El siguiente artículo se basa en mi reciente conferencia en el Instituto Mises en Auburn, Alabama, titulada: «Pensamiento económico a largo plazo de Henry Hazlitt: Fundación para la excelencia empresarial». (Haga clic aquí para ver el video). Aquí exploraré la moralidad como el fundamento de Hazlitt. tema en economía
Henry Hazlitt está considerado como uno de los mejores periodistas financieros del siglo XX. «Era un gigante del periodismo financiero», como señaló Jim Grant en su conferencia del Instituto Mises de 2014 titulada «Hazlitt, mi héroe».
Aparte de su periodismo, Hazlitt fue un prolífico escritor que resumió la economía en «una lección» en 1946.
La economía en una lección se basó, en parte, en el ensayo de Frederic Bastiat, Lo que se ve y Lo que no se ve, y profundiza en la importancia de aspectos de la economía de los que nunca se habla, porque nunca suceden.Hazlitt va un paso más allá, y resume la economía no solo como una serie de transacciones con implicaciones ocultas, sino en términos de efectos a largo plazo que sobreviven a los efectos a corto plazo de cada principio o política económica.
Hazlitt escribió más de veinte libros y fue el principal escritor editorial sobre finanzas y economía para el New York Times durante doce años y fue columnista de Newsweek durante veinte años. Su escritura fue pensativa, incisiva e influyente. Y jugó un papel importante al apoyar, presentar y explicar las ideas de Ludwig von Mises y Friedrich Hayek.
Aunque incisivas, las opiniones de Hazlitt todavía estaban sujetas a críticas. Se opuso a muchas iniciativas gubernamentales populares en su época: el New Deal, el Acuerdo de Bretton Woods y el Plan Marshall. Esta oposición lo llevó a su salida del New York Times y contribuyó a poner fin a su colaboración de veinte años con Newsweek.
Henry Hazlitt permitió a los lectores no solo pensar con claridad, sino también correctamente. Como indica la salida de Hazlitt del New York Times, las organizaciones y el gobierno exigen el cumplimiento de las ideas existentes y castigan a los pensadores críticos. El pensamiento económico de Hazlitt era revolucionario, pero sus pensamientos sobre la moralidad eran primordiales.
En su libro, The Foundations of Morality, Hazlitt define la moralidad como «no la subordinación de lo ‘individual’ a ‘la sociedad’, sino la subordinación de los objetivos inmediatos a los objetivos a largo plazo». Como en su comprensión de la economía, se dio cuenta de que los intereses a largo plazo del individuo servirían a los intereses a largo plazo de la sociedad.
Estos intereses a largo plazo del individuo dependen de la cooperación social. Como señala: «La cooperación social es el principal medio por el cual la mayoría de nosotros alcanza la mayoría de nuestros fines». (The Foundations of Morality, p. 13).
Estos importantes principios a menudo se pierden en nuestra sociedad actual. El desafío para los empresarios y los líderes es centrarse en el largo plazo, a pesar de la tremenda presión de pensar solo en el corto plazo.
Los recientes giros del mercado de valores, basados en temores de aranceles o tasas de interés más altas, ilustran cómo los mercados reaccionan en tiempo real a los efectos de las políticas actuales. Somos testigos del desfile de cabilderos que buscan favores del gobierno, como préstamos, créditos fiscales y aranceles.
Además, estamos presenciando una procesión de empresarios exitosos, así como líderes en todos los ámbitos de la vida, que caen en desgracia porque carecen de moral. Estas personas pueden tener ideas brillantes, pero perdieron de vista el largo plazo y no aprendieron la lección más importante de Hazlitt sobre la moralidad: se requiere una alta integridad para la sostenibilidad de una empresa a largo plazo.
El mercado requiere líderes morales porque el mercado no puede funcionar sin integridad.
Además de la moral, Hazlitt hace muy clara la necesidad de libertad: «La libertad es la base esencial, el sine qua non [condición esencial], de la moral ... solo cuando los hombres son libres pueden ser morales». (The Foundations of Morality, 267-268.) Esta libertad se aplica directamente a los empresarios: para tener la libertad de tener éxito, debemos tener la libertad de fracasar.
Para Hazlitt, el capitalismo permite la libertad, no obstaculiza la libertad: «El capitalismo moderno no es un sistema inevitable o ineludible, sino uno que ha sido elegido por los hombres y mujeres que viven bajo él. Es un sistema de libertad». (The Foundations of Morality, 321.)
La fundación de nuestro país está siendo sacudida por la falta de moralidad en las personas hoy en día: es imperativo que integramos el pensamiento a largo plazo en nuestros hogares, nuestras escuelas, nuestros lugares de trabajo. Te desafío a que tomes el manto de Hazlitt y seas un escritor valeroso, un meditador y un maestro de la moralidad y el pensamiento a largo plazo.
Como dijo el mismo Hazlitt: «Los tiempos requieren coraje. Los tiempos piden trabajo duro. Pero si las demandas son altas, es porque las apuestas son aún mayores. No son nada menos que el futuro de la libertad, lo que significa el futuro de la civilización».
Necesitamos un Ejército de «Hazlitts» hoy: hombres y mujeres de coraje y sabiduría, que no temen hablar y escribir la verdad.
