25.000 dólares en asistencia para el pago inicial.
Las propuestas de Harris podrían contribuir a la formación de una nueva burbuja inmobiliaria, que inevitablemente estallaría y daría lugar a una crisis económica probablemente peor que la «Gran Recesión» que siguió al estallido de la última burbuja inmobiliaria. Una de las razones por las que podría ser peor es que podría ir acompañada del estallido de varias otras burbujas y del rechazo del estatus del dólar como moneda de reserva mundial.
Acorde con el estudio, el presidente Trump aumentará el déficit mediante la reducción de impuestos sin reducir también el gasto. El presidente Trump se ha comprometido a renovar los recortes de impuestos de 2017 y también prometió dejar de gravar los beneficios de la Seguridad Social. Los recortes de impuestos de Trump ayudarían a estimular el crecimiento económico, la creación de empleo y una mayor recaudación fiscal. El estudio indica que los efectos pro-crecimiento de los recortes de impuestos de Trump son la razón por la que se proyecta que la política fiscal de Trump «solo» aumentará el déficit federal en 4,1 billones de dólares en diez años en comparación con 5,8 billones de dólares.
Es común describir los recortes de impuestos como algo que «le cuesta» al gobierno. Decir que los recortes de impuestos le cuestan al gobierno presupone que el gobierno tiene un derecho moral sobre los ingresos de un individuo, de modo que cada vez que quienes dirigen el gobierno permiten que los individuos conserven una mayor parte de su dinero, los gobernantes están siendo generosos. La verdad es que los ingresos pertenecen a la gente que los gana y que decir que los recortes de impuestos le cuestan al gobierno es como decir que las alarmas antirrobo les cuestan a los ladrones. Por lo tanto, cualquier legislación que reduzca los impuestos es una victoria para la libertad.
Nunca debemos permitir que las preocupaciones sobre la deuda gubernamental nos impidan apoyar recortes impositivos. En cambio, debemos concentrarnos en la causa real de la crisis de la deuda — el aumento constante del gasto en un esfuerzo inútil por gobernar el mundo, la economía y nuestras vidas. El aumento del déficit federal resultará en aumentos impositivos, ya sea directamente a través del Congreso y el IRS o indirectamente a través del impuesto inflacionario de la Reserva Federal que resulta de la monetización de la deuda federal por parte de la Reserva.
A menos que el gobierno federal comience a recortar el gasto y a pagar la deuda, América experimentará una crisis económica sin precedentes. Sin embargo, ni Donald Trump ni Kamala Harris están siquiera hablando de este tema, y mucho menos proponiendo un plan serio para desmantelar el estado benefactor y guerra, reducir el gasto y comenzar a reducir la deuda. En cambio, es probable que ambos candidatos aumenten el gasto. Esta es una de las razones por las que es difícil tomar en serio la afirmación de que esta es la elección más importante de la historia.