Proteccionismo y libre comercio

Desde 1900, el número de granjas estadounidenses en funcionamiento ha disminuido en un 63 por ciento. Mientras tanto, el nivel de vida estadounidense está muy por encima de lo que los agricultores de antaño podían haber imaginado.

En cada transacción, una persona está renunciando a algo que valora menos por algo que valora más. Cada vez que un comprador compra un artículo a otra persona, ha mejorado su nivel de vida, al igual que el vendedor.

La firma del acuerdo comercial UE-Mercosur constituye un punto de partida, pero puede que se esté formando una alianza profana entre políticos proteccionistas, grupos de presión agrícolas y ecologistas.

Los británicos se quejaron de la competencia desleal de las mercancías suministradas por los colonos americanos. Así que el Estado intervino para «gestionar» el comercio y hacerlo «justo». Pero los revolucionarios estadounidenses vieron el proteccionismo como la estafa que fue y sigue siendo.

Si nos atenemos a los datos, independientemente del indicador socioeconómico que elijamos, parece claro que la fuerte recesión económica comenzó mucho antes de 2017.

Las empresas automotrices están construyendo en México en lugar de en Estados Unidos, en gran medida porque tiene un comercio más libre que el que Estados Unidos tiene con el resto del mundo.

El déficit comercial ha aumentado desde que el presidente Trump asumió el cargo, los precios al consumidor están subiendo y las industrias estadounidenses están perdiendo su competitividad en el escenario mundial.

Aunque tanto Trump como Xi deseaban reducir el déficit comercial de Estados Unidos con China, es poco probable que se reduzca a corto plazo.

Lo que debería preocuparnos es la combinación letal de aranceles y el final de la fase expansiva del ciclo crediticio.

No son «Los Estados Unidos» los que importan aparatos eléctricos japoneses o chinos, sino un individuo de los Estados Unidos o un grupo de estadounidenses. Ellos importan estos aparatos porque creen que se puede obtener una ganancia. Y el Estado no debe interferir en estas transacciones.