Las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC) están llegando. La historia demuestra que la tecnología nunca ha sido detenida, ni frenada, durante un periodo de tiempo significativo.
El Gobernador Christopher J. Waller comentó algunos de los riesgos y beneficios que pueden ofrecer los CBDC. Sopesó ideas como la preocupación por la seguridad y la forma en que los CBDC extranjeros y nacionales repercutirían en el papel vital que tiene el dólar americano en la economía mundial. Parece que la Reserva Federal está tratando de transmitir su cuidadosa consideración de su eficacia y utilidad. Según el Gobernador, en enero de este año
La Junta de la Reserva Federal publicó un documento de debate sobre los CBDC para fomentar un diálogo público amplio y transparente, que incluya los posibles beneficios y riesgos de un CBDC de EEUU. Hasta la fecha, el Consejo no ha tomado ninguna decisión sobre la conveniencia de crear un CBDC.
Continúa proclamando:
Pero mis opiniones son bien conocidas. Como ya he dicho antes, soy muy escéptico sobre si existe una necesidad imperiosa de que la Fed cree una moneda digital.
No está claro si es para aparentar, fingiendo que la Reserva Federal todavía está indecisa respecto a los CBDC, o si realmente es escéptica. Pero los gobiernos y los planificadores centrales no tienen límites cuando se trata de interferir en la economía y la vida de los demás. Cuando se enfrentan a una tecnología que no hace más que aumentar los poderes del planificador, podemos estar seguros de que éste aprovechará la oportunidad.
En su discurso, no mencionó otras innovaciones que podrían ofrecer los CBDC, como la capacidad de rastrear los pagos, bloquear las transacciones a voluntad y establecer fechas de caducidad del propio dinero.
Si le parece descabellado, lea un extracto de un documento publicado por el Banco de Canadá el pasado diciembre:
Un aspecto incómodo del dinero físico es que puede perderse y no hay forma de recuperarlo. Consideramos una característica potencial para resolver este problema para el efectivo digital fuera de línea: una fecha de caducidad para automatizar la recuperación de la pérdida personal. Con esta característica activada, el efectivo digital no podría gastarse después de su fecha de caducidad.
Naturalmente, intentan justificar esto alegando:
Los consumidores cuyo dinero digital haya caducado recibirán automáticamente los fondos en su cuenta online sin tener que presentar una reclamación.
Obsérvese el giro, que, a diferencia del dinero en efectivo que puede perderse, si de alguna manera se perdiera el monedero (presumiblemente digital), al cabo de un tiempo determinado el dinero caduca y el individuo vuelve a recibir los fondos.
Estas situaciones podrían ser útiles; sin embargo, toda tecnología tiene dos caras.
Considere el «debilitamiento de la demanda de los consumidores», según la Fed. Es posible que establezcan fechas de caducidad en los CBDC, obligando a la gente a gastar dinero en una fecha determinada para «estimular la economía». Todavía no han admitido esto. Pero una vez que la tecnología esté en marcha, escenarios financieros de pesadilla como éste podrían hacerse realidad, disfrazados de medidas a corto plazo o de decisiones políticas necesarias.
En cualquier caso, una vez que las ruedas del progreso, o de la devolución, estén en marcha, no se detendrán. Los bancos centrales de todo el mundo seguirán publicando artículos sobre los pros y los contras de los CBDC, y un día nos despertaremos y descubriremos que vivimos en una sociedad sin efectivo.