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La casta política de Milei

Todas las agencias gubernamentales intervienen en la vida y la libertad de las personas. Toda la burocracia gubernamental existe precisamente para eso. Estas agencias tienen un impacto en la vida social y facilitan el gasto gubernamental. Quienquiera que ocupe estos cargos, con las correspondientes diferencias de poder y niveles de relevancia, servirá al menos a una agenda mínimamente estatista. En consecuencia, a menos que se suprima por completo una agencia y todo lo que tiene que ver con su funcionamiento interno, el impacto de las agencias sólo puede aumentar, mantenerse o disminuir. Y todo el bien que supuestamente hacen estas agencias seguirá siendo siempre un medio por el que el gobierno beneficia a unas personas en detrimento de otras —dentro y fuera del gobierno— y quita dinero a la gente productiva para dárselo a la gente no productiva.

Durante su carrera a la presidencia de Argentina, una de las promesas de Javier Milei fue acabar con la casta política que dominaba el país. Mientras el juego político de Milei continúa, echemos ahora un vistazo a las personas a las que Milei ha confiado poder y relevancia en su administración.

Patricia Bullrich

La ministra de Seguridad de Milei fue diputada y también responsable de distintos ministerios en diferentes administraciones. Fue la competidora de Milei en la carrera presidencial. Milei básicamente odiaba a Bullrich, e incluso la llamó terrorista por sus vínculos pasados con una organización guerrillera peronista en los años 70. Luego, las dos olvidaron sus rencillas y se aliaron para la victoria de Milei en el balotaje.

En 2019, cuando ocupaba el mismo cargo bajo la presidencia de Mauricio Macri (2015-2019), Bullrich se mostró a favor de un registro de ADN que incluyera a todos los ciudadanos de Argentina. Tras crear esta base genética de violadores, impulsó un proyecto para incluir a los acusados de delitos dolosos. En su opinión, la iniciativa algún día abarcaría a todos los argentinos. Más tarde, durante la crisis del COVID en 2021, Bullrich preguntó si no era posible ir casa por casa a buscar a los no vacunados, y sugirió una campaña para ir a buscar a cada uno de ellos. Se quejó diciendo: «muchos microdatos para las elecciones y pocos microdatos para la salud de los argentinos.»

La seguridad interior es un sello distintivo de la era Milei. En julio de 2024, Bullrich creó la Unidad de Inteligencia Artificial Aplicada a la Seguridad, para «la prevención, detección, investigación y persecución del delito y sus conexiones mediante el uso de inteligencia artificial» —incluyendo su uso para predecir «delitos futuros». La agencia también se encargará de la vigilancia en el mundo virtual. Y en agosto de 2024, el Congreso aprobó el proyecto de ley del Ejecutivo de Milei para ampliar el ámbito de actuación del Registro de Datos Genéticos a la investigación de todo tipo de delitos.

Federico Sturzenegger

El ministro de Desregulación y Transformación del Estado de Milei es un economista que enseñó en la Harvard Kennedy School. Sturzenegger estuvo en la petrolera YPF antes de que fuera privatizada bajo la presidencia de Carlos Menem (1989-1999).

Sturzenegger fue secretario de Política Económica del presidente Fernando de la Rúa (1999-2001), cuando renunció dos días antes del anuncio del Corralito —un desastre económico que dejó sin ahorros a miles de personas de clase media— y fue acusado como uno de los responsables del mismo. Sturznegger fue vinculado a una operación de 2001 sobre bonos argentinos que incrementó la deuda externa en unos 55.000 millones de dólares, lo que le llevó a un proceso judicial por el pago de comisiones multimillonarias a siete bancos. Fue absuelto por un juez federal en 2016.

Sturzenegger fue presidente del Banco Ciudad entre 2008 y 2013, y luego adjunto hasta 2015, cuando fue nombrado por Macri presidente del Banco Central. En 2017, Sturzenegger propuso acabar con el uso del efectivo y bancarizar la economía. Finalmente, renunció a su cargo en junio de 2018 tras una corrida cambiaria. Por cierto, también ese año, Milei llegó a considerar a Sturzenegger como el mejor presidente del banco central argentino de la historia.

El ministerio que ostenta Sturzenegger es creación de Milei.

Luis Caputo

El ministro de Economía de Milei es amigo de Macri y tío del estratega de la campaña de Milei, Santiago Caputo —actual asesor del Ejecutivo—. Antes de que Milei asumiera el cargo, Caputo gestionaba su propio fondo de inversión y formaba parte del consejo de administración de una empresa energética argentina. Y antes de eso, trabajó en J.P. Morgan y en el Deutsche Bank.

Macri nombró a Caputo en otros puestos hasta que sustituyó a Sturzenegger en el banco central. Allí, Caputo tuvo posiblemente más influencia sobre la economía que casi nadie en tan poco tiempo. En palabras de Milei, Caputo gastó 15.000 millones de dólares de reservas de forma irresponsable y provocó uno de los grandes desastres del banco en dos o tres meses.

En noviembre de 2023, Milei dijo que no hay mayor experto financiero en Argentina que Caputo —y de hecho, Caputo tiene su propia historia en el sucio negocio financiero de la deuda pública.

Santiago Bausili

El presidente del Banco Central de Milei fue socio de Caputo en el fondo de inversión antes mencionado, y también trabajó para J.P. Morgan y Deutsche Bank.

En 2021, Bausili fue procesado por conflicto de intereses en sus interacciones con el Deutsche Bank cuando era subsecretario de Financiación y luego secretario de Finanzas con Macri. Un juez federal concluyó que las acciones de Bausili estaban prohibidas por la ley, pero una corte de apelaciones anuló el procesamiento unos meses después. La investigación continuó y Bausili fue procesado de nuevo en septiembre de 2023. Sin embargo, justo antes de ser confirmado por Milei en diciembre de 2023, la Cámara Federal de Buenos Aires revocó la acusación contra Bausili, defendido por el hermano y socio de Mariano Cúneo Libarona, ministro de Justicia de Milei. Un argumento central de la defensa fue que la decisión de designar al Deutsche Bank para la colocación de deuda argentina no fue tomada por Bausili, sino que provino del secretario y luego ministro de Finanzas: Caputo.

Curiosamente, ante las esperanzas de que Milei cerrara el banco central, días antes de asumir el cargo, Bausili declaró que mientras él estuviera allí, el banco no se cerraría.

Guillermo Francos

El jefe de Gabinete de Milei es un abogado que ha ocupado cargos públicos durante décadas, incluso al servicio de la presidenta Isabela Perón (1974-1976). Además de diputado durante varias legislaturas, Francos fue titular del Banco de la Provincia de Buenos Aires durante un mandato del gobernador Daniel Scioli, en la presidencia de Cristina Kirchner (2007-2015). Y más recientemente, Francos representó a la Argentina en el Banco Interamericano de Desarrollo bajo la presidencia de Alberto Fernández (2019-2023).

Francos también pasó por el sector privado, en un holding fundado por Eduardo Eurnekian, para el que Milei trabajó varios años.

Daniel Scioli

El secretario de Turismo, Medio Ambiente y Deportes de Milei ejerció bajo el mandato de Alberto Fernández —el predecesor de Milei— como ministro de Desarrollo Productivo y más tarde como embajador en Brasil. Scioli fue parlamentario en dos ocasiones, e incluso vicepresidente del presidente Néstor Kirchner (2003-2007).

Francos y Milei trabajaron unos años en un think tank financiado por Scioli, y en agosto de 2024, los tres y Eurnekian fueron denunciados penalmente en una causa por malversación de fondos públicos, falsificación de documentos, lavado de dinero y asociación ilícita.

José Luis Vila

El secretario de Asuntos Estratégicos de Milei fue asesor del presidente Raúl Alfonsín (1983-1989). Vila residió en Washington mientras trabajaba en la Secretaría de Inteligencia del Estado para Néstor y Cristina Kirchner, donde se convirtió en enlace con la CIA y estudió contraterrorismo en la Universidad Nacional de Defensa.

Vila fue asesor de una comisión de defensa del Congreso durante el gobierno de Menem, y también trabajó para Macri en el ministerio de Defensa.

Casta política

La presión pública es indispensable para impulsar cambios en la dirección correcta. Pero siempre existe la posibilidad —y a veces ocurre— de que la casta política haga creer a la gente que su presión provoca cambios que en realidad son mucho menos relevantes de lo que creen. Y como suele haber cierta solidaridad de intereses entre casi todos los políticos y todas las castas dentro y fuera del gobierno, cualquier conflicto de intereses en política rara vez beneficia mucho al ciudadano de a pie.

En el equipo de Milei figuran personas que poco o nada han tenido que ver con el movimiento y las ideas que llevaron a Milei a la fama: incluso personas a las que Milei rechazó durante años y otras de sectores considerados rivales de Milei. Es prácticamente imposible que todas estas personas hayan cambiado drásticamente a mejor. Y dado que Milei es el jefe responsable del poder ejecutivo, creer que puede ser mucho mejor que su propio gabinete es ignorar cómo funciona un gobierno y la política habitual. Es decir, estos nombramientos son más o menos una extensión de la propia calidad de Milei, y ellos solos conllevan sus propios peligros y falta de confianza en las esperanzas contra el estatismo.

Como los intereses particulares influyen en la política, en el gobierno y en cada una de sus ramas, los nombramientos pueden responder a intereses mucho menos favorables a las declaradas intenciones de Milei de hacer el bien. Pero incluso esto debería cuestionarse, porque Milei acaba de destituir a su ministro de Asuntos Exteriores por votar en la ONU contra el embargo de los EEUU a Cuba, y ha nombrado a otra persona que sin duda votará como exige la política exterior neoconservadora de Milei.

Es lógico que Milei, que se suponía que iba a luchar contra el estatismo como nunca antes lo había hecho, tuviera a su alrededor hombres mucho mejores que un puñado de acomodados miembros del establishment político y bancario del estatismo —incluida gente implicada en los desastres que llevaron a los argentinos a elegir a Milei (por ejemplo, la deuda externa casi se duplicó bajo Macri). E incluso teniendo en cuenta que Milei ganó mediante una coalición, difícilmente habría cabido tanta casta política para un hombre del que se esperaba que luchara contra esa casta como ningún otro en la historia de Argentina.

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Image Source: Associated Press / Matias Delacroix
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