Presentado en el Círculo Mises en California Sureña el 6 de mayo de 2006 en Costa Mesa, California.
En el Jardín del Edén hay superabundancia de bienes. En ese mundo los seres humanos no tienen razón para discutir entre ellos, ¿sobre qué van a discutir? Sólo hay dos cosas sobre las que pueden discutir. El uso de sus cuerpos, que son escasos, y el lugar sobre el que pueden ubicar sus cuerpos. Respecto a esos dos asuntos sí puede haber conflictos. Entonces, incluso en el Jardín del Edén tendrían que darse ciertas reglas para evitar los conflictos. Las reglas tienen que ser sobre el control exclusivo de los recursos escasos (el cuerpo y el lugar que ocupa).
¿Qué reglas serían probablemente aceptadas?
1. Cada uno es dueño de su propio cuerpo. Cada uno puede hacer con su cuerpo lo que se le antoje. Y si alguien quiere hacer algo más sobre ese cuerpo, necesita primero permiso del dueño.
2. Uno se puede mover donde quiera, pero no puede ocupar un lugar que ya ha sido ocupado por alguien más.
Ahora, fuera del Jardín del Edén, donde casi todo es escaso, y donde todo tipo de conflictos pueden surgir, también necesitaríamos reglas que eviten los conflictos. Las reglas serían similares: 1. Cada uno es dueño de su cuerpo; 2. Adquirimos control exclusivo sobre los recursos escasos, que previamente no eran poseídos por nadie, al ser los primeros que los ponen en uso; 3. Una tercera regla sería: si uno produce algo con la ayuda de su propio cuerpo y un recurso previamente no poseído por nadie, es dueño del producto. 4. Una cuarta, y final, regla sería que el control exclusivo de los recursos también puede ser adquirido por transferencia voluntaria del antiguo dueño a alguien más. Estas reglas elementales son reglas muy antiguas, han sido reconocidas en todos lados; tienen sentido intuitivo, y las alternativas a estas reglas son absurdas.
La primera alternativa a que cada uno sea dueño de uno mismo es la esclavitud, que es moralmente objetable y económicamente ineficiente. Si la persona que llega en segundo lugar fuese declarada dueña del recurso, esa misma persona se convertiría en primera frente a una tercera persona que llegase, que ahora sería segunda en llegar. Si el primer dueño fuese forzado a compartir la propiedad con otra gente, entonces los conflictos no serían evitados. Eso además sería económicamente no productivo porque el incentivo para ser el primero se reduciría, dado que tendría que compartirse la propiedad con aquellos que no han producido.
El siguiente problema que surge fuera del Jardín del Edén es que incluso si reconocemos la verdad, la moralidad, la eficiencia económica de este tipo de principios ¿qué hacemos con las personas que no respetan las reglas? Siempre hay gente que no respeta las reglas, entonces necesitamos una institución que haga cumplir las reglas y que amenace a los posibles violadores de las reglas con castigos. La respuesta tradicional es: esa es la tarea del Estado, la única tarea del Estado. Ahora, si esa respuesta es correcta o no depende de cuál es la definición de Estado.
El Estado es definido tradicionalmente como un monopolio territorial que toma las decisiones finales; es como el árbitro final en casos de conflicto. El Estado además de ser monopolio, es un monopolio forzoso, es decir todo el mundo está obligado a comprar el servicio del Estado. Y el Estado tiene la capacidad de fijar unilateralmente el precio que cobra por sus servicios. Tiene “derecho” a decidir cuánto cobra de impuestos. Así, el Estado también un monopolio territorial de cobro de impuestos.
Con esta definición de Estado no es difícil darse cuenta que hay algo equivocado con la respuesta anterior sobre quién debe hacer cumplir las reglas que mencionamos al comienzo.
Primero, tenemos una objeción clásica a todo tipo de monopolio, y como dije, el Estado es un monopolio. El argumento clásico contra el monopolio es: si no hay libre entrada a una línea de producción, en este caso la línea de producción de arbitraje, protección policial, etc. entonces los productores ya no se ven forzados a producir al menor costo posible. Siempre que hay libre entrada, el productor tiene que producir al menor costo posible porque si no atraería competencia contra él. Y los monopolistas por eso, tienden a, desde el punto de vista del consumidor, a cobrar más caro, y la calidad de sus productos tiende a ser más baja de lo que sería si existiese competencia en la producción. Pero en lo que se refiere al Estado, los problemas son incluso peores que los que, por ejemplo, se darían con un monopolio sobre la leche; que produciría a un costo superior al costo mínimo, el precio sería más caro, la calidad sería más baja. En el caso del gobierno el problema es que los gobiernos no producen tal vez sólo “bienes” mediocres, sino que en realidad puede producir “males”, en el siguiente sentido: dado que los gobiernos son el árbitro final en todo tipo de conflictos, los gobiernos pueden causar conflictos y luego decidir a su favor. Y dado que son seres humanos como todo el resto, y se dan cuenta de esa posibilidad, por supuesto causarán conflictos y decidirán a su favor, y luego encima de eso determinarán el precio que las víctimas de su mala justicia, que favorece al gobierno, tienen que pagar por el mal servicio. Así que esto es un problema fundamental de tener al Estado a cargo de esa tarea particular. Y luego ese problema se incrementa aún más si tenemos un Estado democrático.
Los liberales clásicos que propusieron al Estado como solución a los conflictos sociales tenían como oponentes típicamente gobiernos monárquicos, reyes y reinas; y rechazaron el mandato de los reyes por la simple razón de que ellos pensaban que los reyes tenían privilegios, de que eran tratados de forma diferente por la ley que el resto de la gente. Y en vez de eso, defendían que el Estado debía estar organizado democráticamente, creyendo que si todos eran capaces de entrar en el Estado, no sólo los reyes y las reinas, entonces todos tendrían, por así decirlo, igualdad ante la ley. Sin embargo, resulta que eso es un error fundamental, es un error creer que una vez que se tiene entrada abierta a toda posición en el gobierno se tiene igualdad ante la ley. Lo que realmente pasa cuando se cambia la monarquía por la democracia es que reemplazamos privilegios personales, privilegios restringidos para el rey y la reina, por privilegios de funcionarios, privilegios que son dados a los oficiales públicos. Pero de hecho, la distinción entre una ley para los de arriba y una ley para los de abajo existe en una democracia tanto como existe en una monarquía. Hay dos tipos de ley, una que llamamos ley pública, que cubre las acciones de los oficiales públicos; y ley privada, que cubre las actividades de los ciudadanos privados. Como ciudadano privado uno no puede robar; como oficial público, sin embargo, cubierto por la ley pública, uno puede robar. Como ciudadano privado uno no puede esclavizar a nadie; pero si haces lo mismo como oficial público, en el servicio militar obligatorio, por ejemplo, todo está bien y no pasa nada. Como ciudadano privado, si alguien roba y entrega lo robado a otro, eso es considerado un crimen, si lo haces como oficial público, eso se llama redistribución del ingreso. Así bajo ley pública se pueden hacer ciertas cosas que bajo ley privada serían consideradas ilegales. Entonces, la distinción entre dos tipos de ley existe tanto en democracia como en monarquía.
Así, hemos llegado al asunto de cuál es la respuesta correcta a la pregunta sobre quién debe hacer cumplir las leyes que inicialmente mencionamos, propiedad sobre uno mismo, el principio de primer-dueño-primer-usuario, principio de productor posee lo que ha producido, y el principio de que puedes obtener propiedad privada a través de intercambios voluntarios.
Y la respuesta correcta es:
Los que deben hacer cumplir las leyes deben ser individuos y agencias que están sujetos a las mismas reglas que los demás. Es decir, necesitamos una sociedad donde el único tipo de ley que existe es la ley privada, no ese tipo de institución que está cubierta por la ley pública; que como he explicado es algo que realmente no existe, no existe la ley pública, lo que existe es actividad criminal con máscara de ley.
Ahora, si los que hacen cumplir las reglas están sujetos a las mismas reglas, esto tiene implicaciones:
El derecho ilimitado a la autodefensa debe ser permitido. La implicación inmediata de esto es que la propiedad privada de armas debe ser permitida en cualquier sociedad privada. A pesar de lo que escuchamos por parte del gobierno, hay una regla intuitiva que dice que a más armas menos crimen; el Lejano Oeste, contrario a lo que insinúan las películas, es un claro ejemplo de que de hecho ese es el caso: si la gente posee armas, si la propiedad de armas no es restringida, entonces habrá menos crimen. Pero en sociedades complejas, por supuesto, no vamos a querer producir nuestra propia seguridad con nuestros propios medios, así como nosotros mismos no hacemos nuestra propia ropa o zapatos, nosotros nos apoyamos en la división del trabajo, en agencias especializadas. Y así nos apoyaríamos en agencias especializadas para proteger nuestros derechos de propiedad privada. Un rol muy importante en una sociedad libre, en lo concerniente a la protección de las reglas que mencioné anteriormente, estaría en manos de agencias aseguradoras, y asociados a las agencias aseguradoras, directa o indirectamente, agencias de policía, de detectives y de arbitraje.
Ahora, ¿cuál sería el resultado sería el resultado de eso? Aquí una breve comparación entre la provisión estatal de seguridad y el aprovisionamiento de seguridad de agencias aseguradoras libre y privadamente establecidas. Lo primero sería que habría una caída drástica en el precio que tenemos que pagar por seguridad. Como expliqué, la tendencia, bajo el aprovisionamiento monopólico, es que el precio de la seguridad siempre sube, siempre tenemos que pagar más y más, y la calidad siempre es más y más baja. Precisamente lo opuesto ocurriría si hubiese competencia en esa área.
Las agencias privadas te indemnizarían en caso de que fallasen en su tarea, por eso les pagas una prima. Los gobiernos por otro lado, los monopolistas, no te indemnizan si fallan. Si alguien te roba, te asalta, los gobiernos no te dicen “mira, fallamos en lo que te prometimos, y como fallamos te ofrecemos una compensación”. Yo por lo menos nunca he escuchado de un gobierno, en ningún lado haciendo algo como eso. Y estoy seguro que ustedes tampoco han escuchado nunca algo así.
¿Por qué harían las agencias privadas un buen trabajo? Harían un buen trabajo previniendo el crimen, porque por cualquier crimen que ellas puedan prevenir no tendrán que pagar indemnización. Por el contrario, si un policía público falla en prevenir un crimen, no deja de recibir su salario; y le conviene más darse vueltas por centros comerciales antes que prevenir lo que se supone debe prevenir.
Además, si es que hemos sido víctimas de robo, nosotros queremos recuperar nuestras cosas robadas si es posible. ¿Cuál es el incentivo de la policía pública para recuperar nuestra propiedad robada? Cualquiera que ha tenido experiencia con esto sabe que la policía le hará llenar un reporte; y simplemente lo archivarán. Y allí acaba la historia. Por accidente las cosas pueden ser encontradas, sólo por accidente.
Por otro lado, ¿cuál es el incentivo de las compañías privadas aseguradoras? Dado que ellas no te tienen que indemnizar si recuperan las cosas que te robaron, por supuesto que tienen el incentivo financiero para recuperar todo lo que puedan a un costo razonable. Tengo un amigo cuyo BMW fue robado en Italia, fue a la policía italiana y les preguntó qué iban a hacer, le respondieron “nada”. Y luego él reportó esto a su compañía aseguradora, y una semana después el detective de la aseguradora descubrió dónde estaba su auto.
Uno también quiere que los que cometieron el crimen sean encontrados, atrapados y que restituyan a las víctimas. ¿Cuál es la probabilidad de que el gobierno capture a los que cometieron el crimen? Sí, en casos de crímenes capitales, ocasionalmente lo atrapan porque la presión pública es muy fuerte. En crímenes no tan vistosos, muy rara vez, por no decir nunca, atrapan a los criminales. Y si atrapan a un criminal ¿Qué hacen con el criminal? ¿Obligarán al criminal a compensar a la víctima? Yo nunca he escuchado de eso. Al contrario, posiblemente lo pondrán en la cárcel, y la víctima y otros pagadores de impuestos son obligados a pagar por el encarcelamiento de la persona que los victimizó en primer lugar. Si recuerdo bien, el encarcelamiento por persona en los EEUU cuesta $70.000 al año, y allí pueden pasar el tiempo en el gimnasio, tienen TV, se quejan si no les dan un buen desayuno; pueden estudiar leyes para que en la siguiente ocasión sepan cómo defenderse mejor. ¿Y recibe la víctima un centavo? Y la respuesta es, por supuesto: nunca. Imaginen que la empresa aseguradora te hace la siguiente proposición: esta es la condición bajo la que te voy a asegurar, apenas capturemos al ladrón tú vas a tener que pagar por el encarcelamiento. No creo que esa empresa aseguradora pueda llegar muy lejos con esa forma de tratar a sus clientes.