Del discurso de 2014 «Un libertarismo realista». Lo siguiente es un extracto. La versión completa se encuentra disponible en pdf y html.
«El libertarismo es lógicamente consistente con casi cualquier actitud hacia la cultura, sociedad, religión, o principio moral. En lógica estricta, doctrinas políticas libertarias pueden ser cortadas de todas las otras consideraciones; lógicamente uno puede ser – y ciertamente la mayoría de los libertarios en realidad son: hedonistas, libertinos, inmoralistas, enemigos militantes de las religiones en general y en el cristianismo particularmente – y aún ser consistentes adherentes de las políticas libertarias. De hecho, con lógica estricta, uno puede ser un devoto consistente de los derechos de propiedad políticamente y ser un vividor, un estafador, un delincuente de poca monta y mafioso en la práctica, como muchos libertarios resultan ser. Con lógica estricta, uno puede hacer estas cosas, pero psicológicamente, sociológicamente, y en práctica, simplemente no funciona de esa manera». (Mi énfasis, HHH)
Murray Rothbard, «Libertarios de gobierno grande», en: L. Rockwell, ed., El Rothbard irreprimible, Auburn, Al: Instituto Ludwig von Mises, 2000, p. 101
Déjeme empezar con unos pequeños comentarios acerca del libertarismo como teoría puramente deductiva.
Si no hubiese escasez en el mundo, los conflictos humanos serían imposibles. Los conflictos interpersonales son siempre y en todas partes conflictos concernientes a cosas escasas. Yo quiero hacer X con una cosa dada y tú quieres hacer Y con la misma cosa.
Debido a tales conflictos – y porque somos capaces de comunicarnos y argumentar entre nosotros – nosotros buscamos normas de conductas con el propósito de evadir estos conflictos. El propósito de las normas es la evasión de conflictos. Si no quisiésemos evadir conflictos, la búsqueda de normas de conductas sería un sinsentido. Simplemente pelearíamos y lucharíamos.
A falta de una perfecta armonía de todos los intereses, los conflictos con respecto a recursos escasos solo pueden ser evadidos si todos los recursos escasos son asignados como propiedad exclusiva y privada para algunos individuos específicos. Solo después de esto yo puedo actuar independientemente, con mis propias cosas, de ti, con tus propias cosas, sin que tú y yo entremos en conflicto.
¿Pero quién posee qué recursos escasos como su propiedad y quiénes no? Primero: Cada persona es dueña de su cuerpo físico que solo él y nadie más controla directamente (yo puedo controlar tu cuerpo solo indirectamente, mediante primero controlando mi cuerpo directamente y viceversa) y que solo él directamente controla en particular cuando discutimos y argumentamos el asunto en mano. De otra forma, si la propiedad sobre el cuerpo fuese asignada a alguien que controla los cuerpos indirectamente, los conflictos se convertirían inevitables mientras que quien controla el cuerpo directo no puede renunciar al control directo sobre su cuerpo mientras esté vivo; y en particular, de otra manera sería imposible que dos personas, como contendientes en cualquier disputa de propiedad, pudiesen argumentar y debatir la pregunta sobre cuál es la voluntad que debe prevalecer. Como argumentar y debatir presuponen que ambos, el proponente y el oponente, tienen control exclusivo sobres sus cuerpos respectivos y llegan al juicio correcto por ellos mismos, sin una pelea (en un forma de interacción libre de conflictos).
Y segundo, en cuanto a recursos escasos que pueden ser controlados solo indirectamente (que deben ser apropiados con nuestro propio, concedido naturalmente, i.e., no apropiado, cuerpo): Control exclusivo (propiedad) es adquirido y asignado a esa persona, quien se apropió del recurso en cuestión primero o quien lo adquirió a través de intercambio voluntario (libre de conflictos) de su antiguo dueño. Porque solo el primer apropiador de un recurso (y todos los dueños siguientes conectados a él a través de una cadena de intercambios voluntarios) puede adquirir y ganar control sobre él sin conflictos, es decir pacíficamente. De otra forma, si control exclusivo es asignado a los que llegan luego, el conflicto no es evadido sino contrario al mismo propósito de las normas, es hecho ineludible y permanente.
Déjenme enfatizar que considero esta teoría como esencialmente irrefutable, como una verdad a priori. En mi estimación esta teoría representa una de los más grandes – sino el más grande – logro del pensamiento social. Formula y codifica las reglas básicas para todas las personas, de todas partes, que quieran vivir juntos en paz.
Y todavía: esta teoría no nos dice mucho sobre la vida real. Para asegurarnos, nos dice que todas las sociedades actuales, en la medida en que son caracterizadas por relaciones pacíficas, se adhieren, sea consciente o inconscientemente, a estas reglas y son así guiados por esta aprehensión racional. Pero no nos dice hasta qué grado este es el caso. Tampoco nos dice, aún si la adherencia a estas reglas fuese completa, cómo las personas vivirían juntas en realidad. No nos dice qué tan cerca o lejos de cada uno vive, si, cuándo, con qué frecuencia y distancia, y para qué propósitos ellos se encuentran e interactúan, etc. Para usar una analogía aquí: conocer la teoría libertaria – las reglas de las interacciones pacíficas – es como saber las reglas de la lógica – las reglas de pensar y razonar correctamente. Sin embargo, al igual que el conocimiento sobre la lógica, tan indispensable que es para el pensar correcto, no nos dice nada sobre el pensamiento humano real, acerca de la realidad de las palabras, conceptos, argumentos, inferencias y conclusiones usadas y hechas, así la lógica de interacción pacífica (libertarismo) no nos dice nada acerca de la vida humana real y sus acciones. Por lo tanto: al igual que cada lógico que quiere hacer buen uso de su conocimiento debe enfocar su atención al pensamiento real y razonar, también un teórico libertario debe enfocar su atención a las acciones de personas reales en vez de ser un simple teórico, él también debe convertirse un sociólogo y un psicólogo, y tomar en cuenta la realidad social «empírica», es decir, el mundo como verdaderamente es.