En 1991, cuando la economía india estaba al borde del abismo, Narasimha Rao llamó al eminente economista Dr. Manmohan Singh. Lo que siguió está bien documentado: la transformación de una economía de 300.000 millones de dólares en una de 3,5 billones en sólo tres décadas. Esto marcó el abandono por parte de India del modelo nehruviano de economía socialista y su adopción del sistema de mercado abierto. Sin embargo, sigue siendo discutible si India ha abrazado plenamente el capitalismo o aún conserva elementos socialistas. Hoy analizamos si el libre mercado indio tiene raíces heredadas o si lo ha adoptado de Occidente.
El poeta y escritor tamil Thiruvalluvar, en su obra Thirukkural, hizo hincapié en la creación ética de riqueza. Afirmó: «La riqueza, la lámpara infalible, acelera a todas las tierras; Dispersando la oscuridad a la orden de su señor». Además, afirmó: «Haz dinero: no hay arma más afilada que ella para cortar el orgullo de tus enemigos». Estas reflexiones se han extraído del Estudio Económico de 2019-20.
Hay ejemplos históricos que corroboran el espíritu capitalista de India. Tuladhara, mencionado en el Mahabharata, era un reputado comerciante de especias y zumos de Benarés que impartía sabiduría sobre el dharma y los medios de vida. Otros ejemplos se detallan en The Stories of Indian Business Series: 10 Extraordinary Tales of Trade, una serie de libros publicados por Penguin Random House.
Del mismo modo, Kautilya defendió el capitalismo en su obra Arthashastra afirmando: «La base de la felicidad es la ética. La base de la ética son los recursos. La base de los recursos es el reino». Aquí, «reino» denota empresa. Aunque Kautilya abogaba por un capitalismo regulado con cierta intervención estatal, su obra señalaba un sistema orientado al lucro distinto del socialismo. Abogó por un comercio regulado del alcohol y la prostitución, como se detalla en los capítulos 25, «El superintendente del licor», y 27, «El superintendente de las prostitutas», y por exenciones fiscales a los mercaderes por las importaciones.
En la civilización hindú, la diosa Lakshmi simboliza no sólo la riqueza, sino la prosperidad, lo que indica una creencia social en la prosperidad a través de la creación de riqueza. Del mismo modo, Kubera, la deidad de la riqueza, representa la prosperidad material. Kubera, también conocido como el «Señor de la Riqueza», se considera el deva más rico de las escrituras hindúes. Representado como una figura enana con una gran barriga que lleva una bolsa de dinero, el significado de Kubera se extiende más allá del hinduismo e influye en el budismo y el jainismo. Mientras que a Lakshmi se la relaciona con la divinidad y la auspiciosidad, a Kubera se le asocia con la prosperidad material adquirida en forma de riqueza, opulencia y tesoros. Estas religiones hablan a menudo del concepto de moksha, por lo que destaca el papel de Kubera en la prosperidad material.
La riqueza y prosperidad históricas de India son evidentes. De aportar el 27 por ciento de la renta mundial en 1700 (frente al 23 por ciento de Europa) al 3 por ciento en 1950, el espíritu capitalista de India ha sido inconsistente. Para más información sobre la trayectoria económica de India, consulte la página de Wikipedia sobre la historia del crecimiento económico del país. Pocos conocen a Virji Vora, un mercader de Surat que financió la Compañía de las Indias Orientales y mantuvo el monopolio del comercio de especias. Él ejemplifica los esfuerzos capitalistas históricos de India.
Además, los registros históricos indican que individuos como Virji Vora financiaron expediciones militares, como la dirigida por Aurangzeb para conquistar la región india del Decán. Las contribuciones de Vora iban más allá del comercio, ya que se sabe que regaló cuatro caballos árabes a Shah Jahan, como se menciona en los relatos históricos.
Además, India ha sido una tierra de oportunidades para quienes se enfrentaban a la persecución en sus países de origen, como las comunidades judía y persa. Encontraron prosperidad y refugio en India debido a la admiración de la nación por quienes crean riqueza por medios éticos y contribuyen a la prosperidad de la nación.
Los hechos que cito reflejan la verdadera esencia del capitalismo indio. A lo largo de la historia, desde el Ramayana hasta el Mahabharata, no hay ningún caso de un solo rey o gobernante que se dedique a actividades comerciales. Esta ausencia subraya que India nunca ha sido una economía socialista o de planificación centralizada.
Incluso en la historia moderna, el hecho de que Mahatma Gandhi repitiera la vieja afirmación hindi «Jaha Ka Raja Vyapari, Waha Ki Praja Bhikari» (Donde el rey es mercader, los súbditos son mendigos) ilustra su divergencia con la ideología económica de Pandit Nehru. India, con su antigua civilización y su joven población, puede dar forma a la economía mundial fomentando el emprendimiento. El ethos de India celebra la creación ética de riqueza, atrayendo a individuos que buscan la prosperidad.
En conclusión, India no tiene por qué emular el modelo capitalista de Occidente, sino que debe forjarse su propio camino. El gobierno de India debe formular políticas que fomenten una sociedad impulsada por los negocios, mientras que el pueblo indio debe defender el capitalismo y el emprendimiento. El capital humano de India, combinado con sus recursos financieros, puede reforzar su balance y forjar su futuro.