El Estado de la Unión «sin máscara» del presidente Biden significa el fin cercano de la tiranía COVID bajo la que hemos vivido durante los últimos dos años. Afortunadamente para el Congreso, el presidente y la Reserva Federal, el conflicto Ucrania-Rusia está reemplazando a COVID como una excusa lista para sus fracasos y una justificación para expandir su poder.
Incluso antes de que los políticos empezaran a declarar el fin de la pandemia, las encuestas mostraban que el aumento de los precios era la principal preocupación de los ciudadanos, en particular el aumento del precio del gas. Dado que Rusia es uno de los principales productores de energía del mundo, las sanciones impuestas a Rusia, así como la decisión de Alemania (tomada bajo la presión de EEUU) de cerrar el gasoducto Nord Stream 2, proporcionan una excusa conveniente para el aumento de los precios del gas. Esto es así a pesar de que Estados Unidos, alegando la «inestabilidad» en los mercados energéticos mundiales creada por el conflicto ruso-ucraniano, aún no ha prohibido oficialmente las importaciones de petróleo ruso.
La Reserva Federal ha previsto varias subidas de los tipos de interés este año, a pesar de que algunos temen que las subidas de los tipos puedan disminuir el crecimiento y aumentar el desempleo. La crisis rusa permite a la Fed posponer las subidas de tipos o culpar a Rusia de cualquier desempleo que acompañe a las subidas de tipos. De cualquier manera, la Fed puede utilizar la crisis para desviar la atención de su responsabilidad por nuestros problemas económicos. Por ahora, parece que la Fed llevará a cabo al menos una modesta subida de tipos este mes, pero debido a la crisis de Ucrania, el aumento será menor de lo que se esperaba.
La crisis ucraniana también proporciona una excusa para que el Congreso haga lo que mejor sabe hacer: aumentar el gasto federal. El presidente Biden ha solicitado al Congreso que proporcione 10.000 millones de dólares adicionales en ayuda militar de emergencia a Ucrania. Es probable que el Congreso apruebe rápidamente la petición del presidente. Esta no será probablemente la última vez que el Congreso se apresure a dar miles de millones de dinero «de emergencia» a Ucrania.
También es cierto que los grupos de presión del complejo militar-industrial ya están «explicando» a una audiencia muy receptiva del Capitolio por qué la crisis de Ucrania justifica el aumento del presupuesto militar para «contrarrestar las amenazas» de Rusia, China y cualquier otro que pueda servir como un conveniente hombre del saco. Es poco probable que haya mucha resistencia en el Congreso a un nuevo aumento, a pesar de que Estados Unidos ya gasta más que los presupuestos de defensa combinados de los siguientes nueve países que más gastan.
En los últimos dos años, muchas de las principales empresas de Internet cumplieron las órdenes del gobierno al «desplataformizar» a cualquiera que expresara su escepticismo sobre las vacunas o promoviera tratamientos alternativos, incluso cuando presentaban pruebas que respaldaban sus afirmaciones. Estas empresas están ayudando una vez más al gobierno al desplataformizar a aquellos que cuestionan, o son sospechosos de cuestionar, la narrativa oficial sobre Ucrania. Sin embargo, la preocupación de estas empresas por las «noticias falsas» no les ha llevado a impedir que la gente comparta historias ampliamente desmentidas que apoyan al gobierno ucraniano respaldado por Estados Unidos.
El encierro y los mandatos hicieron más daño que el propio coronavirus. Se basaron en mentiras promovidas por el gobierno y sus aliados del sector «privado». Sin embargo, demasiados americanos se niegan a cuestionar siquiera las afirmaciones del gobierno de EEUU con respecto a la crisis de Ucrania o a cuestionar si Rusia es realmente responsable de nuestros problemas económicos en lugar de un Congreso derrochador, sucesivos presidentes derrochadores y una Reserva Federal fuera de control. La única manera de impedir que los autoritarios utilicen crisis como éstas para aumentar su poder es hacer que un número suficiente de personas entienda una simple verdad: los políticos autoritarios siempre mentirán al pueblo para proteger y aumentar su propio poder.
