A los defensores de los impuestos al carbono les gusta decir a los estadounidenses que no se preocupen, que la gente que les advierte acerca del “gran gobierno” es alarmista y que podemos sin duda confiar en los cargos políticos para calibrar impuestos basándose en las recomendaciones científicas de economistas vestidos con guardapolvos blancos. Aun así, noticias recientes provenientes de la Columbia Británica nos muestran lo agresivo que puede ser el gobierno si se le da permiso para gravar un bien “inelástico” como la gasolina.
En concreto, los residentes de Vancouver se han visto conmocionados por los recientes precios récord de la gasolina:
Fuente: Ted Field, Global News
El precio mostrado de 161,9 significa 1,619 dólares (canadienses) por litro de gasolina, lo que supone aproximadamente 6,13$ por galón (medidos en galones de EEUU, no en galones imperiales), lo que son aproximadamente 4,80$ por galón si los convertimos en dólares de EEUU. En comparación, cuando escribo esto, el precio medio de EEUU está aproximadamente en 2,80$ por galón.
¿Por qué están los precios de la gasolina llegando a máximos en Vancouver? Parte de la explicación es la debilidad del dólar canadiense, pero otro componente es el mordisco fiscal: primero, está el impuesto al carbono de 35$ por tonelada (que aumenta automáticamente en 5$ por tonelada cada año), lo que se traduce en 7,78 centavos por litro. Luego, la autoridad metropolitana de Vancouver también grava un 17% por litro en su impuesto al combustible (ostensiblemente para carreteras y tránsito regional). En combinación con otros impuestos provinciales y federales, el mordisco fiscal supone aproximadamente 50 centavos canadienses por litro, aproximadamente 1,50 dólares (de EEUU) por galón.
Para un marco de referencia, he aquí un gráfico de la API que muestra los impuestos totales a la gasolina (federales, estatales y locales) por estado en Estados Unidos:
Fuente: American Petroleum Institute
Como indica el gráfico, los impuestos medios sobre la gasolina en Estados Unidos son aproximadamente un tercio de los de la Columbia Británica.
Los altos precios de la gasolina son una característica, no un defecto
Como los precios de la gasolina siguen batiendo récords en Vancouver, es comprensible que los residentes estén preocupados. También temen planes para implantar un impuesto al carbono a nivel federal (no solo a nivel provincial). Pero mirad cómo trataba las preocupaciones el primer ministro Trudeau según un reportaje:
Al primer ministro Justin Trudeau se le preguntó acerca de los precios de la gasolina el lunes, cuando estaba en Vancouver.
Trudeau dijo que la imprevisibilidad de la economía de EEUU ha llevado a precios más altos y ese es parte de su argumento de por qué debería desdoblarse el oleoducto Trans Mountain.
Al preguntarle sobre si un precio nacional del carbono tendría un impacto sobre la gasolina en el país, Trudeau respondió diciendo que el objetivo es tratar de cambiar el comportamiento del consumidor.
“Los incentivos que provienen de mejores decisiones, decisiones de hacerse más limpio y más verde, son exactamente lo que queremos. Cuando pones un precio sobre cosas que no quieres, como es la contaminación, animas a la gente a tomar mejores decisiones”, dijo Trudeau. “Sabemos que el camino que tenemos por delante es más verde y más limpio”.
Trudeau indicaba que el nuevo camino incluye vehículos verdes, transporte público y confiar más en bicicletas y en caminar. [Cursivas añadidas]
Así que, para responder a la pregunta, sí, los planes del gobierno federal canadiense de poner un “precio sobre el carbono” sin duda aumentarán los precios del combustible en todo el país, igual que el impuesto sobre el carbono de la Columbia Británica lo ha hecho en la provincia.
Y como indica la respuesta refrescantemente honesta de Trudeau, los precios altos en el combustible no son una necesidad que haya que lamentar. Son el propósito. La supuesta justificación por principios de los impuestos al carbono sobre la gasolina es hacer tan artificialmente caro conducir como para que la gente recurra a otras opciones, como andar.
Conclusin
Los estadounidenses deberían ser sospechar mucho cuando los intelectuales les dicen que un impuesto al carbono no sería muy doloroso o perturbador para la economía. Además de las evidentes lecciones de la historia (¿cuándo ha sido un gobierno modesto en el aumento de ingresos a través de un nuevo impuesto?), podemos también señalar que el objetivo del impuesto al carbono es alterar el comportamiento de la gente, haciendo su actual modo de vida tan caro que no tenga otra opción que no sea cambiarlo.
Los resistentes de Vancouver están experimentando precios récord en la gasolina. Los estadounidenses pueden “disfrutar” también de esa experiencia si continúan con los impuestos al carbono y otras propuestas de aumentos de impuestos a la gasolina.
Publicado originalmente por el Institute for Energy Research.