Cálculo económico y el Gran Reinicio
Los gobiernos, las élites multimillonarias y las ONGs tienen un plan «maravilloso» para el resto de nosotros llamado el Gran Reinicio. Necesitan leer a Mises para saber que sus planes son una locura.
Los gobiernos, las élites multimillonarias y las ONGs tienen un plan «maravilloso» para el resto de nosotros llamado el Gran Reinicio. Necesitan leer a Mises para saber que sus planes son una locura.
El historiador Jon Meacham insta a Joe Biden a ser un presidente «transformador» a la manera de FDR, pero olvida que Roosevelt que puso el «Gran» en la Depresión. Biden bien puede ser igual a FDR en esa categoría.
Mientras que tanto la izquierda como la derecha celebran el nuevo impulso del gobierno para subvencionar la fabricación de microchips en América, debemos recordar que las «inversiones» políticas siempre resultan en desastres de capitalismo de amiguetes.
Los progresistas se apresuran a culpar de la escalada de los costes sanitarios a los mercados libres, pero son las normas y políticas gubernamentales las responsables.
Cuando el comunismo cayó con la URSS, Murray Rothbard se dio cuenta de que la mayor amenaza para la libertad era la socialdemocracia. Los acontecimientos de los últimos años le han dado la razón.
Mientras la inflación avanza y la economía implosiona lentamente, también aprendemos valiosas lecciones.
Aunque la izquierda controla la mayor parte del gobierno y ha corrompido la mayoría de nuestras instituciones, hay formas de contraatacar.
Los progresistas como Robert Reich afirman ahora que no hay inflación, sino que las empresas suben los precios arbitrariamente para poder aumentar sus ganancias. Tales afirmaciones no pasan la prueba de la lógica económica.
Los progresistas afirman que, aunque reconocen la presencia de la escasez, podemos rechazar una «mentalidad de escasez» porque los gobiernos pueden ordenar el fin de la escasez por decreto.
Los profesorados universitarios se han inclinado históricamente hacia el centro-izquierda, pero hoy en día, una rígida ideología progresista es impuesta no sólo por el profesorado, sino también por las administraciones de la educación superior.