A los estudiantes se les están acabando las razones para cursar educación superior. He aquí cuatro tendencias documentadas en artículos recientes:
Los graduados tienen poca o ninguna mejora en habilidades de pensamiento crítico
El Wall Street Journal informaba acerca de los preocupante resultados del examen College Learning Assessment Plus (CLA+), realizado en más de 200 universidades de todo EEUU.
De acuerdo con el WSJ, “En más de la mitad de las universidades, al menos un tercio de los alumnos de ultimo año fueron incapaces de presentar un argumento coherente, evaluar la calidad de las evidencias en un documento o interpretar los datos en una tabla”. Los resultados fueron peores en las grandes universidades de referencia: “En algunas de las universidades de referencia más prestigiosas, los resultados del examen indican que el graduado medio muestra poca o ninguna mejora en pensamiento crítico a lo largo de cuatro años”.
Hay una extensa literatura sobre los dos mecanismos por los que los graduados universitarios tienen salarios más altos: aprender realmente nuevas habilidades o sencillamente tener un título para que lo vea al mundo (señales). Los resultados del CLA+ indican que muchos estudiantes en realidad no están aprendiendo habilidades valiosas en la universidad.
Al entrar estos graduados en el mercado laboral y revelar que no tienen las habilidades requeridas para desempeñar sus trabajos, los empresarios están empezando a desconsiderar también la señal de la licenciatura. A Google, por ejemplo, no le importa si los potenciales contratados tienen un grado universitario. Buscan otras credenciales académicas en busca de otras características que predigan mejor el rendimiento laboral.
Las discusiones a gritos han invadido los campus en todo el país
Parece que el desarrollo del pensamiento crítico ha quedado relegado a discusiones a gritos en muchas universidades de EEUU. En el Evergreen State College de Washington las manifestaciones estudiantiles han secuestrado aulas y administraciones. Los manifestantes ocuparon las oficinas de la administración el mes pasado y han interrumpido también las clases. Ha llegado al punto en que la matrícula ha caído tan drásticamente que ahora está en juego la financiación pública.
El caos de Evergreen generó “amenazas anónimas de asesinatos masivos, lo que hizo que el campus se cerrara durante tres días”. Me pregunto si alguno de estos estudiantes estaba simplemente tratando de evitar el trabajo de clase y el estudio mediante una toma del campus en nombre de políticas de identidad y de un racismo tenuemente velado.
La epidemia de las discusiones a gritos llegó a la Universidad de Auburn el semestre pasado, cuando grupos alt-right y Antifa (que son más parecidos de lo que ambos bandos admitirían) llegaron de fuera para crear problemas. Ningún grupo externo ofreció nada importante en su discurso, solo generalidades vacías y gritos. Me encantó ver que la respuesta general de los alumnos de Auburn fue burlarse de ambos bandos o ignorar completamente el evento. Tal vez el grupo de Young Americans for Liberty de Auburn eligió la mejor opción: albergar un concierto en otro lugar del campus para distraer la atención y la asistencia de ambos grupos de ruidosos pero huecos forasteros. De entre los alumnos que eligieron no ignorar el acontecimiento, mi respuesta favorita de un estudiante de Auburn fue un chico vestido como una zanahoria llevan un cartel que decía: “No me ZANAHORIA vuestro enfado”.
Las escuelas de comercio y el estudio personal ofrecen mejores resultados a muchos
A quienes abandonan la universidad le va bastante bien, contradiciendo el estereotipo. Algunos jóvenes decididos están evitando completamente la universidad para seguir sus ideas de negocio. Muchos también están eligiendo escuelas de comercio, que requieren menos tiempo y dinero de matrícula, pero cuyos graduados acaban con una serie concreta de habilidades. Los grados en las escuelas de comercio dejan la universidad preparados para el sector en el que entran, donde pueden ganar salarios mucho más altos que muchos licenciados en grados de cuatro años.
Los jóvenes en particular están abandonando las universidades a oleadas. A lo largo de la pasada década, el 30% de los alumnos masculinos de primer año dejaron la universidad antes de empezar el segundo. Los periodistas, psicólogos y sociólogos que comentan sobre esta tendencia no saben cómo dar una explicación [las cursivas son mías]:
“Esto me preocupa mucho”, dijo Hunter Reed. Los jóvenes (como todos los estudiantes, destacaba) necesitan apoyos de una variedad de grupos para prosperar en la educación superior.
“Los que tienen más éxito tienen una sensación de pertenencia a la universidad”, dijo.
Stark, 28, estudió ciencias informáticas durante un año y medio antes de abandonar la Metro State University para estudiar por su cuenta.
Ahora ingeniero de software para una compañía de música en Denver, Stark también trabaja como DJ en algunos de los locales nocturnos más conocidos de la zona. “Lo que estaba obteniendo en clase sencillamente no me iba. Creía que podía aprender por mí mismo en Internet”, dijo.
Trabajó en un empleo de comida rápida y posteriormente en un empleo temporal en una gran empresa para mantenerse mientras estudiaba por sí solo. La alternativa, dijo, era trabajar cuatro años para obtener un grado de licenciatura y luego otro año o dos para conseguir un máster, luego “trabajar para alguna empresa enorme e ir a casa por la noche y vivir con mi mujer mi familia. Y eso sencillamente no me parecía atractivo en ese momento”.
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Advirtamos la llamada para ayudar a estos pobres jóvenes a “prosperar en la educación superior” que precede a una pequeña anécdota acerca de un hombre que la abandonó y le acabó yendo bien. Posteriormente en el mismo artículo, el autor dice que los jóvenes no deberían suponer que les irá bien si abandonan, pero luego es ambiguo al convertirlo en un problema de diferencias salariales entre géneros para explicar cómo a algunos hombres sí parece irles bien después de abandonar:
Los observadores dicen que muchos jóvenes se engañan al creer que solo les falta una idea para ser el nuevo Bill Gates o Steve Jobs. Creen que pueden ganar una fortuna sin un grado universitario, dijo Riseman. “Como consecuencia, entran en la universidad sin un propósito claro y acaban fracasando”, dijo. “Aunque estos abandonos imaginan que pueden tener éxito sin un grado, las nuevas empresas con éxito son raras”.
Aunque los hombres jóvenes sin graduación, en general, consiguiendo trabajos mejor pagados que sus iguales femeninos, muchos de dichos trabajos mejor pagados se encuentran en sectores de alto riesgo como el petróleo y el gas o las manufacturas.
Las matrículas están aumentando, pero las ganancias futuras están disminuyendo
En otro artículo reciente del WSJ, vemos las consecuencias financieras de estas tendencias. Mientras las matrículas siguen aumentando en todo país, las perspectivas de ganancia de los graduados no se mantienen. Hay un montón de variación entre universidades y licenciaturas, pero la tendencia general es la de que los retornos para un grado de cuatro años están disminuyendo.
Como los estudiantes sólo están empezando a la vida, esto significa que deben tomar prestado para pagar estos carros grados que no garantizan mayores ganancias. El total de los préstamos estudiantes se encuentra en 1.300 millones de dólares y aumentando. Estos préstamos no tienen avales y no pueden desaparecer mediante quiebra.
La Fed de Nueva York sigue en la tasa de morosidad para distintos tipos de préstamos. Con respecto al primer trimestre de 2017, la deuda en préstamos a estudiantes ha sido la que más ha crecido y la que tiene la mayor tasa de morosidad [en rojo en el gráfico].
Esta tendencia es insostenible. El sistema de educación superior parece estar sufriendo tanto por problemas económicos como culturales, pero estos dos tipos de problemas a menudo son la causa del otro en una espiral que se retroalimenta. La causa final de ambos es política.