Los socialistas demócratas en Estados Unidos están tratando de presentar su ideología como algo nuevo, cuando de hecho, solo están recauchutando ideas anticuadas que la historia ya ha refutado. Son ideas que han llevado a la devastación económica de cada país en el que se han implementado.
Habiendo visto los efectos de esta ideología en nuestras comunidades en Venezuela, nos sentimos obligados a advertir a los estadounidenses que, si permiten que el socialismo se extienda en los Estados Unidos como lo ha hecho en Venezuela, condenarán a su país a un futuro de miseria.
Sabemos que los jóvenes, a veces, se enamoran de los ideales utópicos. Los movimientos que los atienden a menudo se etiquetan como muchos movimientos diferentes, ya sean “socialdemócratas”, “cristianos sociales“ o “progresistas”. Estos movimientos trabajan arduamente para dirigir sus discursos y campañas a los jóvenes.
No hay nada nuevo sobre esto. Incluso Friedrich Hayek admitió que una vez creyó en este sistema cuando era joven, y señaló que “el socialismo prometió cumplir nuestras esperanzas de un mundo más racional y más justo... hemos estado buscando mejoras en la dirección equivocada”.
Ahora, los jóvenes estadounidenses están escuchando y creyendo en promesas similares a las que hicieron los venezolanos en los años 50 y hasta bien entrado el período del chavismo, que comenzó en 1998. Las promesas incluyen “atención médica gratuita”, “educación gratuita”, “derecho a un trabajo”, “vivienda gratuita”, “control de armas” y, por supuesto, el antiguo lema socialista “un Estado que trabaje para usted” (lo que realmente significa, “te apoya“)
Es evidente que una nueva generación de políticos quiere ser elegida sobre esta base, y han encontrado una manera de ganar movilizando a las personas que están de acuerdo con sus ideas. Entonces, continuarán promoviendo un clima de confrontación y división porque no tienen interés en convencer a otros que ya no piensan como ellos.
Al igual que Hugo Chávez en su momento, esta nueva generación de políticos estadounidenses cuenta con el apoyo de casi todos los medios de comunicación tradicionales, algunas elites económicas y el mundo académico. Han sido invitados a aparecer en muchos de los programas de televisión más importantes, lo que les brinda una excelente plataforma y aumentan su presencia en los medios de comunicación, y generalmente son tratados con una indulgencia suave y delicada. Mientras que otros políticos tienen que luchar por abrir sus propios espacios en los medios de comunicación y manejar a entrevistadores groseros y poco amistosos, estos políticos amigables con el socialismo lo han tenido todo, como decimos en Venezuela “servido en bandeja de plata”. Es cierto que los distribuidores de ideas de segunda mano todavía hacen su trabajo, como afirmó Hayek.
Finalmente, los estadounidenses tienen que estar seguros de algo. La devastación que viene con una victoria política socialista no ocurrirá de inmediato. En nuestro país, se necesitaron 40 años de erradicación progresiva de nuestra libertad económica, antes del chavismo, para revertir el gran éxito económico del “milagro económico” que disfrutamos desde 1950 hasta 1958. El problema es que las bases de este movimiento en los Estados Unidos está sembrando las semillas de un cambio cultural y educativo, como se hizo entre 1958 y 1998 en Venezuela. No sucederá de inmediato, pero con el tiempo, la idea de obtener algo por nada podría llegar a dominar y en ese momento, como ocurre actualmente en Venezuela, será casi imposible recuperar la libertad a través de un sistema democrático. En ese punto, sería necesario replicar la experiencia de Singapur.