Medios y cultura

En lugar de representar la «supremacía blanca», la evolución de las matemáticas ha sido una colaboración de avances que abarca todo el mundo, razas y culturas, un desarrollo continuo de herramientas más eficaces para que cualquiera pueda utilizarlas.

Las primeras páginas de la nueva década parecen una combinación de 1984 de George Orwell y Delirios populares extraordinarios y la locura de las masas de Charles Mackay.

A medida que más personas son censuradas o eliminadas de la plataforma, más voces destacadas buscan alternativas que están en las primeras etapas y no censuran tan fuertemente. La fragmentación empieza a hacer que el servicio sea menos útil e interesante en lugar de ser una fuente de afirmación y buenas sensaciones.

En una sociedad libre, los ciudadanos pacíficos merecen el beneficio legal de la duda. En una época en la que los agentes del gobierno se han inmiscuido sin cesar en la tierra de la gente y en sus correos electrónicos, los ciudadanos no deben ser azotados por transgredir fronteras federales desconocidas o no marcadas.

Para ofrecer una apariencia de solidaridad con la clase trabajadora, los izquierdistas ricos han sustituido con política de identidad al conflicto de clases, y han intentado remodelar los problemas económicos como problemas de racismo o intolerancia.

La «ciencia» climática ahora a menudo equivale a poco más que una proclamación engreída de una personalidad de la televisión y una demanda de que todos voten por Joe Biden.

La movilización y la separación, no la persuasión, es el camino a seguir.

El director de cine italiano Pietro Marcello nos trae una película que visiblemente mueve la aguja hacia el individualismo y contra el colectivismo en sus diversas manifestaciones.

Los llamados progresistas buscaban dar forma y controlar aspectos seleccionados de la vida familiar americana, incluyendo la educación, el trabajo, el consumo de licor, el sufragio y el tamaño de la familia.

La idea de que la gente común disfrute de lujos y artículos «innecesarios» ha preocupado durante mucho tiempo a intelectuales y aristócratas. Pero gracias al capitalismo, la gente común puede ahora disfrutar de los placeres básicos que las clases dominantes han aprovechado por mucho tiempo.