El dominio unipolar del Imperio americano le ha permitido controlar una parte desmesurada de los recursos mundiales a cambio de trozos de papel verde. Ese dominio, y la hegemonía del dólar, se acercan a su fin.
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, el dólar de los estados unidos ha disfrutado del estatus especial de moneda de reserva mundial. Unido al poderío económico del sistema americano —con su relativo respeto por los derechos de propiedad y su admiración por el empresario—, el gobierno de los Estados Unidos era un gigante en la escena mundial, sin tener siquiera un rival cercano tras la caída de la Unión Soviética en 1991.
Sin embargo, los políticos y burócratas que ejercieron el control temporal de esta maquinaria estatal demostraron ser muy malos administradores de su herencia. La ventaja americana se ha dilapidado durante las décadas siguientes. Predigo que para 2040 será obvio que el Rey Dólar ha sido desplazado, y la superpotencia unipolar de los Estados Unidos no será más que un actor en un mundo multipolar.
Lee el artículo completo en Chronicles Magazine