Mediante una orden ejecutiva, el presidente Trump pretende implantar un Fondo Soberano en Estados Unidos. Se ha fijado un plazo de 90 días para el plan oficial, lo que obliga a diversos funcionarios y departamentos a colaborar rápidamente en su desarrollo. Pero, ¿cuáles son algunas de las implicaciones? ¿Qué aspecto podría tener?
Los fondos soberanos no son un concepto nuevo. El mayor del mundo, el Fondo Soberano de Noruega, cuenta con activos por valor de casi 2 billones de dólares.
Según el sitio web de Norges Bank Investment Management, todo empezó cuando:
En 1969 se descubrió frente a las costas de Noruega uno de los mayores yacimientos petrolíferos del mundo. De repente teníamos mucho petróleo que vender, y la economía del país creció espectacularmente. Desde el principio se decidió que los ingresos del petróleo y el gas debían utilizarse con cautela para evitar desequilibrios en la economía.
También en 1969, la población de Noruega era de aproximadamente 3,8 millones de personas. Por supuesto, Los EEUU no es Noruega. El famoso «modelo noruego» no es un modelo exportable, sino una circunstancia fortuita en la que se encontró Noruega.
Noruega tiene actualmente 5,6 millones de habitantes, es decir, algo más de la mitad que Nueva York.
En comparación, este conjunto de datos muestra la producción de barriles por día, por cada 1.000 habitantes. (Datos de 2007).
Naturalmente, debido al tamaño del yacimiento y a la minúscula población en comparación con los EEUU, Noruega produce mucho más petróleo por persona. Todo esto viene a decir: el fondo de riqueza puede funcionar para Noruega, pero ¿funcionará para América?
Esto no es capitalismo; y requiere que el gobierno primero consiga dinero, de alguna parte. Podría utilizar el dinero de los impuestos. Para ser justos, suponiendo que todas las cosas sean iguales, si el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) continúa a esta velocidad de vértigo, el gobierno debería tener más dinero de los impuestos a su disposición para invertir en el fondo.
El gobierno también podría vender activos, como espacios verdes, edificios, o vender sus casi 200.000 bitcoins financiados en su mayor parte involuntariamente por Ross Ulbricht.
O simplemente podría pedir prestado y/o crear dinero con la ayuda de la Reserva Federal. De forma muy simplificada, el Fondo Soberano podría pedir prestados billones de dólares a un tipo de interés relativamente bajo e invertirlos en acciones, bonos, bienes inmuebles, oro, plata o incluso criptomonedas, por mencionar solo algunas posibilidades.
Naturalmente, la creación de nuevo dinero es, literalmente, inflación monetaria; y la nueva oferta monetaria aumentará invariablemente los precios de los activos, degradará el dólar de los EEUU y contribuirá aún más al aumento de los artículos domésticos de uso cotidiano, a su debido tiempo.
La Reserva Federal y los demás bancos centrales de este mundo ya actúan como una inmensa fuerza de mercado. Incluso si el corazón de esta administración está en el lugar correcto, ¿realmente queremos otro fondo de miles de millones a billones de dólares para manejar los ahorros de la gente? La propensión a que las cosas salgan mal, a que se produzcan distorsiones en el mercado, o simplemente el coste de oportunidad de dar más dinero al gobierno en lugar de al público, probablemente hace que esto no sea lo ideal... Pero por ahora, todo lo que podemos hacer es esperar y ver.
