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Atrapados en el fuego cruzado: los dilemas de la derecha india

Desde el inicio del Gobierno de la NDA en 2014, la derecha india ha obtenido sistemáticamente buenos resultados en todos los sectores de la sociedad. Tanto los medios impresos como los electrónicos se han visto muy influidos por esta ideología. La burocracia y el mundo académico, en cierta medida, han cambiado sus inclinaciones políticas o han empezado a aceptar ideologías que antes rechazaban. Esta tendencia no se limita sólo a India; también se ha observado en Europa y América. Figuras como Javier Milei en Argentina, Meloni en Italia, Wilders en Holanda, Trump y Vivek en los EEUU, entre otros, ejemplifican este fenómeno global.

Como comentarista conservador de derechas, es imperativo subrayar ciertos dobles raseros que prevalecen en el aclamado movimiento de derechas indio, derivados de un malentendido de los conceptos de derecha a izquierda.  La reciente declaración del primer ministro de India, en la que alardeaba de un aumento del número de empresas del sector público de 234 a 254, insinúa un giro hacia el socialismo, apartándose del anterior espíritu de libre empresa. 

El portavoz nacional del BJP, Sudhanshu Trivedi, sugiere que el partido no se alinea ni con la derecha ni con la izquierda, sino que se identifica como «nacionalista».

Sin embargo, cabe destacar que el BJP es miembro de la Unión Democrática Asia-Pacífico, presidida por el presidente de Sri Lanka, Ranil Wickramasinghe, una organización que aboga por la libertad y la libre empresa. La anterior afiliación del BJP a la Unión Democrática Internacional, que agrupa a partidos políticos conservadores y de derechas, subraya aún más su postura ideológica.

A pesar de estas afiliaciones, figuras destacadas del BJP, como la ministra del gabinete Smriti Irani, se identifican abiertamente como de derechas. Esta ambigüedad sugiere una falta de claridad dentro del movimiento de derechas indio, quizá impulsado más por el deseo de conservar el poder que por la adhesión a una ideología específica. Muchas de las políticas del gobierno se inclinan hacia el socialismo, lo que plantea dudas sobre su coherencia ideológica. En particular, destacados economistas del gobierno se abstienen de abogar por una economía de mercado, lo que indica un alejamiento de los principios tradicionales de la derecha.

Voces emergentes de la derecha en la vida pública, incluidos abogados en ejercicio, profesores de prestigiosas instituciones como la JNU, el IIT y el IIM y funcionarios jubilados del IAS/IPS/IFS, han tomado plataformas como YouTube para promover ideologías conservadoras en India.

Sin embargo, su enfoque gira a menudo en torno a la crítica del Islam y la glorificación de la supremacía cultural, pasando por alto los matices de los acontecimientos históricos. Aunque reclamar el patrimonio cultural de invasiones pasadas es importante, es igualmente crucial

reconocer las transformaciones históricas, como la conversión del Templo judío en la mezquita de Al-Aqsa o la transición de Constantinopla a Estambul.

Además, el apoyo selectivo a conflictos globales, como permanecer imparcial en el conflicto Ucrania-Rusia, a pesar de que Rusia es un país socialista, y considerar el hecho de que Palestina nunca ha reconocido a Israel como nación, mientras que también apoya a Israel en el conflicto Israel-Palestina, pone de relieve las incoherencias dentro de la narrativa de la derecha.

Además, incidentes recientes, como la persecución de minorías en India tras los atentados de Hamás y el cuestionamiento de la resolución del Congreso sobre la estatalidad de Palestina, ponen de relieve las complejidades del discurso de la derecha india. La narrativa suele trasladar la culpa a la burocracia por las decisiones controvertidas, distanciando al querido primer ministro de la rendición de cuentas. Esta evasión de responsabilidades contrasta fuertemente con la imagen de fuerte liderazgo que proyecta el primer ministro Modi. Además, mientras critican al Congreso, los ideólogos de derechas no abordan el apoyo de su propio Gobierno a Palestina, poniendo así de relieve la incoherencia de su postura. Si el Gobierno de India ha adoptado un enfoque independiente y ha apoyado el statu quo entre Israel y Palestina, cabe preguntarse por qué no se plantean exigencias similares al partido del Congreso.

En esencia, el BJP, percibido en su día como defensor del neoliberalismo, ha mostrado poca adhesión a estos principios desde 2014. Las críticas del estratega político Prashant Kishore sobre el retraso en la aplicación de los planes de entrada lateral reflejan aún más este alejamiento de las políticas tradicionales de la derecha. Aunque el Gobierno ha distribuido cartas de nombramiento para contrarrestar las narrativas de la oposición para los empleos públicos, no aborda el problema subyacente del desempleo mediante un cambio hacia una sociedad impulsadas por las empresas.

Además, el énfasis del gobierno de Modi en planes de bienestar y subsidios populistas, como el Pradhan Mantri Jan Dhan Yojana y el Pradhan Mantri Ujjwala Yojana, ha suscitado críticas de algunos sectores por su aparente alejamiento de los principios conservadores. Aunque estas iniciativas pretenden aliviar la pobreza y mejorar el bienestar social, los críticos sostienen que reflejan un enfoque más intervencionista y estatista, que recuerda a las políticas socialistas.

Esta tensión entre la ideología de derechas y la aplicación de programas de tendencia socialista subraya la complejidad y los matices del panorama político indio.

Además, la estrategia de formación de coaliciones del Gobierno de Modi, sobre todo a través de la Alianza Nacional Democrática (NDA), ha levantado ampollas entre los círculos conservadores. La inclusión de partidos de tendencia socialista, como Janata Dal United (JDU) y Lok Janshakti Party (LJP) de Bihar, Janata Dal (Secular) de Karnataka, Apna Dal y Rashtriya Lok Dal (RLD) de Uttar Pradesh (mi estado natal), Telugu Desam Party (TDP) de Andhra Pradesh, y Republican Party of India (RPI) de Maharashtra, se ha visto como un abandono de la pureza ideológica en busca del poder político. Este enfoque pragmático de la formación de coaliciones pone de relieve la prioridad del éxito electoral sobre la coherencia ideológica, difuminando aún más las líneas dentro de la política de derechas de la India.

Merece la pena reconocer las contribuciones de líderes como PV Narasimha Rao y el Dr. Manmohan Singh, que, a pesar de liderar el Congreso, un partido de tendencia socialista, llevaron a cabo importantes reformas económicas. Sin embargo, el actual gobierno populista de derechas de India, junto con sus partidarios en diversos sectores, incluidos los medios de comunicación, la burocracia, el mundo académico y los círculos jurídicos, no consigue articular una ideología política y económica coherente.

En conclusión, el gobierno populista de derechas de la India y sus afiliados en distintos sectores muestran una falta de claridad en cuanto a su postura ideológica. No han sabido comunicar eficazmente su conservadurismo político y económico, lo que ha dado lugar a incoherencias y contradicciones en su discurso. 

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