Después de cerrar en 1,051 al final de diciembre de 2016, el precio del euro en dólares de EEUU llegó a 1,2321 al final de marzo de este año, un aumento del 17,2%.
Pero un tipo de cambio de divisa parece moverse en respuesta a tantos factores que hace casi imposible calcular hacia dónde es probable que se dirija dicho tipo de cambio.
En lugar de prestar atención a la multitud de variables, es más sensato centrarse en la variable esencial.
En lo que se refiere a la determinación del tipo de cambio de la moneda, la variable esencial son los cambios relativos en el poder adquisitivo de las diversas divisas. El poder adquisitivo relativo de las diversas divisas establece el tipo subyacente de cambio.
Un precio de una cesta de bienes es la cantidad de dinero pagado por la cesta. También podemos decir que la cantidad de dinero pagado por una cesta de bienes es el poder adquisitivo del dinero con respecto a esa lista de bienes.
Si en EEUU el precio de una cesta de bienes es de 1 dólar y en Europa una cesta de bienes idéntica se vende por 2 euros entonces el tipo de cambio entre el dólar de EEUU y el euro debe ser de dos euros por un dólar.
La oferta monetaria
Un factor importante a la hora de establecer el poder adquisitivo del dinero es la oferta de dinero. Si a lo largo del tiempo la tasa de crecimiento de la oferta monetaria de EEUU excede la tasa de crecimiento de la oferta monetaria europea, en igualdad de condiciones, esto pondrá presión sobre el dólar frente al euro.
Como el precio de un bien es la cantidad de dinero por bien, esto significa ahora que los precios de los bienes en dólares aumentaran más rápido que los precios en euros, en igualdad de condiciones.
Como consecuencia, una cesta idéntica de bienes tendría ahora un precio, digamos, de 2 dólares frente a 2,5 euros. Esto implicaría que el tipo de cambio entre el dólar y el euro sería ahora de 1,25 euros por un dólar.
Advirtamos que el hecho de que los cambios en la oferta vocal de moneda afecten a su poder adquisitivo general con un retraso significa que los cambios en la oferta relativa de moneda también afectan al tipo de cambio de la moneda con un retraso.
Cuando se inyecta dinero en una economía, empieza en un mercado concreto antes de ir a otros mercados: esta es la razón del retraso.
Cuando entra en un mercado concreto impulsa al alza el precio de un bien en este mercado: se gasta más dinero en bienes concretos que antes.
Esto a su vez significa que la información pasada y presente acerca de la oferta monetaria puede emplearse para calcular probables movimientos futuros en el tipo de cambio de la moneda.
La demanda de dinero
Otro factor importante para dirigir el poder adquisitivo del dinero y el tipo de cambio de la moneda es la demanda de dinero. Por ejemplo, con un aumento en la producción de bienes la demanda de dinero seguirá el mismo camino.
La demanda de los servicios del medio de intercambio aumentará, ya que ahora se intercambiarán más bienes. Como consecuencia, para una oferta dada de dinero, su poder adquisitivo aumentará. Menos dinero buscará ahora más bienes.
Igualmente, la demanda de dinero va a aumentar debido a un aumento general en los precios de bienes y servicios.
Tipos de interés
Diversos factores, como el tipo diferencial de interés, pueden causar una desviación del tipo de cambio de la moneda del nivel dictado por el poder adquisitivo relativo. Sin embargo, esas desviaciones pondrán en marcha fuerzas correctivas.
Supongamos que la Fed aumenta su política de tipos de interés mientras que el Banco Central Europeo no cambia su política de tipos.
Hemos visto que sea el precio de una cesta de bienes en EEUU es de un dólar y en Europa de dos euros, luego, de acuerdo con el marco del poder adquisitivo, el tipo de cambio de la moneda debería ser de un dólar por dos euros.
Como resultado de una ampliación en el diferencial de tipos de interés en EEUU y la Eurozona, un aumento en la demanda de dólares empuja al tipo de cambio en el mercado hasta un dólar por tres euros.
Esto significa que el dólar está ahora sobrevalorado, como muestra el poder adquisitivo relativo del dólar con respecto al euro.
En esta situación, merecerá la pena vender la cesta de bienes en dólares, luego intercambiar los dólares por euros y después comprar la cesta de bienes con euros, obteniendo así una fácil ganancia de arbitraje.
Por ejemplo, las personas venderían una cesta de bienes por un dólar, intercambiarían el dólar por tres euros y luego intercambiarían tres euros por 1,5 cestas, ganando 0,5 de una cesta de bienes.
El hecho de que el poseedor de dólares aumente su demanda de euros para beneficiarse del arbitraje hace más caros los euros en relación con los dólares, empujando al tipo de cambio en dirección a un dólar por dos euros. Siempre se pondrá en marcha un arbitraje si el tipo de cambio se desvía, por cualquier razón, del tipo subyacente de cambio.
Hemos visto que la interacción entre la oferta y la demanda de dinero establece el poder adquisitivo de una moneda, lo que a su vez determina su tipo de cambio frente a la otra divisa.
La interacción entre oferta y demanda puede representarse por del diferencial de crecimiento excesivo de la moneda. Este diferencial se calcula como la diferencia entre la tasa anualizada de crecimiento de la oferta monetaria y la tasa anualizada de crecimiento de la actividad económica nominal.
La diferencia entre el diferencial del crecimiento excesivo de la moneda de EEUU y la UME fija el tipo subyacente de cambio del euro en términos del dólar de EEUU.
Por ejemplo, después de cerrar en el 12,5% en agosto de 2011, la diferencia entre el diferencial de crecimiento AMS excesivo de EEUU y la UME llegó a un -8% en febrero de este año.
Una tendencia visible a la baja implica un fortalecimiento subyacente relativo en el poder adquisitivo del dólar del dólar de EEUU frente al euro. (Relativamente a la demanda de dinero, la tasa de crecimiento de la oferta monetaria en EEUU es mucho más débil que en la UME). Esto a su vez aumenta la probabilidad de que con el paso del tiempo el dólar de EEUU se fortalezca frente al euro.