Tras el pánico de 1819, el estado de Kentucky buscó proporcionar alivio a la repentinamente dura carga de la deuda para muchos de sus ciudadanos creando el Bank of the Commonwealth, un nuevo tipo de banco, completamente propiedad del gobierno del estado y no preocupado en absoluto por los metales preciosos, y suspendiendo las ejecuciones de hipotecas durante hasta dos años mediante el curso legal del papel moneda por los deudores.
A ello le siguió un periodo de inflación, un colapso de la economía, un conflicto político, la preocupación por la conservación de una forma republicana de gobierno y el asesinato.
Un nuevo libro, The Kentucky Tragedy, de Dickson Bruce (LSU Press, 2006), cuenta la historia de un asesinato concreto—de proporciones operísticas—que se produjo durante este tumultuoso periodo. El relato de este asesinato, el juicio del asesino y su ejecución, es conmovedor. Pero también lo es el contexto en el que tuvo lugar este asesinato.
Prólogo al asesinato
El pánico de 1819 se produjo por el intento del gobierno de EEUU, ayudado por el Banco de Estados Unidos, de reanudar los pagos en metálico. Durante la Guerra de 1812, los bancos en el país fuera de Nueva Inglaterra suspendieron los pegos en metálico. Y, mientras estabas en suspensión e inundados con billetes del Tesoro de EEUU (que trataban como reservas), aumentaban sus préstamos y emisiones de billetes e iniciaron una burbuja en valores inmobiliarios. Se esperaba que, tras la guerra, los bancos reanudarían sus pagos en metálico, pero esto no se produjo por sí solo y, por tanto, el gobierno federal anunció que, en una fecha concreta, solo el papel de los bancos que pagaran en metales preciosos sería aceptado para el pago de impuestos y otras deudas a este y a su agente fiscal, el Banco de Estados Unidos. Tras este anuncio, la mayoría de los bancos del país lo reanudó, pero para muchos bancos, cuyos prestatarios eran incapaces de devolver sus deudas en metálico o billetes redimibles en metálico, esta reanudación resultó frustrada y mucho del país al sur de Virginia y el oeste de Pennsylvania recayó en la suspensión.
Durante la recaída en la suspensión, muchos de los parlamentos estatales del país trataron de dar alivio a los deudores mediante una o ambas soluciones siguientes: Primero, leyes retrasando o si no haciendo más difícil las ventas en ejecución y, segundo, creando nuevos bancos con los que los prestatarios podían refinanciar sus préstamos en buenas condiciones de pago (Murray Rothbard, The Panic of 1819. Nueva York, NY: Columbia University Press, 1962). Kentucky y Tennessee pueden haber sido los principales estados con legislación de alivio a deudores.
El estado de Kentucky ya había probado el nuevo esquema bancario. En 1818 había autorizado hasta cuarenta y seis «bancos independientes» para seguir el curso del hacía mucho tiempo establecido Banco de Kentucky y las dos sucursales del (Segundo) Banco de Estados Unidos en el estado. Estos nuevos bancos no tenían que redimir en metálico sus billetes, sino que podían redimirlos simplemente en billetes del Banco de Kentucky. La idea era que el metálico en las arcas del Banco de Kentucky podría utilizarse, a través de estos bancos, para apoyar una multiplicación expandida del papel moneda en el estado. Se suponía que los nuevos bancos iban a tomar prestado, en total, en torno a un millón de dólares en billetes al Banco de Kentucky y después emitir 2 millones de dólares en billetes propios.
Pero en lugar de aumentar la cantidad de papel moneda en circulación, el esquema piramidal parece haber afectado a las disposiciones monetarias, con la emisión para circulación de los bien conocidos billetes del Banco de Kentucky y la emisión de una gran variedad de billetes de valor desconocido. Aparentemente, los billetes de los nuevos bancos se devolvieron rápidamente para su redención y este «reflujo», como se lo llamó, forzó a muchos bancos nuevos a la suspensión. Como consecuencias de las muchas quiebras de bancos independientes y de su relación, a través del esquema piramidal, con el Banco de Kentucky, se les llamó «Los cuarenta ladrones», como en «Alí Babá y los cuarenta ladrones».
A mediados de agosto de 1819, se informó de que dos de los nuevos bancos eran incapaces de redimir sus billetes. A la semana siguiente, se informó que otros dos más habían quebrado y a ocho más se los describía como «sospechosos». A principios de septiembre, se sabía o sospechaba que estaban quebrados un total de dieciséis de los nuevos bancos. En noviembre, según el relato, diecisiete de los nuevos bancos habían quebrado y ocho más eran sospechosos o estaban inactivos.
Con el fracaso de tantos bancos independientes, las disposiciones monetarias aparentemente se vieron trastornadas. Se emitían vales de cambio por comerciantes y obtenían un carácter de dinero, indicativo de la falta de monedas en circulación. Y los anuncios hacían ofertas con aspecto de trueque para productos fabricados en Kentucky para exportación, por ejemplo: «se acepta whisky a precios actuales para el pago de deudas» y «el suscriptor acepta cerdo, harina y whisky en pago de deudas», indicativos tanto de falta de papel moneda redimible en especie como de monedas en circulación.
En febrero de 1820, con el abyecto fracaso de su esquema piramidal, el estado probo una nueva táctica. Extendió su ley «reponedora», de forma que los deudores podían redimir su propiedad tras una subasta de ejecución, hasta en un plazo de dos años. Kentucky tenía desde hacía mucho una ley reponedora, pero el periodo de redención había sido hasta entonces de solo tres meses. Aproximadamente al mismo tiempo, el Banco de Kentucky suspendía los pagos en metálico y sus billetes cayeron al descuento en torno a un 20% respecto del metálico.
Las disposiciones monetarias permanecieron trastornadas a lo largo del año. Los billetes del Banco de Kentucky continuaban descontándose fuertemente frente al metálico. Y los anuncios continuaban haciendo ofertas como «acepto vender textiles a cambio de efectivo, manteca de cerdo o cáñamo. También acepto los artículos anteriores en pago de deudas» y «ofrecemos nuestros alimentos a precios en efectivo a cambio de los siguientes productos: panceta, manteca de cerdo, sebo, cera de abeja, whisky, cáñamo, tabaco, judías blancas, guisantes, etc.»
Aparece el Banco de la Commonwealth
Hacia el final del año, el estado trazó otro nuevo rumbo. Revocó las concesiones de los bancos independientes y organizó un nuevo tipo de banco, el Banco de la Commonwealth de Kentucky, respaldado por toda la fe y el crédito del estado (es decir, no respaldado por nada con un valor intrínseco), cuyas existencias eran completamente propiedad del estado y cuyos empleados y directores eran nombrado y pagados por el legislativo del estado.
El hecho de que el Banco de la Commonwealth fuera completamente propiedad del estado de Kentucky era considerado positive por parte de sus defensores. El gobernador John Adair, un hombre de «alivios», decía: «El Banco de la Commonwealth se fundamenta en la riqueza y honor de Kentucky, teniendo por objeto el bien general y quienes predicen su caída, infravaloran las riquezas del estado tanto como desacreditan su carácter para realizar negocios justos».
Las primeras emisiones del nuevo papel moneda se realizaron en abril de 1821. En octubre, se habían emitido 2,3 millones de dólares. Durante este tiempo, el valor del papel moneda de Kentucky se desplomó en términos de metálico. Un periódico hablaba de «la rápida y continua depreciación de nuestro papel moneda en las últimas semanas (…) la depreciación está ya en torno al 25% o más». Pocos meses después, decía: «El metálico ahora supone una prima del 57% en billetes del Banco de la Commonwealth».
Otro periódico citaba una carta de un suscriptor a un socio en Tennessee: «El adelanto de cuarenta y cinco se h dado en papel de Kentucky y del Commonwealth a cambio de fondos de EEUU. Se piden ahora cincuenta». Varias semanas después, este periódico decía: «Entendemos que el metálico se ha hecho tan escaso en Louisville que 2.050 dólares en papel del Commonwealth equivalente 1000 dólares en metálico». El Niles Register de Baltimore informaba de un curioso incidente del cambio de moneda en Kentucky: «Una persona pagó últimamente 5$ a una imprenta en Kentucky, entregando un billete de diez dólares de un banco de Virginia y se sorprendió al obtener la liquidación de la deuda y tres billetes de cinco dólares en el cambio».
En el siguiente gráfico, muestro el valor del papel moneda de Kentacky respecto del metálico a través de todo el periodo. He creado esta serie temporal a partir de varias fuentes. La caída en el valor del papel moneda de Kentucky desde la fundación del Bank of the Commonwealth hasta 1822 quedan de manifiesto en él.
FIGURA 1. Valor-especie de los billetes de Kentucky (Frankfort Argus y Commentator, Lexington
Gazette, Reporter y Western Monitor, Louisville Focus, Morning Call y Public Advertiser; y, Grotjan’s
y U.S. Gazette de Filadelfia)
Durante 1822, los periódicos advertían una peculiar asimetría en los cambios de precios que acompañaban la caída en el valor del papel moneda de Kentucky. A saber, los precios de la producción y de la mano de obra locales no estaban aumentando, solo los de los bienes importados. Por consiguiente, la inflación afectaba negativamente a los términos del comercio del estado, y también hacía más gravosas las liquidaciones de deuda extranjera y, de estas dos maneras, empobrecía al estado.
Decía un periódico: «Entendemos que los precios de producir, del país o de la mano de obra no han cambiado en su valor en los billetes de banco de este estado o de la comunidad». Decía otro: «tal es el precio moderado de cada artículo de producción local que el valor normal de la divisa (…) no se deprecia (…) [pero] ningún hombre puede abandonar Kentucky y viajar a otras partes de la Unión sin pagar casi un tercio de sus fondos para el fin de convertir el resto en dinero real». Y «la balanza comercial como consecuencia de nuestras importaciones y el bajo precio de nuestra producción ha estado en buena parte en nuestra contra».
Con el colapso del valor del papel moneda del Banco de la Commonwealth, se hicieron varias propuestas para apuntalar su valor reduciendo la cantidad en circulación. Una propuesta fue dejar de hacer nuevos préstamos y recabar algunos pagos sobre préstamos ya realizados. Pero esta político (o, como podemos inferir de lo que sigue, el mero anuncio de la política) tuvo poco efecto en ralentizar la caída de valor del papel moneda. El gráfico anterior muestra un fortalecimiento del valor del papel moneda en 1822, pero la subida duró poco. De hecho, antes de que se implantara la política, la cámara baja del legislativo aprobó una resolución desaprobándola y tres días después de que se implantara la política, fue rescindida.
Aquí viene el juez
En 1822, dos jueces del tribunal del circuito del estado, encontraron independientemente que la aplicación de la ley de aplazamiento de contratos preexistentes violaba la cláusula de «libertad de contratación» de la Constitución de EEUU. Y, al año siguiente, el Tribunal de Apelación (el Tribunal Supremo del estado) asumió los dos casos, celebró audiencia sobre ellos durante tres días y encontró, por 3-0, que la ley de aplazamiento violaba realmente la libertad de contratación y era inconstitucional y nula.
Tras esto, durante varios años, la política del estado giró en torno a la constitucionalidad de las leyes de alivio del estado y el papel del poder judicial respecto de los poderes legislativo y ejecutivo del gobierno. Los asuntos subyacentes del alivio del deudor y el papel moneda desparecieron gradualmente, a medida que se hacían evidentes sus desastrosas consecuencias.
De hecho, a partir de 1822 hubo un rechazo espontáneo del papel moneda del Banco de la Commonwealth, con el reconocimiento del metálico y los billetes de las sucursales del Banco de Estados Unidos en el estado, que podían redimirse en metálico, como unidad de cuenta. Cuando se emitió por primera vez el papel moneda del Banco de la Commonwealth, las monedas y billetes de banco redimibles en metálico se exportaron o atesoraron y solo circuló el papel moneda del Banco de la Commonwealth. Pero esto cambió pronto.
A lo largo de noviembre de 1822, los precios en la lista del Louisville Public Advertiser se ofrecían en papel moneda, para luego, en diciembre darse en metálico. El Kentucky Gazette continuó publicando los precios actuales en papel moneda a lo largo de 1825, momento en que, también, empezó a citar precios en metálico. Más tarde ese mismo año, publicó una tabla de conversión facilitando el uso del papel moneda del Banco de la Commonwealth como un medio de intercambio alternativo a monedas y billetes de banco redimibles en metálico.
El parlamento del estado protestó contra la sentencia del Tribunal de Apelación, describiendo la anulación de la ley por el tribunal como una usurpación del poder legislativo. «Al pueblo de Kentucky (…) no le gusta la tiranía judicial (…) No tolerará la tiranía bajo ningún disfraz». Luego el legislativo trató de cesar a los jueces del Tribunal de Apelación bajo acusación de mal comportamiento, pero no consiguió obtener la mayoría de dos tercios por un margen estrechísimo, quedando a solo un voto en la cámara baja y dos en el alta. Así que el parlamento aprobó por tanto una ley «reorganizando» el Tribunal de Apelación, derogando el «viejo tribunal» y creando un nuevo Tribunal Supremo del estado que se pobló con jueces simpatizantes del programa de alivio.
El parlamento expresó también su opinión de la naturaleza de los derechos del hombre:
El derecho de cada miembro de la sociedad debe, por la naturaleza del gobierno, depender de la voluntad de todos y esa voluntad debe mostrarse por medio de la expresión de la mayoría.
(…) la voluntad del pueblo, en la sociedad civil, constituye la soberanía del estado: esa soberanía es esencialmente una fuerza moral, de extensión ilimitada (…)
En la sociedad civil, cada uno de los miembros tiene una doble voluntad, una como parte de la naturaleza, la otra como miembro de un cuerpo corporativo. La primera es errática, impulsiva y egoísta, la otra es social o más bien política y (…) pura, ilustrada y desinteresada.
En lugar de ver los derechos del hombre como inherentes, otorgado, por decirlo así, por el Creador y viendo a los gobiernos como formados por hombres para garantizar estos derechos, ve los derechos de hombre como dependientes de algo descrito como la voluntad de la mayoría. En lugar de ver los intereses como inevitables, si no como buenos, y buscar restringir la excesiva búsqueda del interés mediante un sistema de contrapesos, denigra a individuo, describiéndolo como impulsivo y egoísta y glorifica al colectivo, describiéndolo como puro e ilustrado.
Asesinato y elecciones de 1825 y 1826
A finales de 1824, uno de los hijos del gobernador Joseph Desha, Isaac B. Desha, fue arrestado por asesinato y bandolerismo, como informaba el Louisville Public Advertiser:
Parece que [Isaac B.] Desha acompañaba a Mr. [Francis] Baker en algún lugar cerca de Mayslick. Después de conversar un rato y saber que Mr. Baker viajaba hacia el este y pretendía ver al capitán William Beckly, un conocido en su hogar de Washington, Desha se ofreció a acompañarle para mostrarle el camino a la casa de ese caballero, oferta que fue aceptada. No se supo ni oyó más de Mr. Baker hasta que fue encontrado varios días después en el bosque cubierto por troncos y basura, con la garganta rebanada. La parte posterior de su cabeza estaba amoratada, supuestamente debido a los golpes de un gran látigo en posesión de Desha y el pulgar de su mano derecha estaba cortado—aparentemente al resistirse al cuchillo del asesino. Sabemos que Desha fue encontrado cerca del lugar donde se cometió el asesinato, por un muchacho que afirma que sus manos y ropas estaban cubiertas de sangre y que llevaba una brida, también cubierta de sangre. El caballo del finado se encontró en poder de Desha y una camisa que llevaba este, al compararse con la de Baker, resultó ser de la misma calidad, con la marca cortada precisamente en el mismo lugar en el que estaba escrito el nombre de Baker en la otra.
Después de un cambio de ubicación favorable, Isaac B. Desha, que estaba defendido por un equipo de eminentes abogados del alivio, fue juzgado y declarado culpable. Pero el juez, también un hombre del alivio, concedió a Desha un nuevo juicio.
El asesinato, el cambio de sede y la declaración de juicio nulo por parte de un amigo del gobernador lastraron al partido del alivio en las elecciones de 1825. En estas elecciones, el partido del Viejo Tribunal (es decir, los que estaban a favor del estado de derecho y se oponían al papel moneda no redimible y las leyes de alivio) obtuvo una gran mayoría de veintidós escaños en la cámara bajo del parlamento del estado de menos de 100 escaños. Como muestra el gráfico anterior, el valor del papel moneda del Banco de la Commonwealth aumentó abruptamente desde principios de 1825 a principios de 1826.
Con una mayoría del Viejo Tribunal en la cámara baja del parlamento estatal, pero siendo el gobernador un hombre del alivio y con el partido del alivio controlando aún la cámara alta, el estado se encontró en una situación de tablas tintada de incertidumbre. El mensaje anual del gobernador Desha al parlamento del estado tras las elecciones era una defensa sin remordimiento del programa del alivio. «La doctrina de nuestro último tribunal de apelación», dijo, «de que una decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos sobre asuntos que afecten a los derechos del estado es vinculante y concluyente para las autoridades del estado, se cree que no solo es errónea sino fatal para la soberanía de los estados». De acuerdo con los hombres del Viejo Tribunal, el gobernador, junto con otro hijo, Marcus Brutus Desha, blandiendo las armas, amenazaba y asimismo intentaba intimidar tanto a la cámara baja como a los jueces del Viejo Tribunal.
En las elecciones, Solomon Sharp, un hombre del alivio y antiguo Fiscal General del Estado, consiguió un escaño en el parlamento. Y después de su constitución fue asesinado en su casa por un hombre que se identificó a sí mismo como «John A. Covington». Se ofreció una recompensa por la entonces enorme suma de 3.000$ por parte del gobierno estatal por información que llevara al arresto y encausamiento del asesino. Por las razones enumeradas más abajo, el Morning Post de Louisville sospechaba de Jereboam Beauchamp:
Se dice que [Beauchamp] había concebido una empedernida hostilidad hacia el coronel Sharpe (…) que la delicadeza nos prohíbe mencionar y que bajo este sentimiento amenazó la vida del coronel Sharpe.
Se sabe que llegó a Frankfort la tarde del sábado, antes del asesinato y partió de ahí a la mañana siguiente.
Se dice que no mostró curiosidad acerca del incidente de la mañana anterior antes de dejar el pueblo y que se reunió con el representante de su condado a unas pocas millas del pueblo en su camino al parlamento y conversó con él un rato sin mencionar este caso tan extraordinario.
Se dice que [se alojó con Mr. John Scott] la noche del domingo (…) [y] que durante la noche se le oyó salir de la casa y volver una hora o dos después.
Se dice que la ronda de la una y media de esa noche pasó y observó a un hombre con un abrigo como el que viste Beauchamp y cuya apariencia es similar a la suya.
Se dice que [el pañuelo ensangrentado que dejó caer el asesino era] igual que el pañuelo que Beauchamp se había atado al frente en una taberna y en la casa de Mr. Scott.
Se encontró una huella visible en el solar donde Mrs. Sharp vio al asesino (…) [y] esa huella, se dice, se corresponde con la bota de Beauchamp.
Se dice que cuando estuvo cerca de casa negó haber estado nunca en Frankfort.
Se dice que cuando fue arrestado tenía una daga, con una hoja bastante grande y extraordinariamente afilada, no tan ancha como la herida del difunto, pero con la que podría haberse hecho si se manejara oblicuamente.
El asunto delicado del que no hablaba el periódico era que el asesinato de Sharp por Beauchamp era un homicidio por honor. Sharp, muchos años antes, tuvo un romance con la mujer con la que se casó posteriormente Beauchamp, romance que culminó con un embarazo y un niño muerto al nacer. Durante la campaña electoral, una de las gentes de Sharp inició un rumor de que la esposa de Beuchamp había dado a luz un niño mulato, sugiriendo que había tenido relaciones con uno de los sirvientes de su familia. Beuchamp fue por tanto arrestado, juzgado y condenado a muerte.
Aunque este asesinato, investigación y juicio eran transparentes, continuaba el caso de Isaac B. Desha. Primero, Desha fue vuelto a juzgar, se le volvió a encontrar culpable y de nuevo se le concedió un nuevo juicio. Los periódicos del estado eran un hervidero de discusiones sobre este juicio, ya que el juez fue nombrado provisionalmente para ocupar una vacante por el gobernador que sabía que este nominado probablemente presidiría el caso de su hijo y porque el nuevo juicio se concedió por un asunto muy técnico de la ley (por una moción posveredicto de la defensa de que el Fiscal de la Comunidad no había probado que el asesinato tuviera lugar en el Condado de Fleming, lo que, según dijo el Fiscal de la Comunidad, era irrelevante ya que solo habría establecido al Condado de Fleming como la sede del caso y este ya se había trasladado a otro condado).
Luego, con el acusado esperando otro juicio, y aparentemente en un constante estado de ebriedad, Desha intentó suicidarse y se degolló gravemente. La noticia de su intento de suicidio se conoció al mismo tiempo que la ejecución de Beuchamp. Los médicos que atendieron a Desha fueron capaces de salvarle la vida con la ayuda de un tubo de plata que para conectar su tráquea dañada y su caso continuó, pendiente de su recuperación.
La ejecución de Beuchamp fue un espectáculo. Su esposa, la mujer por la que había cometido su delito, se le unió en la celda de la prisión la tarde anterior a su fecha de ejecución y trataron de suicidarse juntos apuñalándose. Ella tuvo éxito, pero él no estuvo ni siquiera cerca de tenerlo. A la mañana siguiente, cuando fueron descubiertos, fue vendado y luego llevado al patíbulo que se había construido. Allí fue ahorcado, después de los rezos e himnos requeridos y también después de una conversación con una persona que se pensaba que había estado implicada en el asesinato que acabaría llevando a otro giro en la historia. El caso Beauchamp-Sharp se idealizaría como «La tragedia de Kentucky» y consiguió vida propia en poesía, literatura y teatro.
El asesinato de Sharp dominó las elecciones de 1826. En ellas, el partido del Viejo Tribunal consiguió el control de la cámara alta del parlamento y mantuvo el control de la cámara baja. Por tanto, el nuevo parlamento derogó la ley de aplazamientos del estado y resolvió la polémica de los tribunales en favor del «Viejo Tribunal». Y los billetes del Banco de la Commonwealth perdieron mucho de su restante valor monetario.
El fin del caso
Desde el punto de vista del dinero y la banca, la experiencia de Kentucky con papel moneda irredimible llevó finalmente a una nueva mayoría en el estado, una que estaba a favor del dinero fuerte y el cumplimiento de las obligaciones contractuales. El apoyo al dinero fuerte significó, durante el plazo en que subsistió el Banco de Estados Unidos, que la unidad de cuenta y el principal medio de intercambio en el estado fueran las monedas y los billetes de las sucursales en el estado del Banco de Estados Unidos.
Tras el veto del presidente Jackson a la nueva concesión al Banco de Estados Unidos, el estado dio la concesión a tres grandes bancos bien capitalizados, el (nuevo) Banco de Kentucky, el Banco de Louisville y el Northern Bank of Kentucky. A estos y otros bancos autorizados posteriormente por el estado se les obligó a mantener una reserva en metálico. Salvo un par de excepciones, fueron bancos con pago en metálico a lo largo de resto del periodo prebélico, excepto en los tiempos de suspensión general en el país.
Volviendo a Isaac B. Desha, se recuperó lo suficiente como para volver a ser juzgado en 1827. Sin embargo, el tribunal fue incapaz de seleccionar un jurado, pues sus abogados hicieron muchas objeciones a posibles miembros. El magistrado de este juicio iba a retener a Desha sin fianza hasta la próxima temporada de audiencias. Pero el gobernador Desha, que estaba entonces presente en el juzgado, procedió a conceder un indulto a su hijo y dio un largo discurso arremetiendo contra el juez.
Tras su liberación, Isaac B. Desha apareció luego en los periódicos en relación con el asesinato y bandolerismo a otra persona en Texas, donde estaba viajando bajo un alias, pero fue reconocido por un antiguo residente en Kentucky debido a su parecido familiar y su tubo de plata. Mientras esperaba allí al juicio, confesó ambos asesinatos y luego aparentemente se suicidó. Una carta desde Texas ofrecía los siguientes detalles:
El pasado abril Desha llegó aquí a bordo de la goleta Light of Man, desde Nueva Orleans, en compañía de un hombre con el nombre de Thomas o John Early, del Condado de Brown, en Ohio, que visitaba esta tierra con el fin de trasladar a aquí a su familia. Desha utilizaba el nombre de John Parker. Llegaron a este pueblo [San Felipe de Austin] a principios de mayo y se quedaron aquí solo unos pocos días y partieron (…) hacia San Antonio. Cuando partieron, Desha no tenía dinero y Early tenía consigo una buena suma. Desha llegó a San Antonio sin Early y gastó alegremente el dinero. Al volver aquí, lo arresté y envié hoy algunos hombres a examinar el cuerpo del llamado Early. Las evidencias que he sido capaz de recoger ya son muy fuertes en su contra y me temo mucho que haya asesinado a su compañero.
Finalmente, mencionaré que, en las elecciones de 1828, un hombre del Viejo Tribunal, Thomas Metcalf, fue elegido para suceder al gobernador Desha. En su primer discurso anual al parlamento estatal, el gobernador Metcalf hablaba del papel adecuado del gobierno a la luz de la dura experiencia que había pasado el estado.
El designio legítimo del mejor gobierno es conservar para todos los ciudadanos el goce igual de lo derechos absolutos de seguridad personal y propiedad privada y los derechos relativos civil, social y doméstico, de hombres libres racionales y virtuosos (…)
Desgraciadamente, Kentucky ha sido, en los últimos años, acosada por una agria polémica. Este conflicto no ha dejado sino pocas cosas dignas de recuerdo (…)
La opinión pública no reconoce un superior (…) es el árbitro, en último término de todos nuestros derechos (…)
¿Cuáles son entonces los elementos de nuestro poder político y seguridad? La mente y moral agregadas de nuestros hombres libres. El hombre sabio se atiene a la razón y la justicia y la religión (…) como las anclas más fuertes de la libertad. Sin que prevalezcan estos pacíficos guardianes, no tiene seguridad ni esperanza racional. Siempre que predominen, no hay «nadie al que tema». Mientras ejerciten una influencia controladora, sabe que su paz no se verá perturbada, sus derechos respetados y su país exaltado.
El gobernador Metcalf expresaba la visión del «Viejo Tribunal» o constitucionalista de los derechos del hombre. Es verdad que reconoce a la opinión pública como árbitro final de nuestros derechos. Pero, aunque se admita esto, la opinión pública no define nuestros derechos. Nuestros derechos, de los que algunos son absolutos, existen independientemente de la opinión pública. Por consiguiente, tenemos que apoyarnos en la opinión pública en razón, justicia y religión. De otra forma, añadiría yo, nuestra esperanza es que, cuando las políticas públicas violen nuestros derechos a asegurar nuestras personas y propiedades, la opinión pública cambiará con la demostración de las desastrosas consecuencias de esas políticas, en términos, sí, de mal rendimiento económico, pero asimismo en términos de conflicto político y social.