Power & Market

El papel de la familia nuclear en el desarrollo económico de Europa Occidental

Aunque rara vez se diga, la familia nuclear —en contraposición a la familia extensa o el clan— desempeñó un papel fundamental en el crecimiento del capitalismo occidental. El éxito en la economía moderna requiere que confiemos en extraños y pensemos de forma creativa. Estos rasgos se nutrieron del ethos individualista de la familia nuclear medieval. Las familias nucleares no sólo se centraban en los niños, sino que no existía la obligación de los padres de proporcionar a los hijos una herencia. Por ello, los niños estaban motivados para planificar a largo plazo y trabajar duro. Al pasar a la edad adulta, se esperaba que uno saliera del hogar familiar trasladándose a otro lugar y adquiriendo las habilidades pertinentes.

Además, en el noroeste de Europa trabajar antes de casarse era la norma tanto para los hombres como para las mujeres. Debido a que la gente solía casarse a una edad más avanzada, los historiadores denominaron a esta evolución el Patrón Matrimonial Europeo Occidental. Esta idea fue popularizada por John Hajnal, quien señaló que desde el siglo XVI algunas partes de Europa se caracterizaban por el matrimonio femenino tardío, el elevado celibato femenino y el establecimiento de hogares separados para las parejas casadas, lo que daba lugar al predominio de las familias nucleares.

La formación de capital humano también se convirtió en un importante pilar de la familia nuclear. Los padres eran socialmente ambiciosos y querían que sus hijos les eclipsaran en estatus, por lo que invertir en educación se convirtió en una prioridad. La socióloga Brigitte Berger, en su texto pionero La familia en la era moderna, opina que las familias nucleares podían adaptarse más fácilmente a los cambios porque se liberaban de las limitaciones de la familia extensa tradicional. Así que, esencialmente, la flexibilidad de la familia nuclear estimulaba el pensamiento creativo que podía dar rienda suelta a las innovaciones.

Sin duda, la transición al capitalismo industrial para las sociedades occidentales fue más eficiente, porque la prevalencia de la familia nuclear minimizó la dependencia de los clanes.

Dado que los ciudadanos ya no estaban sujetos a las restricciones de la familia extensa, había que desarrollar una moral universal que trascendiera la lealtad a los grupos familiares. Por lo tanto, confiar en extraños no se veía como algo desfavorable. Al aumentar la confianza, la moral universal engendrada por la familia nuclear hacía rentable establecer relaciones comerciales con extranjeros. Incluso en las sociedades contemporáneas, el tribalismo cultiva una baja confianza en los grupos externos y, por extensión, impide la aparición de instituciones favorables al mercado. Teniendo en cuenta estos factores, la importancia de la familia nuclear en la generación de una confianza generalizada es realmente un logro.

Del mismo modo, por cortesía del economista Avner Greif, existen datos concretos que indican que las sociedades medievales dominadas por grupos de parentesco eran menos eficientes: «Los monasterios, las cofradías y los gremios de seguros mutuos proporcionaban redes de seguridad social contra el hambre, el desempleo y la discapacidad. La mayor parte de la población pertenecía a estas fraternidades y gremios, al menos en Inglaterra. Dado que las corporaciones proporcionaban redes de seguridad social alternativas a las proporcionadas por los grupos de parentesco, permitían a los individuos asumir riesgos y tomar otras decisiones económicas sin la interferencia de los miembros de dichos grupos. En comparación con una sociedad dominada por los grupos de parentesco, la estructura de la familia nuclear aumentaba el capital por trabajador al fomentar los matrimonios más tardíos y el menor número de hijos, y conducía a una distribución más eficiente de la mano de obra y el conocimiento al facilitar la migración.»

Curiosamente, aparte del papel de la familia nuclear en el fomento de normas imparciales, el antropólogo Peter Frost sugiere que la evolución puede haber seleccionado lazos de parentesco más débiles en Occidente: «En el norte y el oeste de la línea de Hajnal, el parentesco ha sido una fuerza social más débil en las relaciones desde al menos la primera Edad Media y quizás el Mesolítico. Debido a este entorno de parentesco más débil, los europeos del noroeste pasaron a ver las relaciones sociales más a través de la lente de las reglas morales universales. Dichas normas se aplicaban vigilando no sólo a los demás miembros de la comunidad, sino también a uno mismo. La nueva mentalidad acabó desarrollándose dentro de los límites de la plasticidad fenotípica, pero con el tiempo habría sido gradualmente programada a través de la selección para la orientación social independiente y la adhesión a reglas universales...»

No se puede apreciar el auge del capitalismo en Occidente sin estudiar su relación con la familia nuclear. El estudio de la familia puede aportar importantes conocimientos sobre la evolución sociocultural de la sociedad y el capitalismo. Los economistas cometen un grave error al restar importancia a la familia como institución económica.

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