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Los soldaditos de plomo y Nixon vienen...

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La acción estudiantil en los campus universitarios contra la participación de EEUU en la matanza de Gaza por Israel ha estallado en todo el país. De repente se respira en el aire la sensación de las protestas contra la guerra de Vietnam cuando finalmente se pusieron de moda en 1968 y poco después cambiaron el curso de la historia de los EEUU.

Ambos movimientos de protesta fueron totalmente demonizados por las mismas fuerzas del régimen dominante de izquierda/derecha y lo que el escritor libertario Jacob Hornberger llama acertadamente como el  «Estado de Seguridad Nacional». Yo añadiría los medios de comunicación dominantes, desde Fox a MSNBC. Pero en estos días hay relativamente más libertad de expresión disponible para los americanos a través de algunos de los medios de comunicación social. La guerra del gobierno de los EEUU contra uno de estos medios —TikTok— también puede estar alimentando las protestas, ya que este medio es particularmente popular entre los americanos más jóvenes y se ha convertido en la plataforma para que escuchen opiniones más objetivas e independientes sobre lo que está sucediendo en Gaza. No debe considerarse una coincidencia que poco después de que Jonathan Greenblat, de la Liga Antidifamación, fuera grabado entrando en pánico sobre el alejamiento de la lealtad a Israel entre las generaciones más jóvenes, surgiera una gran operación de relaciones públicas sobre la «infiltración china» en la plataforma, así como llamamientos a prohibir la popular aplicación.

 «Tenemos un gran, gran, gran problema generacional (TikTok)», dijo Greenblat. La semana pasada, ambas Cámaras del Congreso votaron a favor de prohibir TikTok. ¿Problema resuelto? No exactamente.

 Volvamos a las protestas.

Decenas de miles de estudiantes, desde la Universidad de Columbia de Nueva York hasta la Universidad del Sur de California, se han levantado para exigir el fin del apoyo de los EEUU a la demolición total de Gaza por parte de Israel durante 200 días —y contando— en represalia por la sangrienta incursión de Hamás en territorio israelí el 7 de octubre.

Hasta la fecha, han muerto más de 35.000 civiles palestinos en Gaza, entre ellos unos 15.000 niños. Hamás, por el contrario, al parecer no ha sufrido una degradación significativa y su enorme sistema de túneles permanece intacto. El ex general de las Fuerzas de Defensa israelíes Yitzhak Brick declaró el periódico israelí,  Maariv que Israel ya ha perdido la guerra contra Hamás y debe admitirlo.

La salvaje desproporcionalidad de la respuesta israelí ha animado y encendido el sentimiento de repulsa y la exigencia de justicia entre la juventud de la nación. Más recientemente, los espeluznantes detalles de la aparente masacre israelí de cientos de pacientes en el Hospital Nasser de Gaza —muchos descubiertos con las manos y los pies atados— pueden haber sido la gota que colmó el vaso y provocó la acción estudiantil masiva en todo el país.

Cuando la oleada de protestas estudiantiles se instaló en el Estado de la Estrella Solitaria el miércoles, el gobernador de Texas, Gregg Abbott, no perdió el tiempo y llamó a las tropas del estado de Texas para aplastar la protesta en la Universidad de Texas. Tropas fuertemente armadas —algunas a a caballo— marcharon hacia el campus intentando obligar a la multitud de manifestantes a dispersarse. Como era de esperar, la situación se les fue de las manos rápidamente, agredieron y detuvieron a los participantes en lo que comenzó como una protesta pacífica.

Poco después de enviar a la milicia estatal fuertemente armada contra los manifestantes estudiantiles, Abbot publicó este Tweet:

Las detenciones se están realizando en este momento y continuarán hasta que la multitud se disperse.
 

Estos manifestantes deben ir a la cárcel.

El antisemitismo no será tolerado en Texas. Punto.

Los estudiantes que participen en protestas llenas de odio y antisemitismo en cualquier colegio o universidad pública de Texas deben ser expulsados. https://t.co/XhLlQdvUl0

— Greg Abbott (@GregAbbott_TX) 24 de abril de 2024

La acusación general de Abbott de que estas protestas son a primera vista antisemitas queda desmentida por el hecho de que judíos de todo el país están participando en la acción de masas, incluso en los campus universitarios.

Es evidente que se está intentando confundir la legítima preocupación por la matanza de decenas de miles de civiles palestinos —y la hambruna a la que se enfrentan cientos de miles— con el odio generalizado al pueblo judío. Pero los jóvenes no se lo creen. Así que es hora de enviar a la policía militarizada para acabar con las protestas pacíficas y la Primera Enmienda.

En el caso de Texas, un descarado usuario conservador de Twitter/X  señaló que «Abbott mandó más tropas para acabar con las protestas pacíficas en la UT que para asegurar la frontera».

Ouch — pero revelador.

Otros observadores han señalado la hipocresía del despliegue masivo de policía militarizada para sofocar una protesta política pacífica, comentando sobre un montaje de vídeo de la policía golpeando y deteniendo a estudiantes universitarios americanos que, «imagínense si este vídeo saliera de la Universidad de Teherán en Irán, nuestros políticos y medios de comunicación harían llamamientos interminables para un cambio de régimen».

En todo el país, muchas personas «influencer» de la derecha política profesional están actuando como los «copos de nieve despiertos» de los que se han burlado, exigiendo que nuestra libertad fundamental de reunirnos libremente y decir lo que pensamos se modifique en este caso concreto debido al tema tratado.

Muchos «derechistas profesionales» han hecho todo lo posible para tratar de convencernos de que estos manifestantes son idénticos a los manifestantes de BLM de hace varios años. Matt Walsh en el Daily Wire publicó un podcast hoy afirmando que, «El movimiento ‘Free Palestine’ es sólo BLM reempaquetado». 

El problema en su cálculo y en el del resto de ellos es que las autoridades estatales y locales no moverían un dedo para detener los disturbios de BLM y, sin embargo, se parten la cabeza enérgicamente entre las protestas palestinas.

Walsh incluso pareció percibir la incoherencia de su lógica, cuestionando la medida del gobernador Abbott contra los manifestantes al tuitear: «¿Abbott detuvo alguna vez a los manifestantes de Black Lives Matter por antiblancos? ¿Es el antisemitismo la única ideología de odio no permitida en Texas? ¿Está legalmente permitido odiar a algunos grupos, pero no a otros?».

Él añadió en una crítica a la sugerencia de Abbot de que los manifestantes estaban siendo arrestados por «antisemitismo», que «si los está arrestando por un campamento ilegal o por hacer amenazas, entonces dígalo. Pero detener a gente por ‘antisemitismo’ es obviamente una clara violación de la Primera Enmienda. No soporto a estos manifestantes, pero no se puede detener a la gente simplemente por tener opiniones ‘odiosas’».

Merece crédito por esta observación.

Como suele ocurrir, la acción de los agentes estatales contra este movimiento de protesta no hará sino fortalecerlo. Ni siquiera hemos visto el principio de lo que nos espera.

Las encuestas muestran claramente que una mayoría considerable en América cree que Israel ha ido demasiado lejos en su reacción al 7 de octubre. Por primera vez en mi vida, América se opone mayoritariamente a Israel, y ese cambio es más que nada un cambio generacional. De ahí el pánico de Greenblat.

Este movimiento está cobrando fuerza y amenaza con convertir la gran ceremonia de coronación de la Convención Demócrata de Biden en la desastrosa Convención Demócrata de 1968 en Chicago, donde la campaña de Lyndon Johnson fue a morir. Irónicamente, la convención del Partido Demócrata de este año se celebrará en... ¡Chicago!

El 4 de mayo se cumplirán 54 años desde que la Guardia Nacional de Nixon asesinó a cuatro estudiantes en la Universidad estatal de Kent, en Ohio, por protestar contra nuestros escuadrones de la muerte en Vietnam (masacre de My Lai). ¿Empezarán los soldados de EEUU a matar manifestantes de nuevo? 

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Image Source: Adobe Stock
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