Dinero y bancos

Los argentinos han vuelto a votar por las políticas que condujeron a la crisis financiera de 2014, y muchas crisis anteriores. El régimen sigue siendo inflacionario y comprometido con grandes gastos.

Cuantas menos actividades de burbuja no productiva tengamos, mejor será para aquellas actividades que realmente generan riqueza. Pero los intentos de revertir la deflación con la creación de nuevo dinero sólo crean nuevas burbujas.

Mientras que algunos gobiernos han intentado luchar contra las criptomonedas, Suiza se esfuerza por convertirse en una «criptonación».

La inflación no sólo degrada la moneda, sino que daña la institución de la familia, erosionando la cantidad y la calidad de los matrimonios y creando distorsiones en los procesos de toma de decisiones de quienes esperan establecer familias.

La abenomía, el keynesianismo japonés con esteroides, ha hecho a los ricos más ricos y a todos los demás más pobres.

En su nuevo libro The Bitcoin Standard, Saifedean Ammous muestra un buen entendimiento del dinero, y también una buena comprensión de cómo monedas como Bitcoin podrían revolucionar el sector bancario dominado por el gobierno.

Los políticos, que afirman que una semana en la política es a largo plazo, no ven ningún problema.

El crecimiento económico proviene de la acumulación de riqueza real, necesaria para producir más bienes y servicios.

El retorno a un sistema de 100% de reservas bancarias es de todo menos radical. Sería bastante conservador, prudente y sensato.

Los banqueros centrales afirman que una sobreabundancia de ahorros a nivel mundial está llevando el tipo de interés «natural» a niveles negativos. Están equivocados.