Las últimas cifras publicadas por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) son asombrosas. 75.000 millones de dólares ahorrados en dos semanas. Algunas de las partidas que han recortado son asombrosas, como los pagos a musicales transexuales en Irlanda, la DEI en Serbia o la descolonización del currículum vitae. Se trata de un resultado de dos semanas, así que hay que aplaudirlo. Sin embargo, queda mucho por hacer.
La Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO) calcula que los Estados Unidos tendrá un déficit de 6,1 billones de dólares, a pesar de unos ingresos récord de 17 billones, una economía en crecimiento y un desempleo en descenso. Además, prevén un déficit anual de 5,6 billones de dólares en el periodo 2026-2029.
Como ha afirmado acertadamente Scott Bessent, los Estados Unidos no tiene un problema de ingresos; tiene un problema de gastos. La CBO prevé unos desembolsos anuales de 23 billones de dólares en el periodo 2026-29.
¿Qué sabemos?
Ninguna medida de ingresos eliminará el déficit. Los gobiernos de los Estados Unidos han aplicado numerosas subidas de impuestos en las últimas décadas y la deuda nacional sigue alcanzando niveles récord. Además, cuando aumentan los ingresos, los gobiernos gastan aún más que antes.
El problema del gasto en los EEUU proviene de un aumento totalmente insostenible del gasto obligatorio, que nunca se audita y simplemente aumenta sin control. Se prevé que el gasto obligatorio aumente hasta los 14 billones de dólares anuales. El gasto excesivo y las ineficiencias de estos programas nunca se han abordado adecuadamente.
Las medidas anunciadas hasta ahora por la administración Trump pueden suponer unos ingresos adicionales de 300.000 millones de dólares. Si se mantiene el ritmo actual de ahorro anunciado por el DOGE, se podría alcanzar el billón de dólares. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, algunos de los ahorros son más difíciles de encontrar. Además, la maquinaria del Estado profundo está haciendo todo lo posible para evitar más ahorros de costes, incluso utilizando el sistema judicial.
Los Estados Unidos necesita una motosierra, como la que implementó Milei en Argentina. Teniendo en cuenta que los departamentos estatales y locales se resistirán todo lo que puedan e intentarán sabotear cualquier recorte del gasto, el gobierno necesita implantar un déficit cero obligatorio en todas las administraciones, deteniendo de forma efectiva la hemorragia de deuda en el sistema.
Los Estados Unidos necesita hacer esto porque es la única manera de acabar con el persistente problema de inflación que asola al país, y es esencial para mantener el dólar de los Estados Unidos como moneda de reserva mundial. Además, no aplicar estos drásticos recortes llevará probablemente a los Estados Unidos a un declive económico como el francés y el británico. Los altos impuestos, el elevado gasto público y los constantes déficits han hecho que estas economías, antaño fuertes, se estanquen, pierdan competitividad y paralicen la inversión.
Milei demostró que se pueden aplicar recortes drásticos sin perjudicar a la economía. Ha reducido drásticamente la inflación y la pobreza, y en el tercer trimestre la economía ya registraba un fuerte crecimiento. El caso de Argentina era bastante más difícil que el de los Estados Unidos. Ha llegado el momento de sacar la motosierra y poner fin al derroche político.