Argentina ha sido el mejor ejemplo de política contraproducente durante la mayor parte del siglo pasado. A principios del siglo XX, era uno de los países más ricos del mundo; ahora es uno de los más pobres. Más impuestos, regulaciones e inflación que la mayoría de los países han devorado gran parte del capital que se generó durante la época del capitalismo argentino de antaño. Aunque la administración que gobernaba antes de la actual se inclinaba hacia la derecha, su era terminó en decepción, ya que no se lograron las reformas de mercado necesarias porque la coalición incluía grupos socialistas.
De esta situación surge Javier Milei. Nacido en 1970, decidió que quería ser economista a los doce años al vivir la hiperinflación. Hacia 2014, se convirtió en austriaco casi de la noche a la mañana tras leer la monografía de Murray Rothbard sobre la teoría del monopolio, lo que le llevó a leer todo lo que cayó en sus manos de Rothbard, Ludwig von Mises y otros austriacos. De 2014 a 2021 Milei apareció regularmente en televisión como economista defendiendo las ideas libertarias, en un momento en que llamar a alguien libertario era visto como un insulto en Argentina.
En las elecciones de 2021, su grupo se convirtió en el tercero más fuerte del país y obtuvo cuatro de los 257 escaños de la Cámara de Diputados en su primera aparición. Milei es ahora miembro del Congreso de Argentina y hace campaña abiertamente para las elecciones presidenciales que tendrán lugar en 2023. Su aumento exponencial de la popularidad ha hecho que Milei y sus oponentes se tomen muy en serio la posibilidad de su victoria. Quiere reducir el número de ministerios de veinte a ocho, de los cuales ya tiene cuatro funcionando como ministerios en la sombra: economía, relaciones exteriores, bienestar e infraestructuras.
En su juventud, Milei fue futbolista semiprofesional y miembro de una banda de rock. Sus seguidores le tratan como a una estrella, y muchos se han vuelto tan apasionados como él en el caso moral contra el Estado. Los jóvenes son su principal apoyo. Incluso los alumnos de secundaria de toda Argentina recitan ahora el principio de no agresión. Su apoyo crece progresivamente a medida que los jóvenes contagian a sus padres y abuelos con las ideas de la libertad.
Milei es actualmente el principal candidato presidencial. Una encuesta reciente de la Universidad de San Andrés muestra que en los escenarios con candidatos nombrados, Milei es el único con más del 20 por ciento de los votos para la primera ronda de votación. Si Milei obtuviera más del 20 por ciento de los votos, este escenario daría lugar a una segunda ronda de votación entre los dos primeros candidatos. El consenso actual es que si Milei se presentara a una segunda ronda, la ganaría porque los partidarios de las otras dos coaliciones principales se oponen menos a Milei que entre sí.
Milei está siendo muy transparente sobre su plan de reformas, que parece ser muy prudente y puede esperar obtener un amplio apoyo. Se trata de un proceso de convergencia que haría que Argentina alcanzara a Estados Unidos en términos de producto interior bruto per cápita en un periodo de treinta y cinco años, con dos tercios del crecimiento en el primer tercio del periodo. El plan está estructurado en tres generaciones de reformas que deben desplegarse en una secuencia específica.
La primera generación incluye una reforma fiscal, laboral, comercial y monetaria. La reforma fiscal se traducirá en una fuerte reducción del gasto público, de los impuestos y de las variedades impositivas. La reforma laboral aumentará la flexibilidad de los futuros contratos de trabajo, facilitando la contratación y el despido de empleados. La reforma comercial establecerá el libre comercio unilateral, sin aranceles, cuotas ni restricciones a la importación y exportación.
La reforma monetaria hará que el sistema financiero pase de las reservas fraccionarias a una clara separación entre los depósitos a la vista, que tendrán que ser de reserva total, y la banca de inversión, que incluirá los depósitos a plazo y otros productos, haciendo que el sistema sea inmune a las corridas bancarias. También se eliminarán las regulaciones y aumentará la competencia. El banco central será liquidado y el peso argentino dejará de existir. Será legal realizar transacciones y denominar los contratos en el dinero que cada uno elija.
La segunda generación del plan de Milei incluye reformas de las pensiones y de la asistencia social. La reforma de las pensiones privatizará las pensiones y permitirá a los empleados federales jubilarse anticipadamente para aumentar el empleo en el sector privado. La reforma de la asistencia social reestructurará la asistencia social para incentivar el empleo. La tercera generación del plan incluye reformas de la sanidad y la educación. La reforma sanitaria impulsará una mayor privatización del sistema sanitario y la eliminación de las regulaciones. La reforma de la educación dará libertad a cada escuela para adoptar su propio plan de estudios y transformará el sistema de vales para el gasto educativo con el fin de incentivar la competencia escolar.
Todavía falta más de un año para las elecciones. Las condiciones y las tendencias están sujetas a cambios. Sin embargo, si la tendencia actual continúa, a Argentina le esperan grandes cambios en la dirección correcta. Siempre es imposible predecir cómo gobernará alguien después de ser elegido, pero después de un siglo de políticas estatistas ruinosas, se puede esperar que un gobierno de Milei comience a deshacer el desastroso pasado de Argentina.