[En 1931, la Internacional Rotaria celebró su convención anual en Viena, Austria. Para la reunión, Rotary editó un tabloide. Contenía información sobre el programa de Rotary para esa convención, sus actividades y artículos de miembros de Rotary en Viena. Uno de esos artículos cortos fue «del rotario Dr. Ludwig von Mises, profesor en la Universidad de Viena»]
«Servicio» es la divisa del rotario.
En ninguna esfera de la actividad humana puede encontrarse una aplicación a mayor escala que en la economía. Al estar la sociedad humana basada en una división del trabajo, el trabajo de los individuos no es necesariamente sólo trabajo a destajo. Cada ser humano realiza sólo una tarea y su actividad se limita a un campo estrecho. Sin ayuda del trabajo de otros, no puede existir.
La forma en que cada individuo organiza su vida presupone la actividad de otros miembros de la sociedad en ocupaciones que complementan armoniosamente su propio trabajo y viceversa. Si nos especializamos conscientemente en un tipo de actividad, lo podemos hacer sólo porque contamos con otros individuos dispuestos a servirnos igual que estamos dispuestos a servirles a ellos. Aquí es donde el gran principio de la solidaridad, que gobierna la sociedad, entra en juego.
Sin embargo, el principio de solidaridad no pierde su fuerza en las fronteras de un país. La solidaridad económica no une sólo a los compatriotas, sino que liga a todos los pueblos. Los europeos se alimentan y visten con los productos que suministran América, Asia, África y Australia, dando a cambio los frutos de su trabajo industrial. El actual nivel de vida de todas las naciones se basa en el enorme aumento de la productividad del trabajo humano que ha sólo sido posible por una división internacional del trabajo.
Interdependencia de países
Estas son proposiciones tan simples y evidentes que parece poco necesario mencionarlas. Sin embargo, el hecho de que siga existiendo la hostilidad comercial entre naciones prueba que, a pesar de la naturaleza axiomática de esta verdad, no es demasiado superfluo recordarla.
No se ha extinguido la idea de que considera la prosperidad de otras naciones como un peligro para el país propio, aunque la experiencia nos enseña todos los días que a la vista de la íntima interdependencia económica de todos los países cada Estado individual tiene un gran interés en la prosperidad de otros Estados.
Cualquier disminución de la actividad empresarial en América se hace sentir de una forma extraordinariamente aguda en toda Europa. Cuando los negocios prosperan en Estados Unidos, más bienes europeos se importan allí y más americanos visitan Europa con la consecuencia de que los negocios en el continente se activan. Cuando hay depresión en Estados Unidos, hay angustia en Europa.
Reconocer la necesidad de la solidaridad en la vida económica y afirmarla por la acción consciente es el servicio en el sentido en que un rotario emplea la palabra.