La teoría de la productividad del capital domina la opinión popular y las discusiones públicas. Supone que el capital genera un rendimiento como los árboles engendran sus frutos. Desde este punto de vista, más ahorro implica más inversión y más inversión genera unas mayores existencias de capital, lo que a su vez genera rendimientos futuros. La creencia extendida es que los activos monetarios crecen y generan automáticamente réditos. Sin embargo, ya al final del siglo XIX, el economista austriaco Eugen von Böhm-Bawerk reventaba la teoría de la productividad del capital. Demostraba que sin acción emprendedora el capital se estanca y se convierte en inútil.
Capitalismo emprendedor
Destruir el capitalismo emprendedor a favor del capitalismo de estado y el socialismo lleva a un declive económico. Cuando los nuevos socialdemócratas de Estados Unidos prometen más justicia social y un nivel de vida más alto para los pobres, se engañan creyendo que mas intervencionismo público y más control de las empresas podría alcanzar esos objetivos. Es justo lo contrario. Para proporcionar mejores niveles de vida para todos, hace falta más capitalismo emprendedor. No hay otro medio disponible para transformar los ahorros en inversiones con beneficios que mediante la acción de emprendedores que compitan en un mercado libre.
No hay manera de evitar los intentos permanentes de reordenar el proceso de producción. Sin actividad emprendedora, el capital es solo un montón de bienes de capital. Sin el emprendedor, el capital está muerto. Hace falta actividad emprendedora para dar vida al capital y mantenerlo vivo. Los niveles futuros dependen de las condiciones generales de la economía que van evolucionando con el tiempo. La necesidad de una renovación constante del capital real requiere un flujo de fondos para mantener el proceso de producción. Los activos financieros se apreciarán de acuerdo con los beneficios y por tanto dependen de emprendedores capaces. El ahorro y la inversión serán un desperdicio cuando gestores a los que les falte visión de futuro y prudencia dirijan los negocios o cuando aparezcan disposiciones institucionales que alteren, transformen y destruyan estas cualidades emprendedoras.
Capital monetario y real
Solo de puede agregar capital y determinar el cambio de su tamaño como una herramienta contable (como “capital monetario”). Como herramienta contable, el capital es la representación monetaria de los bienes reales de capital en el proceso de producción. El capital en su existencia concreta como bienes de capital no crece por sí mismo ni puede almacenarse a lo largo del tiempo. Se puede ahorrar dinero, pero no se pueden almacenar bienes de capital sin pérdidas. Los bienes de capital abandonados decaen y durante el proceso de producción se deterioran y desaparecen de este. El capital monetario no genera la producción que genera beneficios e intereses. El capital genera un rendimiento cuando los emprendedores con ánimo de lucro remodelan la estructura de producción para cambiar las condiciones al emplear mano de obra y encontrar y usar nuevas técnicas de producción.
La idea tiene importantes implicaciones para el sistema de pensiones. Dice que el miembro individual de un grupo generacional puede mejorar su riqueza futura en relación con la media ahorrando más, pero que las condiciones de la economía en el futuro determinarán el nivel general de bienestar. Más aún, la teoría de Böhm-Bawerk explica que los ahorros no contribuirán al nivel general del bienestar futuro cuando las personas de un grupo de compradores invierten en bonos públicos como forma de “ahorro”. El déficit público anula el ahorro neto del inversor privado y la cantidad total de ahorro nacional permanece inalterada. Solo pueden contar como inversión aquellos ahorros que van a manos del emprendedor que los usa para mantener, ampliar y reordenar la estructura de capital de la economía en busca de beneficios.
Capital financiero
La bolsa no es una máquina de generación de riqueza. Esperar que inversiones financieras hoy garanticen un rendimiento en tiempos posteriores es una creencia ilusoria. Igualmente, más contribuciones a la seguridad social no garantizan pensiones más altas posteriormente. Prestar más dinero al gobierno o pagar contribuciones más altas no aumenta las existencias de capital. Los gobiernos gastan la mayoría del dinero en salarios y otras cosas que se consumen. Al ahorrar mediante bonos públicos, hay poca diferencia entre el plan de pensiones de “paga mientras tanto” y un sistema basado en capital. En ambos casos, los ahorros de un grupo son consumo para otro y no se produce ninguna formación de capital real.
La acumulación de activos financieros puede ser una inversión desde la perspectiva personal, pero no significa que se cree capital real. Invertir en acciones no crea más capital real. La mayoría del comercio bursátil es una rotación de propiedad. Unas mayores valoraciones bursátiles parecen una creación de riqueza real, pero no es el precio de un activo lo que significa riqueza, sino los beneficios que provienen del proceso de producción. Lo que importa para el nivel de riqueza en el futuro es el flujo futuro de rentas que resulten de la actividad emprendedora generadora de beneficios. El ahorro monetario no es necesariamente inversión y la inversión no es automáticamente formación de capital.
Ahorro
La manera de ahorrar para el futuro es conservar el capitalismo emprendedor. Para que una nación se haga rica, sus ahorros deben llegar a las manos de emprendedores capaces. Para continuar con la creación de riqueza y la prosperidad, los emprendedores deben reordenar la estructura de capital. Los ahorros son los flujos de entrada para este proceso. Los ahorros no se convierten en inversiones lucrativas por sí mismos. Para generar ahorro y poner las bases para la prosperidad, la economía necesita emprendedores con visión de futuro que se dedican a remodelar la estructura de producción en busca de beneficios.
Una mayor productividad no garantiza que continuará así en el futuro. Para preservar y mejorar el capital, se necesita una gestión emprendedora incesante. El mantenimiento del capital y su acumulación necesitan ahorro e inversión perpetuos y continuas reordenaciones de la estructura de capital bajo la guía de los emprendedores. El declive económico de un país viene con el declive de su clase emprendedora e igualmente el auge de una nación deriva de la competencia y creatividad de sus emprendedores.
Bajo un sistema económico socialista, el ahorro y la inversión se unen a la destrucción del capital. Pero también en los países capitalistas, el ahorro, la inversión y el crecimiento económico pueden engañar como indicadores del rendimiento futuro de una economía. Si solo importara la inversión agregada, el desarrollo económico y la creación constante de riqueza serían sencillos. Las economías pobres podrían convertirse en ricas en poco tiempo tomando prestado en el exterior y las economías ricas, donde hay ahorro disponible, podrían elegir los niveles de riqueza que prefirieran.
El crecimiento económico requiere más que ahorro e inversión e incluso junto con el progreso tecnológico, estas condiciones no bastan. Solo cuando el ahorro llega a las manos de empresas que se adaptan a las condiciones del mercado, la inversión contribuirá a la prosperidad futura. La calidad emprendedora de la gestión y las condiciones socioeconómicas generales determinan si el ahorro se coloca en un uso apropiado o se desperdicia. El desarrollo económico es solo en parte un asunto de ahorro e inversión. Son condiciones necesarias. Lo que cuenta es la capacidad emprendedora.
Conclusión
El consumo actual proviene de la producción actual. No se pueden pre-producir por adelantado los bienes que se necesiten en un futuro distante. La provisión para el consumo es un proceso continuo. Como la demanda futura será distinta de la actual, la estructura de capital que existe hoy no será adecuada en tiempos posteriores. Solo la adaptación constante y la nueva formación de capital pueden asegurar que el proceso de producción proporcionará el flujo de bienes de consumo en el porvenir. Lograr esto es la tarea genuina del emprendedor.