Informó The Guardian,
Un nuevo informe afirma que «pruebas contundentes» demuestran que los elevados lucros corporativos son uno de los principales motores de la inflación actual, y que las empresas siguen manteniendo los precios altos aunque bajen sus costes inflacionistas.
El informe, elaborado por el grupo de reflexión progresista Groundwork Collaborative, señala que los lucros corporativos representaron alrededor del 53% de la inflación durante el segundo y tercer trimestres del año pasado. Según el informe, en los 40 años anteriores a la pandemia, los lucros sólo representaron el 11% del crecimiento de los precios.
¿Es esto cierto? Desentrañar esta misteriosa relación entre lucros corporativos e inflación es fácil una vez que definimos claramente lo que son los lucros y la inflación. La afirmación de que los lucros corporativos son responsables del 53% de la inflación es el resultado del uso de definiciones y razonamientos erróneos por parte de los principales investigadores económicos.
En primer lugar, veamos qué es la inflación. Como explicaba Henry Hazlitt en su artículo «La inflación en una página», la inflación es «un aumento de la cantidad de dinero y de crédito. Su principal consecuencia es la subida de los precios. Por lo tanto, la inflación —si utilizamos mal el término para referirnos al aumento de los precios en sí— está causada únicamente por la impresión de más dinero. De ello son enteramente responsables las políticas monetarias del gobierno».
El razonamiento erróneo de los economistas de la corriente dominante se debe a su forma errónea de confundir el efecto de la subida de precios de la inflación con la inflación en sí. Están poniendo el carro delante de los bueyes. La subida de precios es sólo uno de los principales efectos de la inflación, no la inflación en sí misma.
Otro error que cometen los economistas de la corriente dominante es que utilizan la «teoría marxista del coste de producción/trabajo del valor», refutada hace tiempo, para explicar la subida de los precios de los bienes de consumo, como es el caso de esta investigación realizada por el think tank Groundwork Collaborative. El coste de producción (lucro corporativo) no determina los precios de los bienes de consumo. El valor subjetivo del consumidor determina esos precios. En este artículo no tengo espacio para discutir esta teoría tan importante del valor subjetivo. Aconsejo a mis lectores que estudien la literatura de la escuela austriaca de economía.
También confunden la fluctuación de precios de las distintas materias primas con la inflación. En una economía de mercado, los precios de las distintas materias primas cambian constantemente. Esta fluctuación de precios no refleja el mítico nivel general de precios que los economistas convencionales utilizan para medir la inflación.
Además, si los lucros corporativos explican la subida de los precios de los bienes de consumo —lo que los economistas convencionales llaman inflación—, ¿qué explica entonces la subida de los precios de los bienes de producción? ¿Los mismos lucros corporativos? Debemos recordar que la inflación no sólo aumenta los precios de los bienes de consumo, sino también los de los bienes de producción. Cuando la oferta de dinero aumenta debido a las políticas de dinero fácil de la Reserva Federal de crear dólares de la nada, se diluye el poder adquisitivo (valor) de todos los dólares existentes en la economía. Y como los dólares son dinero de curso legal (un medio de cambio común), comprarán menos bienes tanto de consumo como de producción (es decir, mirando desde el lado de los bienes parecerá que sus precios han subido). En realidad, el dólar está perdiendo valor y, por tanto, comprando menos de todo aquello contra lo que se utiliza en el intercambio de mercado.
A continuación analizaremos el lucro. Aquí está Ludwig von Mises explicando el lucro:
En el sistema capitalista de organización económica de la sociedad, los empresarios determinan el curso de la producción. En el desempeño de esta función están incondicional y totalmente sometidos a la soberanía del público comprador, los consumidores. Si no consiguen producir de la manera más barata y mejor posible las mercancías que los consumidores piden con más urgencia, sufren pérdidas y son finalmente eliminados de su posición empresarial. Otros hombres que saben mejor cómo servir a los consumidores les sustituyen.
Si todas las personas anticiparan correctamente el estado futuro del mercado, los empresarios no obtendrían lucros ni sufrirían pérdidas. Tendrían que comprar los factores de producción complementarios a precios que, ya en el instante de la compra, reflejarían plenamente los precios futuros de los productos. No quedaría margen ni para el lucro ni para la pérdida. Lo que hace surgir el lucro es el hecho de que el empresario que juzga los precios futuros de los productos con más acierto que los demás compra algunos o todos los factores de producción a precios que, vistos desde el punto de vista del estado futuro del mercado, son demasiado bajos. De este modo, los costes totales de producción —incluidos los intereses sobre el capital invertido— quedan por detrás de los precios que el empresario recibe por el producto. Esta diferencia es el lucro empresarial.
Como explicó Mises, un empresario sólo obtendrá lucros (corporativos) si consigue anticipar este desajuste entre los precios actuales de los bienes de producción y los precios futuros de los bienes de consumo que estos bienes de producción contribuirán a producir. La diferencia entre los precios de los bienes de producción y los de los bienes de consumo es el lucro.
Una vez que definimos claramente los lucros, podemos ver que los lucros corporativos no son responsables de causar inflación. De hecho, es la inflación la que afecta al cálculo de lucros de un empresario al aumentar los precios tanto de los bienes de consumo como de los bienes de producción. Los precios de los bienes de consumo suben porque algunos de los consumidores —digamos del Estado de California— reciben dólares recién impresos, que utilizan para subir los precios de los bienes de consumo. Los que se encuentran al final de este proceso de mercado se enfrentan a precios más altos y ven cómo se diluye el poder adquisitivo de sus dólares. Esos mismos dólares también están persiguiendo a los bienes de producción, elevando sus precios. Algunos empresarios pueden juzgar esta diferencia entre bienes de producción y de consumo de mejor manera que otros, y por eso están obteniendo lucros. Los investigadores de la corriente dominante olvidan que muchos empresarios fracasados no juzgan adecuadamente esta diferencia, por lo que sufren pérdidas y quiebran. ¿Estas pérdidas corporativos también provocan inflación/deflación?
En definitiva, el presente estudio del think tank Groundwork Collaborative representa el caso clásico de correlación espuria. Se habla de correlación espuria cuando a primera vista parece haber una relación causal entre dos variables, pero la teoría dice que no la hay. Los investigadores del presente estudio olvidaron la advertencia estadística básica de que «correlación no significa causalidad». Si hubieran utilizado las definiciones correctas tanto de inflación como de lucros (corporativos), habrían visto que es la Reserva Federal de EEUU la que está creando inflación, que a su vez está afectando a los lucros corporativos.