Ha habido muchas objeciones notables a la anarquía a lo largo de los años, sin que la menos importante sea la producción privada de seguridad y justicia. Hasta el gran Ludwig von Mises rechazaba abiertamente la producción privada de la ley. Sin embargo, hay numerosos ejemplos de producción privada de la ley y no es solo una idea que se haya limitado a la teoría sino que ha existido y funcionado en la práctica. Para los fines de este artículo solo nos ocuparemos de uno: Brehon o la temprana ley irlandesa.
La ley Brehon era un antiguo sistema legal irlandés que sobrevivió hasta principios del siglo XVII. Este sistema legal nativo estaba completamente desarrollado antes y continuó a pesar de las invasiones cristianas, danesa y anglonormandas de Irlanda (aunque se vio algo afectado por cada acontecimiento).
Aunque se desconoce la fecha exacta de creación del sistema legal, las evidencias existentes sugerirían que se desarrolló durante la Edad del Bronce (del 2300 al 900 a. de C.). También hay evidencias que sugerirían que el mayor desarrollo de, al menos una forma rudimentaria de la ley tuvo lugar entre los siglos XVIII y XIII a. de C.
Las leyes eran más un derecho civil que penal, que afectaba al pago de una compensación por el daño causado y la regulación de la propiedad, la herencia y los contratos. El concepto de castigo del delito administrado por el estado era extraño para los antiguos juristas irlandeses.
El Código Brehon formaba un gran cuerpo de derecho civil, militar y penal. Regulaba los distintos niveles de la sociedad, desde el «rey» hasta el esclavo y enumeraba sus diversas leyes y privilegios. Eran reglas detalladas para la gestión de la propiedad, para los diversos sectores (construcción, cervecerías, molinos, cursos fluviales, represas de pesca, abejas y miel), para la apropiación de bienes, para diezmos, invasiones y evidencias. La relación entre terrateniente y arrendatario, las tarifas de los profesionales (doctores, jueces, maestros, constructores, artífices), las obligaciones mutuas de padres e hijos, de padres adoptivos e hijos adoptivos, de amos y sirvientes, todas estaban reguladas cuidadosamente. En la parte que corresponde a lo que hoy es el derecho penal, se distinguen cuidadosamente los distintos delitos: asesinato, homicidio, atracos, lesiones, robos y todo tipo de daños dolosos y accidentales con mayales, mazos, máquinas y armas de todos los tipos. Y la cantidad de indemnización se establece con detalle para casi cualquier tipo posible de daño.
La ley Brehon permaneció como ley de los irlandeses hasta las matanzas de Cromwell del siglo XVII. La supervivencia de la ley durante casi tres milenios es testimonio del sentido del honor que tenía la gente a la que se aplicaba. Las leyes eran leyes de usuarios. Es decir, obtenían su autoridad de la opinión pública. Eran la expresión del poder moral del pueblo al que regían. El poder moral era el código de honor reflejado a través de los textos de los sabios y del derecho antiguo. La pabra de una persona era su garantía.
Como leyes de usuarios, no podían cambiarse sin aprobación pública. Así que cualquier modificación de las leyes existentes o aplicación de otras nuevas solo podía lograrse en un foro abierto del pueblo en asamblea. Por tanto, aunque algunas personas podían hacer campaña por una ley concreta, hacía falta un voto mayoritario de personas «libres» para proceder a su aplicación. La ley Brehon era realmente un derecho del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.
Fue el papel histórico del tuath (el gobierno irlandés), que consistía en todos los «hombres libres» que poseían tierras, todos los profesionales y todos los artesanos, el de aplicar la ley. Había una asamblea anual de todos los miembros del tuath que decidían todas las políticas comunes, declaraban la guerra o la paz y otros asuntos y elegían o deponían a sus «reyes». También hay que señalar que nadie estaba obligado o ligado a un tuath individual y era libre (y a menudo lo hacía) de salirse de un tuath y unirse a otro en competencia. Así que los tuath eran asociaciones voluntarias que estaban compuestas por las propiedades territoriales de sus miembros voluntarios. Los tuath eran capaces de garantizar ley y orden a través de un complejo sistema de fianzas.
Como la aplicación de la ley no era una función del estado o el rey en el tuath irlandés, era completamente dependiente de cada parte en una acción o demanda para proporcionar fianzas que garantizarían que se acataría el juicio del tribunal del Brehon.
La evaluación de la propiedad de un hombre (sus características y valor) era un aspecto crucial del sistema legal, pues si iba a participar en el complejo sistema de fianzas, que era el mecanismo básico por el que se aplicaba todo el derecho, era asimismo vital evaluar el precio del honor de un individuo, otra parte esencial del sistema judicial irlandés.
El precio del honor era el pago debido a cualquier hombre libre si se dañaban o impugnaban sus derechos de honor de cualquier manera por otra persona. Podían invocarse por la violación de cualquier contrato, cualquier acto de violencia a una persona o sus dependientes, cualquier invasión de sus derechos de propiedad o incluso por el uso malicioso de la «sátira» sin causa que dañara su reputación. Por tanto, el precio del honor era asimismo esencial en el funcionamiento del sistema de fianzas por cuyo medio se ejecutaban todas las sentencias de los tribunales de Brehon.
Los brehones, aunque a menudo descritos inapropiadamente como jueces, eran realmente árbitros y juristas del gobernante. Originalmente, en tiempos prenormandos, era el Ri (rey o reina) el que llevaba el julio cuando era necesario, siguiendo la recitación de la ley aplicable y el consejo del brehón. No fue hasta finales del siglo XII cuando los expertos legales empezaron a ser nombrados como jueces. Sin embargo, incluso entonces se limitaban en general a las áreas dominadas por los normandos donde se realizaban estos nombramientos. El irlandés residente rechazaba tenazmente renunciar a sus viejas costumbres. Hasta el siglo XVII no se derogoó finalmente la ley Brehon.
Como consecuencia de que las normas legales se iban complicando muy frecuentemente y había que hacer muchas consideraciones, una persona extraña no podía esperar dominar los detalles. Sin embargo, aunque el campo del derecho era limitado, los brehones tenían que ser extremadamente cautelosos, pues si se les consideraba culpables de dar una sentencia legal falsa, perdían su tarifa y el brehón inapropiado también era responsable por daños.
La duración de la ley fue bastante asombrosa. Existiendo en Irlanda desde mucho antes de la era cristiana, siguió siendo el sistema favorito de irlandeses y normandos al tiempo hasta el siglo XVII y el reinado de la Reina Isabel. Fue así a pesar del hecho de que los escritores ingleses fueron siempre duros en su condena de la ley Brehon y las leyes del Parlamento que se aprobaron contra él. Incluso el Parlamento llegó a declarar su utilización como un acto de traición a los colonos ingleses. Desafiando esas prohibiciones, los ingleses que vivían fuera del palio (la zona dominada por los ingleses) adoptaron la ley Brehon.
La razón de la persistencia de la ley Brehon era la propia gente. Todo el corpus existente de literatura de Irlanda demuestra el gran respeto del pueblo irlandés por la justicia y la ley y un aborrecimiento de las decisiones injustas. Como ha escrito una importante autoridad en el derecho irlandés: «No había parlamento, ni alguaciles, ni policía, ni aplicación pública de la justicia. (…) No había ninguna traza de justicia administrada por el Estado».1 Todavía a principios del siglo XVII, Sir John Davies, el fiscal general de Jacobo I declaraba; «No hay nación de gentes bajo el solo que ame la justicia igual e indiferente mejor que los irlandeses».2
Sin embargo, aunque el sistema funcionara de forma privada, uno se sigue preguntando si era libertario o incluso estaba de acuerdo con los principios capitalistas. La respuesta a esta pregunta es casi seguro que sí.
La propiedad en Irlanda era en general absoluta, salvo algunas limitaciones mínimas.
El hecho de que los derechos de propiedad fueran supremos se reflejaba en el hecho de que los individuos se diferenciaran por medio de un sistema de clases basado en la cantidad de propiedad acumulada y que la única forma por la que los individuos podían ascender en dicho sistema de clases era mediante la acumulación de propiedades.
Aunque la sociedad irlandesa bajo la ley Brahon estuviera dominado por los varones, las mujeres tenían más libertad, independencia y derechos de propiedad que en cualquier otra sociedad europea del momento.
Está bastante claro que las mujeres eran absolutamente iguales a los hombres en asuntos de propiedad. Una mujer era libre de casarse con quien escogiera. Ni el marido ni la esposa podían vender, intercambiar o realizar contratos por la propiedad de otro. Ambos podían divorciarse. Tras el divorcio, la propiedad se dividía en la misma proporción que tenía cada uno al casarse.
Considerando todos estos hechos, a uno se le podría perdonar preguntar: «¿por qué entonces Irlanda nunca experimentó una revolución industrial?» La respuesta a esta pregunta es bastante compleja y en buena medida desconocida. Aunque tenemos muchos conocimientos sobre factores que afectaron a la economía justo antes y después de la desaparición del sistema Brehon, hay una importante falta de investigación y conocimiento de factores que afectaron a la economía antes de esta época. Por ahora, lo mejor que podemos hacer en contentarnos con una explicación de por qué la economía irlandesa estaba decayendo después del siglo XVI.
Las razones de ello son, por supuesto, múltiples y exceden el ámbito de este artículo, pero algunas de las principales pueden apuntarse brevemente a continuación.
Primero, merece advertirse que la isla estuvo sujeta a una guerra casi constante desde la rebelión de Silken Thomas en 1534. Desde 1534 a 1919 hubo 15 rebeliones. Estas guerras fueron a menudo devastadoras y solo las Guerras Confederadas de Irlanda de 1641 a 1653 produjeron una reducción de la población de casi el 50% según algunas estimaciones. Fue después de estas guerras cuando el sistema legal de Brehon empezó a desaparecer. Los derechos de propiedad se olvidaron y la propiedad de los irlandeses nativos fue confiscada y su posesión transferida a los colonos ingleses y simpatizantes de Inglaterra.
Por si no fuera bastante, se introdujo una serie de leyes estrictas (conocidas como las leyes penales) en 1695 por parte del gobierno británico, que no fueron derogadas finalmente hasta la década de 1820. Estas leyes se impusieron para intentar obligar a los católicos irlandeses a convertirse al protestantismo, aunque sus efectos no se limitaban únicamente a la religión y en la práctica tuvieron profundos efectos económicos.
Estas leyes prohibían a los católicos (a) tner armas, (b) ser profesionales, excepto en medicina, (c) intervenir en política, (d) poseer terrenos, (e) recibir educación, excepto en la fe protestante o (f) poseer un caballo que tuviera un valor superior a 5₤. Se han considerado como
Una maquinaria inteligente y bien elaborada, apropiada asimismo para la opresión, el empobrecimiento y la degradación de un pueblo y el envilecimiento en el mismo de la propia naturaleza humana, como nunca desarrollada por el pervertido ingenio del hombre.3
A la vista de estos hechos apenas debería sorprender que la economía de irlanda no floreciera y se desarrollara a la par durante el resto de Europa en esos tiempos. Sin embargo, uno aún se pregunta por qué Irlanda no disfrutó de un enorme crecimiento económico antes de estos acontecimientos. ¿Había algún defecto en cómo se asignaban los derechos de propiedad que impidiera una acumulación masiva de capital? El asunto está disponible para realizar más investigaciones.
- 1Citado en la mejor introducción a las antiguas y anarquistas instituciones irlandesas, Joseph R. Peden, «Property Rights in Celtic Irish Law», Journal of Libertarian Studies I (primavera de 1977), pág. 83; véase también las págs. 81 a 95. Para un resumen, véase Peden, “Stateless Societies”: Ancient Ireland”, The Libertarian Forum (abril de 1971), págs. 3 y 4.
- 2Michael Ragan, «The Brehon Law», 1999.
- 3Edmund Burke, citado en John Savage, Fenian Heroes and Martyrs (1869).