El expresidente Trump ha propuesto eximir de impuestos los ingresos por horas extraordinarias. ¿Es una buena idea? Algunos economistas pueden señalar que eximir de impuestos las horas extraordinarias apunta a la oferta marginal de mano de obra. Aumentar el salario marginal de los impuestos fomenta el trabajo, puede aumentar la oferta agregada y el crecimiento económico.
Otros economistas pueden señalar que las horas extraordinarias son muy cíclicas; los ingresos fiscales procedentes de las horas extraordinarias aumentan durante los auges económicos y disminuyen durante las recesiones. Lo que esto significa es que la exención fiscal de las horas extraordinarias aumenta automáticamente los déficits presupuestarios en una recesión y disminuye automáticamente los déficits presupuestarios en un auge económico. Los economistas que aún se aferran a la teoría del lado de la demanda de John Maynard Keynes se refieren a esto como un «estabilizador automático». Los economistas del lado de la demanda insisten en que los cambios debidamente programados y el déficit federal pueden reducir la gravedad de las fluctuaciones económicas agregadas. La política deliberada del lado de la demanda suele estar mal programada, debido a la naturaleza letárgica del proceso legislativo del Congreso. Las políticas del lado de la demanda que se ponen en marcha automáticamente no dependen de la eficiencia del proceso legislativo.
Hay una tercera perspectiva en este debate, que recibe muy poca atención en la prensa popular. El Gobierno federal lleva décadas registrando déficits de forma continuada. La deuda nacional es ahora mayor que el PIB anual de los Estados Unidos. Las propuestas de recortes fiscales pueden ser una buena retórica electoral, pero una deuda nacional creciente desplaza la inversión privada productiva y podría conducir a la bancarrota nacional.
Los principales candidatos a las elecciones de este año han prometido rebajas fiscales al menos a una parte de la población americana. Algunos economistas de la oferta afirman que los incentivos fiscales que aumentan la oferta de mano de obra se autofinancian, generando más ingresos fiscales de forma inmediata. Hay pocas pruebas que respalden esta teoría. Se necesita tiempo para que los incentivos fiscales generen más crecimiento económico. La teoría del lado de la demanda indica que el Congreso debería haber subido los impuestos recientemente. Esta teoría afirma que los superávits fiscales deberían utilizarse para moderar los auges mientras las tasas de desempleo son bajas, para «recargar el canon fiscal», como dijo recientemente el economista Larry Summers.
El problema más evidente al que nos enfrentamos es doble. En primer lugar, un candidato a la presidencia recibe consejos económicos de economistas que exageran los efectos de los recortes fiscales sobre la oferta. En segundo lugar, el partido del otro candidato recibe consejos económicos de charlatanes. Sin embargo, el problema subyacente es que muchos votantes responden favorablemente a los llamamientos a reducir los impuestos porque suena mejor de lo que realmente es. La búsqueda de recortes fiscales sin recortes del gasto conduce a una acumulación continua de deuda, que en realidad es tan mala como unos tipos impositivos más altos de lo necesario.