Cuba es una dictadura que utiliza el terror y la propaganda para reprimir a su pueblo. Encierra a los ciudadanos, los despoja de los derechos humanos más elementales, los silencia y enfrenta a las familias mediante la extorsión y las amenazas. Las constantes prácticas de detención ilegal del régimen, la ruina personal de los disidentes políticos y la limitación de los derechos fundamentales no tienen nada que ver con ningún bloqueo o embargo, sino con la dictadura comunista totalitaria.
Toda la propaganda que blanquea la dictadura cubana se basa en dos mentiras: el inexistente «bloqueo» y la supuesta excelente «salud pública».
Cuba sólo sufre un bloqueo: el de la dictadura contra su pueblo, que limita las importaciones de alimentos, medicinas, el uso de internet y la libertad de viajar. La prueba la hemos visto esta semana, cuando el régimen «levantó temporalmente» la limitación de las importaciones de alimentos y medicinas.
Desmontar la mentira de los supuestos excelentes servicios públicos cubanos es fácil. Basta con ir a Cuba para comprobarlo.
El sistema sanitario que tanto publicita el régimen es un sistema fallido y ruinoso que sólo presta un servicio de calidad a los extranjeros ricos y a los dirigentes del régimen. Cuba sufre la «sanidad gratuita más cara del mundo», como me dijeron en La Habana.
El mito de la calidad de la sanidad ha sido desmontado en varias ocasiones. María Werlau, de la ONG Archivo Cuba, explicó que «la sanidad en Cuba es terrible para el ciudadano ordinario. Hay un apartheid que favorece a la élite gobernante y a los extranjeros que pagan en dólares», y se ha demostrado que «el sistema sanitario cubano carece de transparencia y capacidad». Sus políticas sanitarias no sólo no han dado buenos resultados, sino que limitan los derechos básicos de los pacientes; «no es un modelo a seguir».
Cualquiera que viaje a Cuba puede comprobar que la tantas veces repetida «inexistencia de desnutrición infantil» que algunos dicen que muestra UNICEF es una mentira y sólo enmascara un régimen que sigue utilizando las cartillas de racionamiento y la miseria como herramientas para mantener a la población bajo su bota.
Sin embargo, UNICEF nunca afirmó que Cuba hubiera acabado con la desnutrición infantil, sino que la «incidencia de niños con bajo peso ha descendido al 4%», un récord que fue superado por Costa Rica y Chile, por ejemplo, que alcanzaron el 1%. Tracking Progress on Child and Maternal Nutrition: A Survival and Development Priority (UNICEF, noviembre de 2009, p. 102 y ss.) muestra claramente cómo otros países lo han hecho significativamente mejor que Cuba.
Los datos reales de mortalidad infantil duplican la cifra oficial y son mucho peores que los de países como Chile o Costa Rica, según estudios (por ejemplo, «Mortalidad infantil en Cuba: Mito y realidad», de Roberto M. González).
El mito del bloqueo es aún más hilarante. El inexistente bloqueo es una mentira que sirve de excusa para blanquear la dictadura.
El comercio internacional de Cuba sobre el PIB fue del 27 por ciento del PIB en 2020, comparado, por ejemplo, con el de Brasil, que es del 32 por ciento. Sus exportaciones son el 14,5 por ciento del PIB frente al 16 por ciento de Brasil (datos del Banco Mundial).
Estados Unidos es el noveno socio comercial de Cuba, con el 3 por ciento de las importaciones. Cuba tiene más de veintisiete tratados bilaterales con más de noventa países, y exporta a Canadá (22 por ciento), China (21 por ciento), Venezuela (13 por ciento), España (11 por ciento), Holanda (7 por ciento), Alemania, Bélgica, Suiza, Chipre (2 por ciento cada uno) y Francia (1 por ciento), entre otros (Oficina de Estadística de Cuba, ed. 2020).
Las exportaciones de alimentos y productos agrícolas de Estados Unidos a Cuba se incrementaron en un 74,7 por ciento en marzo de 2021, un aumento del 54,3 por ciento anualizado (Cuba Trade).
Cuba, a su vez, importó en 2020 desde Venezuela (crudo a precio de coste o gratis), China, España, Rusia, México, Italia, Argentina, Brasil, Estados Unidos y Alemania, entre otros. Vaya «bloqueo».
Lo único que tiene Cuba es un embargo sobre aquellos artículos que el régimen dictatorial utiliza con fines militares.
Lo que la izquierda oculta sobre el embargo: el embargo se implantó en 1958 con el régimen de Batista para limitar la venta de armas. El embargo de 1960 a las exportaciones de EEUU a Cuba no incluía alimentos ni medicinas. Desde el año 2000, no ha habido ningún tipo de embargo a las exportaciones de EEUU ni en alimentos ni en medicamentos.
Más de noventa multinacionales norteamericanas han exportado a Cuba desde 2001. Desde 2014, sesenta empresas norteamericanas operan directamente en Cuba (Cuba Trade Economic Council)
Cuba exportó a Estados Unidos bienes por valor de 14,9 millones de dólares e importó 176,8 millones de dólares en 2020, según el Departamento de Estado. Las importaciones y exportaciones a China también son especialmente importantes.
Estados Unidos es el mayor proveedor de alimentos y productos agrícolas a Cuba, según el Departamento de Estado, con exportaciones de esos bienes por valor de 220,5 millones de dólares en 2018. Estados Unidos es también uno de los principales proveedores de bienes humanitarios a Cuba, incluyendo medicamentos y productos médicos, con un valor total de 275,9 millones de dólares en 2018. Las remesas de Estados Unidos, estimadas en 3.500 millones de dólares en 2017, son la mayor fuente de divisas de la dictadura.
Lo que ha destruido a Cuba es el comunismo. Un régimen dictatorial destructivo y derrochador.
El régimen castrista es una máquina de despilfarrar subvenciones. Entre 1960 y 1990 consumió una ayuda de la Unión Soviética equivalente a seis Planes Marshall y no mejoró su patrón de crecimiento ni aprovechó las enormes subvenciones para mejorar la productividad. Entre 1960 y 1990, Cuba recibió más de 65.000 millones de dólares de la Unión Soviética, sin contar lo que recibió de otros países socialistas.
La dictadura cubana también ha dilapidado las subvenciones y ayudas de China, Rusia y Venezuela.
Solo para el programa médico cubano, Misión Barrio Adentro, la dictadura de La Habana recibió 120 mil millones de dólares en dieciséis años, cifra oficial revelada por Nicolás Maduro en 2019 y confirmada por Julio García, jefe de las misiones cubanas en Venezuela.
Cuba obtuvo más dinero de Venezuela por otros conceptos, otras misiones, por venta de plantas eléctricas, por triangulación en la importación de alimentos y hasta por la venta de millones de bombillos.
En los últimos dieciocho años, China ha condonado casi 5.000 millones de dólares de deuda a Cuba, casi la mitad del total de la deuda que ha condonado a sus socios comerciales. Por supuesto, el comercio con China ha disminuido debido a los constantes impagos del régimen dictatorial cubano.
Rusia ha donado miles de millones de dólares a Cuba, con donaciones a través, por ejemplo, de la representación del Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la condonación del 90 por ciento de la deuda contraída con Rusia (2014), unos 25.800 millones de dólares.
Sólo entre 2011 y 2014, México, Japón, China y Rusia eximieron en conjunto a la dictadura cubana de 40 mil millones de dólares de deuda, lo que equivale al 50 por ciento del PIB actual de Cuba, según Forbes.
Los acreedores del Club de París en 2015 también cancelaron 8.500 millones de dólares de deuda pendiente.
La dictadura cubana siempre hace lo mismo: pedir prestado, despilfarrar, empobrecer a la población e incumplir sus compromisos. Y luego se queja de un «bloqueo» inexistente.
Si sumamos las donaciones, la condonación de la deuda y el apoyo financiero, Rusia, China, Venezuela y los principales socios comerciales de Cuba han otorgado ayudas financieras y donaciones a la dictadura cubana que superan los 200.000 millones de dólares en los últimos dieciséis años.
A pesar de todo esto, y con una política monetaria tan destructiva como la de Venezuela, imprimiendo pesos cubanos sin valor ni demanda mientras dilapida las reservas que recibe, la inflación en 2021 alcanzará el 500 por ciento según Reuters.
¿Qué ha hecho la dictadura cubana con todo ese dinero? Despilfarrarlo mientras condena al pueblo cubano a la miseria.
Cuba tiene un nivel de pobreza que, calculado de forma independiente, alcanza el 50 por ciento. Según cifras de la ONEI (Oficina Nacional de Estadísticas e Información), el 35,6 por ciento de la población en edad de trabajar está desempleada o sin trabajo. El desastre monetario y económico bajaría la posición del Índice de Desarrollo Humano para Cuba de setenta y tres a los últimos lugares entre los países del mundo.
¿Qué es lo que ha destruido a Cuba? El comunismo, no el inexistente bloqueo.