Historia de la Escuela Austriaca de Economía

Los conceptos centrales de la economía austriaca contemporánea —la acción humana, los medios y los fines, el valor subjetivo, el análisis marginal, el individualismo metodológico— provienen de la obra pionera de Menger.

Es una idea común que una mayor cantidad de dinero en una economía disminuye el tipo de interés. Esta idea no siempre es cierta o precisa.

A diferencia de la visión cristiana, el pensamiento hegeliano y marxista se basa en la idea de un universo en el que una mancha cósmica de «humanidad» se reúne con Dios a través de la «dialéctica».

Muchas de las ideas de Menger forman parte hoy en día de la economía estándar. Muchas más se conservan en la escuela separada de la economía austriaca. Esto se aplica especialmente a las nociones de previsión y al papel de la incertidumbre.

Libertad y la ley de Bruno Leoni puede ser el punto de partida para una comprensión más «clásica» de la ley natural libertaria, en realidad enraizada en la tradición aristotélica-tomista.

Cuando se formuló la teoría subjetiva en la década de 1870, adolecía del defecto de pensar erróneamente que el cálculo económico podía producirse sin precios. Este defecto ayudó a los socialistas a defender sus argumentos.

Que el oro se utilizó como dinero en el pasado es simplemente un hecho histórico. Pero el hecho de que el oro fuera una forma de dinero privado, y por lo tanto no fuera fácilmente manipulable para los planes del gobierno, lo convirtió en el blanco de innumerables ataques intelectuales y gubernamentales.

¿Podría haber una prueba más lúgubre de la esterilidad de la civilización europea que el hecho de que no pueda propagarse por otros medios que el fuego y la espada?

En una época en la que las universidades se han convertido en las instituciones más intolerantes contra la libertad intelectual, los entornos como la Conferencia de Investigación de Economía Austriaca (AERC) nunca han sido más importantes.

Ser un economista íntegro significa tener que decir cosas que la gente no quiere oír y, sobre todo, decir cosas que el régimen no quiere oír.