En un giro sorprendente del panorama político argentino, Javier Milei, conocido por muchos como «El Peluca» debido a su peinado rock ‘n’ roll, se aseguró una importante victoria en las recientes elecciones primarias celebradas el 13 de agosto.
En representación de la coalición La Libertad Avanza, Milei triunfó con el 30% de los votos, superando a la coalición del actual presidente Alberto Fernández. Evidentemente, su mensaje inequívoco de cerrar el Banco Central argentino resonó en una población asediada por una tasa de inflación superior al 100%.
Para quienes no estén familiarizados con esta figura emergente en Argentina, Milei es economista, se formó en universidades privadas de Buenos Aires y es un firme defensor de la política y la economía libertarias.
El político tiene una manada de mastines ingleses, bautizados con los nombres de sus economistas favoritos: Milton (Freedman), Murray (Rothbard) y Lucas (Robert Lucas).
Identificado como «liberal libertario» y «anarquista de mercado», es partidario de reducir el papel del Estado, haciendo hincapié en la necesidad de recortar el gasto público, los impuestos y la intervención gubernamental en la economía.
El ascenso de Milei no se debe únicamente a sus afiliaciones o ideologías políticas. Su anterior prominencia se debió a su papel como columnista en publicaciones nacionales como La Nación y El Cronista y como invitado habitual en programas de televisión. Milei no está exento de polémica, ya que ha tenido que hacer frente a acusaciones de plagio en sus columnas y es conocido por su lenguaje colorista y su estilo polémico. Conocido por sus chaquetas de cuero, su admiración por Donald Trump y su defensa de la relajación de las leyes sobre armas, Milei es una figura que polariza y cautiva.
Las ideas libertarias de Milei tienen raíces profundas. Tras presenciar la hiperinflación en Argentina durante su juventud, decidió hacerse economista. Su posterior contacto con la obra de Murray Rothbard le convirtió en un ferviente partidario de la economía austriaca. Esta transformación no fue sólo filosófica; tuvo repercusiones políticas. En 2021, el grupo de Milei había conseguido cuatro de los 257 escaños de la Cámara de Diputados. Como miembro del Congreso, la influencia de Milei ha crecido, y sus aspiraciones presidenciales son cada vez más viables.
El núcleo del atractivo de Milei, sobre todo para los más jóvenes, es su postura antiestatal. Mientras Argentina sigue lidiando con dificultades económicas, como altos índices de pobreza e inflación, la condena de Milei de las élites políticas como «ladrones» resuena en una población que anhela el cambio. Su plan para reformar los sistemas y políticas del país podría ofrecer a Argentina una nueva dirección.
La solución de Milei a la persistente inflación del país sudamericano es dolarizar la economía y eliminar el peso, como hizo Ecuador en el año 2000. Sin embargo, los críticos cuestionan la viabilidad de tal propuesta, dado que el banco central ha agotado su suministro interno de dólares en un intento infructuoso de apuntalar la rápida caída del valor del peso. Además, los mercados internacionales no han reaccionado bien ante la mayor posibilidad de una presidencia de Milei, y el peso argentino se desplomó un 20% frente al dólar en los dos días posteriores a las elecciones.
En un artículo titulado «¿Por qué la victoria de un candidato pro-mercado como Milei despierta temor entre los inversores?», de Bloomberg Línea, la paradoja se explicaba de forma bastante sencilla: a los mercados no les gusta la incertidumbre. Pero, a pesar de la falta de experiencia política de Milei, su plan parece basarse en principios económicos sólidos y, si se aplica, podría hacer maravillas para una nación sumida en décadas de estancamiento económico provocado por el asistencialismo, el gasto deficitario y la impresión de dinero.
En cuanto al futuro, si las elecciones primarias sirven de indicio, Milei está en condiciones de influir significativamente en las próximas elecciones generales de octubre. Dados los retos a los que se enfrenta actualmente Argentina, la promesa de reformas económicas drásticas y una reducción significativa de la intervención gubernamental podría ser exactamente lo que buscan los votantes.