No recuerdo la última vez que escuché algo en la National Public Radio en defensa del ahorro, pero ahí estaba, en el segmento de Marketplace de esta mañana sobre el nuevo libro de Karen Petrou Engine of Inequality: The Fed and the Future of Wealth in America. El ahorro, afirma Petrou, es el «motor de la acumulación de la riqueza». Petrou, cuyo trabajo ha sido discutido en estas páginas antes, identifica la expansión monetaria masiva y sin precedentes de la Fed desde 2008 como un motor principal de la desigualdad en los Estados Unidos. Como explica al presentador David Brancaccio:
El coste de ser de clase media, incluso media-alta, y de ingresos bajos o moderados, ha subido mucho. Así que todos, excepto el 10% de los estadounidenses más ricos, ya tienen más deudas que activos. No necesitamos más deuda, necesitamos más empleo y crecimiento económico. Y necesitamos críticamente el ahorro. Ese es el motor de la acumulación de riqueza. Y ahora mismo, si pones tu dinero en tu cuenta de ahorros, pierdes dinero porque los tipos son negativos en términos reales, y lo han sido prácticamente desde 2008. Ahorrar es un juego perdedor. Invertir es un juego ganador, pero la mayoría de los estadounidenses no están en el mercado de valores. El 1% de los estadounidenses más ricos tienen más de la mitad de las acciones.
Por supuesto, los austriacos llevan argumentando desde mucho antes de 2008 que el motor del progreso económico, no sólo para los individuos sino para la economía en su conjunto, es la acumulación de capital a través del ahorro y la inversión, no la «demanda agregada» alimentada por el estímulo monetario y fiscal. A Petrou le interesa la desigualdad individual y familiar, no el crecimiento económico. Dado que la desigualdad es el tema de moda entre la intelligentsia, su libro está teniendo una buena acogida. Es cierto que las políticas de la Reserva Federal han exacerbado la desigualdad y, aunque esa no es la crítica más importante a la Reserva Federal o a la banca central en sí, parece estar ganando popularidad. Incluso Ben Bernanke se sintió obligado a responder a las críticas, aunque de forma poco convincente.
Algunos austriacos, como Zoran Balanc, Karl-Friedrich Israel y Louis Rouanet, han escrito recientemente sobre los efectos de la banca central en la desigualdad. El libro de Petrou debería contribuir a arrojar más luz sobre este debate.