Con gran tristeza constatamos el fallecimiento de Axel Leijonhufvud el 2 de mayo. No era un austriaco (sino, como buen sueco, un wickselliano), ni le gustaban los encasillamientos, pero deja un gran legado relevante para la escuela austriaca. Él, al igual que Roger Garrison, sabía más sobre lo que decía Keynes que casi cualquier otro académico, pasado o presente. Su disertación On Keynesian Economics and the Economics of Keynes argumentaba que la Teoría general de Keynes no se ocupaba realmente de los salarios y precios rígidos, sino de los fallos de coordinación intertemporal. Se interesaba más por los procesos fuera del equilibrio que por los modelos matemáticos de equilibrio, lo que le llevó a asesorar a algunas de las antiguas repúblicas de la Unión Soviética (en particular, Kazajistán) sobre cómo hacer la transición a una economía de mercado. Era un caballero y un verdadero amigo para los que le conocían. Se lo extrañará.