Navidad, capitalismo y consumismo
Los críticos sociales suelen decirnos que el capitalismo es contrario al verdadero significado de la Navidad. En realidad, los mercados y los empresarios trabajan para que la Navidad sea más alegre y confortable.
Los críticos sociales suelen decirnos que el capitalismo es contrario al verdadero significado de la Navidad. En realidad, los mercados y los empresarios trabajan para que la Navidad sea más alegre y confortable.
El nuevo gobierno laborista británico está haciendo lo que siempre hacen los gobiernos de izquierdas: subir los impuestos a todo el mundo, pero fingiendo que sólo los ciudadanos más ricos pagarán más.
Un estribillo común entre los aficionados universitarios es: «El Portal de Transferencias y el NIL están arruinando el deporte universitario». Pero, ¿lo están haciendo?
Al igual que Santa Claus, que hace regalos gratis a nuestros hijos, la gente piensa que el Estado presta servicios «gratis». Sin embargo, el Estado no puede proporcionar nada sin confiscar primero la riqueza de otros —como el Grinch, que primero robó todos los regalos en Villaquién.
La obsesión infantil por comprar cosas que suele criticarse a la sociedad americana en torno a la Navidad es un resultado buscado de la política monetaria de nuestro Gobierno.
Los nacionalsocialistas querían absorber todo el cristianismo independiente bajo las nuevas doctrinas nacionalistas paganas del Estado alemán. La Navidad estaba en el centro de esto.
El presidente electo Donald Trump ha declarado que aumentará los aranceles en su primer día de mandato. Sin embargo, nuestra economía no necesita obstáculos al comercio creados por el Gobierno. En su lugar, necesitamos libre intercambio y dinero sano.
Como cualquier otra empresa humana, la guerra es producto de la razón, el propósito y la elección. Un análisis adecuado de la guerra debe tener en cuenta los objetivos de sus artífices.
Los historiadores modernos tienden a considerar el periodo de Reconstrucción posterior a la Guerra Civil como una época en la que los victoriosos estados del Norte intentaron llevar la ley y el orden al Sur.
Una de las falacias de los economistas monetarios es que una economía en crecimiento necesita una oferta creciente de dinero para evitar la deflación. Sin embargo, como señalan los austriacos, no existe una cantidad «óptima» de dinero en la economía, ya que los precios se ajustan.