La Reserva Federal lo intenta una y otra vez y sencillamente no puede poner un precio para la inflación de precios. Hinchar su balance desde los 900.000 millones de dólares a los 4,5 billones nos habría parecido que nos enviaba Zimbabue, pero no, los precios sencillamente no cooperan con las mentes maestras monetarias que trabajan duro en el Edificio Eccles.
Caroline Baum, de MarketWatch, dice que los presidentes de la Fed solían llamar enigmas a estas cosas. Sin embargo, “Los enigmas son cosa del pasado. Hoy, la presidenta de la Fed, Janet Yellen, tiene una explicación (en realidad una excusa) para casi todo, desde el comportamiento atípico de los precios de los activos a las incoherencias en las relaciones económicas”, escribe Baum.
El presidente Trump nos dice que tenemos pleno empleo y aun así los precios (al menos en la forma en que los mide la Fed) no pueden llegar al nivel de aumento del 2% que Yellen y los demás consideran el nirvana.
Baum escribe que la Fed calificó a los cambios de precios como “transitorios”, luego fueron “problemas de definición”, seguidos por “factores idiosincráticos”, como “una caída precipitada en el precio de los servicios inalámbricos de telecomunicaciones este año”.
Está en todos los libros de texto de economía: Nada detiene a la inflación como una caída en las tarifas de los teléfonos celulares.
Este verano, los economistas privados están señalando a las caídas en las tasas hoteleras como depresores del IPC y cualquier otra cosa. Sin embargo, Ms. Baum sabe que “La inflación es un fenómeno monetario. Cuando la Fed expande su balance mediante compras de activos, no tiene control sobre a dónde irá el dinero recién creado: hacia la compra de bienes y servicios o hacia activos financieros, como acciones, bonos basura o vivienda”.
Continúa: “Las compras de activos de la Fed rebajan los tipos del Tesoro libres de riesgos, animando a los inversores a buscar réditos y comprar activos más arriesgados”.
Como los precios de los activos no son partes de la medición oficial de la inflación y como identificar una burbuja de activos está fuera de su ámbito, los banqueros centrales evitan usar política monetaria para responder a estas.
La Fed no está sola en su posibilitamiento de burbujas. Un titular de Bloomberg Businessweek grita: “Incluso la deuda soberana más basura paga ahora menos que el 6%”, con el subtítulo nombrando al culpable: “Las compras del banco central han distorsionado al mercado y reducido los rendimientos sobre la deuda peor calificada”.
No son solo esos estrafalarios austriacos echando una reprimenda a los banqueros centrales por sus trastadas monetarias. Todo mundo lo sabe, contiene el aliento y espera lo mejor.
Natasha Doff explica:
Los bonos más basura del mercado emergente rinden ahora menos que los títulos del Tesoro de EEUU hace tan poco como en 1999. Los rendimientos sobre la deuda estatal de Mongolia, Ucrania y Bielorrusia (siete niveles por debajo del grado de inversión, entre las peor calificadas del mundo) han caído por debajo del 6% en los últimos dos meses.
Es lo que escribe Ms. Baum: “Los precios de los activos son un síntoma: el crecimiento excesivo del crédito es la causa”.
William White escribía en un trabajo de 2009 que los episodios de burbujas tienen en común lo siguiente: apalancamiento, especulación y declive en los patrones de crédito.
Por ejemplo, Tesla, que pierde dinero, trató de vender 1.500 millones de dólares en bonos basura y acabó vendiendo 1.800 millones porque la demanda era muy alta para estos títulos calificados B-.
“Yo no lo llamaría una burbuja”, dice Andrew Feltus, director de préstamos bancarios y de alto rendimiento en Amundi Pioneer Asset Management, en Boston, a Reuters.
Hay quien estarían desacuerdo. Según ValueWalk, “Tesla, Inc. es una empresa con una forma excesiva y terrible desde una perspectiva financiera que está condenada a la bancarrota”.
El famoso vendedor a corto, Jim Chanos, dijo el pasado año que en la fusión anunciada de 2600 millones de dólares con SolarCity Corp. hará a Tesla Motors Inc. una “insolvencia andante”.
Una “insolvencia andante” puede tomar prestado más de lo que quiere al 5,3%. Eso sí que es un enigma.