Fascismo vs. capitalismo: el conflicto ideológico central de nuestros tiempos

«Fascismo» se ha convertido en un término de escarnio y reprensión. Se lanza despreocupadamente en dirección a cualquier cosa que disguste a un crítico. Incluso los libertarios (que son el epítome del antifascismo) son calificados como fascistas de vez en cuando.

Pero el fascismo es un concepto real, no una vara con la que atizar arbitrariamente a los oponentes. El abuso de esta palabra tan importante socava su valor real como expresión que se refiere a un fenómeno muy real y cuyo espíritu todavía pervive.

El fascismo es una ideología específica basada en la idea de que el Estado es la organización ideal para realizar el potencial económico, social e incluso espiritual de una sociedad y de un individuo.

El Estado, para el fascista, es el instrumento mediante el cual se realiza el destino común de la gente y en el que se encuentra el potencial de la grandeza. Los derechos individuales, y el individuo mismo, están estrictamente subordinados a los grandes y gloriosos objetivos del estado para la nación. En los asuntos extranjeros, la actitud fascista se refleja en un chovinismo beligerante, un desprecio por otros pueblos y una reverencia de toda la sociedad por los soldados y las virtudes marciales.

Lew Rockwell examina los claros contrastantes sistemas del capitalismo y el fascismo, señalando las tendencias pro-fascistas en las últimas décadas, así como las tendencias históricas más grandes en los Estados Unidos e internacionalmente.

En la Primera sección, Rockwell se centra en la naturaleza del fascismo y su influencia en la sociedad occidental, con un enfoque en las instituciones políticas y económicas americanas.

En la Segunda sección, Rockwell examina el capitalismo como enemigo y antídoto del fascismo.

Combinando economía, historia y filosofía política, este libro no solo proporciona un diagnóstico de lo que aflige a la sociedad americana y occidental, sino que también arroja luz sobre cómo podemos reparar el daño que se ha hecho y con la ayuda del trabajo intelectual de grandes mentes como Murray Rothbard y Ron Paul, podríamos, como sociedad, abandonar el fascismo de nuestros tiempos y mirar hacia la libertad.