El aspecto más omnipresente y prevalente del gobierno para el medio americano es la burocracia reguladora. Crear una empresa exige la obtención de una licencia. Los burócratas recibieron poderes para crear nuevos requisitos legales, medidas contables y desviaciones de la gestión de beneficios. Esto lo permitía la ley, mediante la delegación de poderes del Congreso a los burócratas, pero también la Corte Suprema. Pero, eso está llegando a su fin en un futuro próximo, ya que la Corte Suprema ha anulado un precedente de 40 años.
Chevron U.S.A., Inc. v. Natural Resources Defense Council, Inc. (un nombre largo; en adelante lo llamaré simplemente «Chevron») sentó un precedente que otorgaba deferencia a las agencias reguladoras a la hora de interpretar y aplicar los reglamentos permitidos por la ley. Dando por sentado que el Congreso delega poderes en las agencias, estableció criterios para la legalidad de las acciones de una burocracia. La primera mitad de los criterios preguntaba si la ley que crea una agencia o la faculta es ambigua sobre un aspecto o no, y si no lo es entonces se remite a la agencia para la interpretación de la ley. Entonces la corte podría evaluar si es razonable o no.
Chevron permitió a los burócratas interpretar leyes vagas y otorgarse poderes que las cortes tienen que respetar por precedente. Este caso dotó a los burócratas de inmensos poderes para redefinir palabras, estatutos, aplicarlos de diferentes maneras y cosas similares. Todo ello partiendo de la base de que se les considera los «expertos» e intérpretes de la ley y de cualquier ámbito relacionado con ella. En lugar de interpretar la ley en conjunción con el resto de la legislación y la Constitución, las cortes inferiores se ven obligados a abdicar en las agencias.
Esto puede llegar a su fin en un futuro próximo.
Loper Bright Enterprises v. Raimondo, un nuevo caso, se argumentó ante la Corte Suprema conservador de 6-3 tocando el tema de la deferencia Chevron. Este caso se refería a los reguladores federales que obligan a vigilar los barcos pesqueros y la agencia cobra a los pescadores el salario de los vigilantes. Según Jess Bravin, del Wall Street Journal, el argumento expuesto ante los jueces fue el siguiente:
En lugar de aceptar la interpretación de la agencia de pesca de su autoridad en virtud de una ley ambigua, los demandantes dijeron que los jueces deberían haber dado la misma importancia al argumento empresarial y haber decidido por sí mismos la mejor interpretación de la ley de conservación.
Este caso cuestiona la base de la interpretación judicial de la regulación burocrática. Una anulación de Chevron significa que las agencias reguladoras, muchas de las cuales pueden interpretarse como ilegales desde el punto de vista de un gobierno pequeño, y sus actividades serán examinadas más de cerca por los jueces y posiblemente anuladas. Las amplias redefiniciones de poderes serán restringidas por decisión de los jueces.
Los partidarios de los mercados deberían alegrarse de esta decisión. En el mejor de los casos, estas agencias reguladoras suponen una carga ineficiente para los mercados y, en el peor, actúan como instrumentos aporreadores de la captura reguladora. Una restricción estricta de sus poderes, especialmente por parte de una Corte Sprema conservadora, podría conducir a una fuerte reducción de la interferencia en el mercado.
Tomemos, por ejemplo, la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego y sus frecuentes redefiniciones de diversos accesorios y tipos de armas de fuego como «ametralladoras» para prohibirlas. En otro caso reciente, la Corte anuló la «Prohibicion de las culatas de choque» de la administración de Trump de 2017 por motivos muy similares. En lugar de aceptar la interpretación de la ATF sobre lo que califica como ametralladora, señaló que la ATF estaba equivocada en su interpretación. Esto podría muy bien ser un presagio de la sentencia Loper. La revocación restringirá en gran medida la ATF de poder llevar a cabo cambios rápidos de normas sin que se apruebe la legislación. Proporciona otra barrera y oportunidad para detener lo que probablemente sean normas inconstitucionales e intrusivas.
Pero las implicaciones van más allá de la ATF. Famosamente, la sentencia Chevron fue una victoria para los conservadores que estaban utilizando la EPA para redefinir lo que significaba una «fuente» de contaminación. En aquel momento, la EPA, dirigida por un designado de Reagan, quería relajar la regulación. Sin embargo, la propia sentencia permite a los progresistas disponer de una herramienta letal para redefinir la contaminación. Los cambios normativos podrían extenderse a áreas cada vez más intrusivas, especialmente a través de normativas medioambientales en una época de alarmismo sobre el cambio climático. Una sentencia contra Chevron impedirá que los burócratas activistas del cambio climático puedan imponer más y más regulaciones onerosas que encarecen todo.
Medios progresistas como el New York Times y el Washington Post han empezado a lamentar esta decisión, lo que debería suponer una buena señal para los partidarios de gobiernos más pequeños. Los progresistas han empezado a llorar por la carga que esto supondrá para el sistema judicial, que bien podría acabar con las agencias reguladoras. ¿Quizás esta carga sea una característica más que un defecto? La muerte de Chevron pone en tela de juicio la arraigada burocracia de Washington. Descanse en (no) paz Chevron (1984-2024).