En noviembre habrá pasado un año desde la renegociación del TLCAN. Aunque esta versión tiene nuevas directrices, en su mayor parte prevalece su principio fundamental: el libre comercio es beneficioso para ambas partes. Esto es cierto con o sin acuerdos de libre comercio o con la existencia de un comercio “justo”. Sin embargo, como muestra una encuesta de Parametria publicada en el 2016, la mayoría de los mexicanos todavía no entienden los múltiples beneficios que conllevan estas políticas de apertura.
Estos beneficios incluyen
- Una mayor diversificación de marcas y categorías de bienes de consumo (Según IMCO)
- Un aumento de 21.154 millones de dólares en la inversión extranjera directa y de 339.244 millones de dólares en las exportaciones anuales de bienes y servicios de México desde 1994 (según el Banco Mundial).
- Reforzar indirectamente los principios libertarios como la globalización (libre circulación de ideas, personas, capitales y bienes de consumo) y los derechos de propiedad. Como explicó el economista liberal Frédéic Bastiat en su ensayo titulado “Protection and Communism”:
Todo ciudadano que haya producido o adquirido un producto debería tener la opción de aplicarlo inmediatamente a su propio uso o de transferirlo a quienquiera que sobre la faz de la tierra esté de acuerdo en darle a cambio el objeto de sus deseos. Privarlo de esta opción cuando no ha cometido ningún acto contrario al orden público y a las buenas costumbres, y únicamente para satisfacer la conveniencia de otro ciudadano, es legitimar un acto de saqueo y violar la ley de la justicia .
- Una posible contribución a la reducción de la pobreza extrema (medida como un intervalo de ingresos y no como desigualdad –menos de la mitad del ingreso nacional medio– o acceso a bienes y servicios de consumo específicos).
En “The Role of Trade in Ending Poverty“, el Banco Mundial estima que entre 1990 y 2010 el porcentaje mundial de personas que viven en la pobreza extrema se redujo a la mitad. En este informe utilizan como referencia el artículo de Kraay y Dollar titulado “El crecimiento es bueno para los pobres“ (en el que concluyen que el crecimiento beneficia tanto a los pobres como a los hogares típicos) con el fin de explicar la correlación y la posible relación causal de múltiples variables económicas. Su interpretación de los datos establece que el crecimiento del PIB aumenta tanto la demanda de mano de obra como los salarios reales para los empleos de baja cualificación:
Es el fuerte crecimiento de la economía mundial en los últimos 10 años lo que ha permitido a la mayoría de la población mundial en edad de trabajar encontrar empleo. Los salarios reales de los empleos poco cualificados han aumentado con el crecimiento del PIB en todo el mundo
En “The macroeconomy after tariffs“, después de estudiar el comportamiento económico de 151 países entre 1963 y 1914, sus autores concluyeron que cada aumento de 3.6% en la tasa arancelaria efectiva produce una reducción de la productividad de 0,9% en 5 años. En algunos casos, este aumento de la productividad media no es sólo el resultado de la salida del mercado de las empresas menos eficientes. Como muestra Nina Pavcinik en “Trade Liberalization, Exit, and Productivity Improvements: Evidence from Chilean Plants“, las empresas que sobreviven a esta apertura comercial también experimentan un aumento en la productividad.
Un hecho poco conocido es que el porcentaje de personas en México que vivían por debajo de la línea internacional de pobreza extrema en 2016 (ingresos menores a 1.90 dólares por día) es menor que en 1994: 4,1% menos. En números absolutos también ocurre un escenario similar: 2,9 millones de personas menos. Si se utiliza el umbral de pobreza como medida por debajo de 3,2 dólares diarios, se observa una reducción de 4,6 millones de personas y de 9,3 puntos porcentuales.
Debido a las circunstancias particulares del caso mexicano (por ejemplo, la crisis financiera de 1994, programas sociales como Oportunidades, entre otros), no es posible determinar con precisión si este tratado comercial contribuyó a la reducción de la pobreza extrema utilizando únicamente agregados globales. Sin embargo, debido a la liberalización del comercio o a pesar de ella, la pobreza extrema de México ha disminuido desde el TLCAN.