La elección de Javier Milei trae consigo el primer líder mundial anarcocapitalista de la historia. Aunque prolífico en el mundo hispanohablante, los angloparlantes saben muy poco de las opiniones del argentino. El hecho de que encabece el Partido Libertario de Argentina es un indicio de la dirección que toma su política.
A principios de este año, Philipp Bagus y yo editamos un libro en dos volúmenes en honor de Jesús Huerta de Soto. Milei escribió un capítulo titulado «Capitalism, Socialism, and the Neoclassical Trap». Que yo sepa, es el único escrito de Milei hecho directamente en inglés para un público inglés.
Si alguien duda de las credenciales de Milei, el capítulo es una crítica mordaz de la teoría neoclásica del crecimiento. También ofrece una alternativa rothbardiana en toda regla. Los trabajos de Mises sobre el intervencionismo y el problema del conocimiento de Hayek constituyen la base de su análisis.
Hablando de análisis económico neoclásico, Milei escribe:
Obsérvese que siempre que surgen situaciones que no se ajustan a la estructura matemática, se consideran «fallos del mercado», y ahí es donde aparece el gobierno para corregir esos fallos. Sin embargo, para resolver con éxito este problema, se supone que el gobierno conoce la función de utilidad de todos los individuos (preferencias) para el pasado, el presente, el futuro, la tasa de preferencia temporal y conoce el estado de la tecnología actual y todas las mejoras futuras, junto con sus respectivas tasas de amortización. En resumen, para resolver el problema en cuestión, el gobierno debería ser capaz de dominar una cantidad significativa de información que, por definición, los propios individuos ignoran o no son capaces de manejar, lo que expone que la idea de que el Estado benefactor actúe sobre el mercado para corregir fallos es una contradicción.
Además, Milei concluye que:
cuando quede claro que la corrección de los fallos del mercado por parte del gobierno, tal y como propone el paradigma neoclásico, es conceptualmente inválida, teniendo en cuenta que los únicos que pueden internalizar esos efectos son los individuos, una vez eliminada la separación artificial de los procesos de toma de decisiones, ya no habrá razón para la intervención gubernamental, lo que no sólo detendrá el avance socialista sino que nos permitirá contraatacar.
Este no es el líder sudamericano de tu abuelo que politiza bajo la influencia de los economistas neoclásicos «Chicago Boy». Milei es un libertario en toda regla. Su Partido Libertario ganó ayer la segunda vuelta de las elecciones al obtener diecinueve de los veintidós estados argentinos y el 56% del voto popular. Una pluralidad de votantes argentinos también debe estar harta tras décadas de socialismo.