El recorte de tasas por parte de la Fed en septiembre de 2024 no parece ser mucho más que otro canto y baile performativo. Con mucha gente, sobre todo en el mundo inmobiliario, aferrándose a la idea de que el recorte de tasas estimulará a los compradores, la realidad es que no va a cambiar mucho, salvo para peor.
Se puede decir que la bajada de tasas no es más que una mera declaración de la Fed, porque transmite al mercado y al público el mensaje de que está haciendo algo para estimular la economía. También se trata de una acción simbólica que puede tener consecuencias psicológicas para los agentes del mercado en lo que respecta a la agitación momentánea y la inflación de los precios de los activos a corto plazo.
Sin embargo, el recorte de tasas de la Fed no abordó las causas profundas de los problemas económicos. La manipulación de las tasas de interés por parte de la Fed distorsiona las señales del mercado, provocando malas inversiones y una mala asignación de los recursos. En este caso, al recortar los tasas, la Fed intenta agitar artificialmente la economía, lo que no hace sino prolongar el ciclo de auge y caída.
En el ámbito del mercado inmobiliario, es probable que veamos un efecto muy mínimo. Aunque muchos agentes inmobiliarios y compradores de viviendas lo vean como un rayo de esperanza en una época de estancamiento, los resultados hasta ahora indican que la rebaja de tasas de la Fed apenas ha mejorado. Supuestamente, su soñado recorte de tasas hizo muy poco por mejorar el escenario cuando los problemas estructurales de la vivienda, los fallos de las infraestructuras locales y los altos precios y la escasa oferta siguen estando muy presentes. Ciertamente cimenta la teoría de que el conjunto de herramientas de política monetaria dentro de la Fed es algo ineficiente para curar las fallas crónicas del sistema económico. Es como si arrojar dinero recién inflado a los problemas realmente no los resolviera después de todo.
Es desde esta perspectiva desde la que se puede contemplar la incertidumbre y la indeterminación de los resultados económicos. Este tipo de apuestas tienen un precio y es el público quien las paga. Lo que realmente está en juego es que el recorte de tasas de la Fed no mejore las cosas en absoluto, ni siquiera mínimamente. En su lugar, estas acciones traen más mala inversión, exacerbando las consecuencias sobre los desequilibrios preexistentes en la economía. Además, el recorte de tasas por parte de la Fed también puede considerarse un catalizador potencial de una inflación aún mayor, ya que inyecta más liquidez en la economía.
Es decir, el recorte de tasas de septiembre de 2024 por parte de la Fed, a pesar de ser una pieza de arte escénico cuidadosamente elaborada, ha sido bastante ineficaz para aliviar cualquier problema en la economía. Como el recorte distorsiona las señales del mercado y perpetúa las malas inversiones, puede causar eventuales consecuencias adversas no deseadas, siendo la probabilidad de una mayor inflación de precios una de ellas.
Como se ha señalado continuamente, no pueden estimular artificialmente una recuperación económica autosostenida. Este recorte de tasas no ha hecho más que enviar una «bat-señal» de esperanza artificial, que inevitablemente conducirá a otra ronda de consecuencias negativas en el mundo real, principalmente exacerbando los mismos problemas que pretende resolver.