Todas las grandes narrativas deben llegar a su fin. Nadie puede predecir si la narrativa de la inflación transitoria volverá alguna vez. Pero por ahora, la Reserva Federal y el Tesoro han retirado oficialmente su eslogan principal.
Ayer, el New York Times informó de que la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, había declarado:
Estoy dispuesto a jubilar la palabra transitoria... Estoy de acuerdo en que no ha sido una descripción adecuada de lo que estamos tratando.
Esto parece una admisión ligera de un error cometido por la autoridad central de planificación, que durante varios meses nos dijo que esta inflación se creía de naturaleza transitoria. Errores como éste ilustran el problema de la planificación, ya que no hay ningún resultado negativo ni coste para el planificador por cometer tales errores.
La respuesta de Yellen fue una continuación de la del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, que a principios de semana declaró ante el Congreso, citado por la CNBC:
...probablemente sea un buen momento para jubilar esa palabra (transitoria) y tratar de explicar más claramente lo que queremos decir.
Así, tanto Powell como Yellen han dejado explícitamente de lado la inflación transitoria. Pero, como sabe cualquier narrador, el cierre de una narración permite la apertura de otra. Según Yellen, la difusión de nuevas variantes ha «cambiado ese cálculo», pasando a decir:
Ahora la nueva variante, la variante Ómicron, la pandemia podría estar con nosotros durante bastante tiempo y es de esperar que no ahogue completamente la actividad económica, pero que afecte a nuestro comportamiento de manera que contribuya a la inflación.
Sin prestar atención al balance de 8,7 billones de dólares de la Reserva Federal ni a la masa monetaria M2 de 21 billones de dólares, la atención se centra en un virus aún poco conocido.
Y cuanto más leemos, mejor (o peor) se pone. El New York Times continúa explicando la posición de Yellen y cómo Ómicron podría significar problemas en el futuro:
Podría atascar aún más las cadenas de suministro y alimentar la inflación, señaló, pero si frena el crecimiento económico podría amortiguar el aumento de los precios. No obstante, advirtió que podría causar «problemas importantes».
Curiosamente, el Congreso nunca preguntó a Powell sobre las nuevas variantes. Pero el presidente de la Fed de Nueva York, John Williams, habló de ellas, señalando que podrían:
...frenar la actividad económica y exacerbar las presiones inflacionistas.
Con el fin de la narrativa de la inflación transitoria y el comienzo de la narrativa de las nuevas variantes, ha sido una semana bastante interesante para nuestros planificadores económicos. Una lista exhaustiva de lo que se puede aprender de esto resulta demasiado onerosa para recopilarla. Pero lo que queda claro es que siempre habrá algo que amenace la estabilidad de la economía. Siempre habrá un nuevo problema que ataque a los vulnerables, a los débiles y a los pobres. Siempre habrá una fuerza externa que pueda desestabilizar a Estados Unidos, a su clase trabajadora y a sus trabajadores pobres. Si no está claro a estas alturas, ese problema económico exógeno se llama Reserva Federal. Y, la crisis nunca se resolverá mientras sigan provocando auges económicos con una mano y bustos económicos con la otra.