La Reserva Federal de Nueva York ha publicado hoy los resultados de su encuesta manufacturera Empire State de enero, y el índice de la encuesta ha caído al nivel más bajo registrado desde el pánico covid de 2020. Además, si excluimos la recesión covid, la caída del índice de enero es la mayor registrada en más de treinta años.
Según el resumen de la Fed de Nueva York:
La actividad comercial cayó bruscamente en el Estado de Nueva York, según las firmas que respondieron a la Encuesta Manufacturera Empire State de enero de 2024. El índice general de las condiciones comerciales cayó veintinueve puntos hasta -43,7, su lectura más baja desde mayo de 2020. Los nuevos pedidos y los envíos también registraron fuertes descensos. Los pedidos pendientes continuaron reduciéndose significativamente y los plazos de entrega siguieron acortándose. Los inventarios bajaron. El empleo y la semana laboral media disminuyeron ligeramente. El ritmo de aumento de precios de los insumos aumentó ligeramente, mientras que el de los precios de venta apenas varió. Aunque las firmas esperan que la situación mejore en los próximos seis meses, el optimismo sigue siendo moderado.
Las caídas de esta magnitud siempre han estado relacionadas con las recesiones en las últimas décadas. Con el índice más de 43 puntos en territorio negativo, el índice está por debajo de todo lo registrado durante la Gran Recesión, y está muy por debajo de lo que vimos con el índice durante la recesión «punto-com» de 2001. Sólo en la recesión covid, durante la cual las empresas se vieron obligadas a cerrar, encontramos el índice en niveles tan bajos.
Es cierto que el índice puede ser propenso a algunas oscilaciones importantes en un mes, pero es notable que la lectura de enero sea el segundo mes consecutivo en el que el índice cae de forma sustancial. El índice cayó 23,6 puntos en la encuesta de diciembre y otros 29,2 puntos en la de enero. Se trata de la mayor caída bimensual desde el año pasado, y la primera vez desde entonces que una caída de más de 20 puntos no va seguida de un aumento considerable.
Dado el continuo empeoramiento de los indicadores económicos (véanse algunos ejemplos aquí, aquí y aquí), esta caída desmesurada del índice probablemente apunta a un resultado esperado de las rápidas caídas de la oferta monetaria que experimentó la economía en 2023.
Para más, ver: «La oferta monetaria continúa su mayor desplome desde la Gran Depresión»
Sin una vuelta al dinero fácil, es poco probable que el sector manufacturero resurja pronto. Como tantos otros sectores de la economía de EEUU, el sector manufacturero ha pasado a depender en gran medida del dinero fácil y no de unos fundamentos tradicionales sólidos. Así pues, el futuro del sector está ligado principalmente a la política de la Reserva Federal y al dinero fácil. Como informó el Nasdaq el mes pasado, «es probable que la relajación de la inflación y las elevadas expectativas de recortes de tipos en 2024 refuercen las condiciones para una mayor actividad y producción del sector manufacturero». A la hora de anticipar las perspectivas de futuro, las firmas manufactureras —muchas de las cuales son empresas zombis o casi zombis— la única salvación reside en que los recortes de tipos permitan a estas firmas volver a tener su deuda bajo control y les faciliten de nuevo el acceso a préstamos baratos. Por desgracia para los fabricantes, sin eso, es probable que veamos un mayor deterioro de la economía manufacturera.