Razón versus emoción en economía: una respuesta praxeológica
El campo de la economía conductista resta importancia al papel de la praxeología intencionada en la economía. La economía austriaca no comete ese error.
El campo de la economía conductista resta importancia al papel de la praxeología intencionada en la economía. La economía austriaca no comete ese error.
A medida que la administración Biden aumenta el gasto público —y el déficit presupuestario— hasta niveles nunca vistos en tiempos de paz, la realidad se impone. Ninguna economía ni ninguna moneda puede resistir este ataque explosivo durante mucho tiempo.
La prosperidad moderna es asombrosa, pero puede desaparecer rápidamente si falla nuestra unidad monetaria. Tenemos que seguir luchando por una moneda sana.
El Estado leviatán de EEUU no sería posible sin que la Fed avalara su crecimiento. Pero la Fed no es todopoderosa, ni puede seguir existiendo sólo creando caos.
Mientras las élites gobernantes y la Reserva Federal intentan vender el dinero digital como «moderno» y «cómodo», plantea amenazas a la privacidad financiera y a las libertades civiles.
La revolución de la inteligencia artificial y la robótica continúa. A medida que los empresarios encuentran nuevas formas de utilizar estas cosas de forma rentable, aumenta la riqueza general de las naciones.
¿Harto del régimen de vigilancia del Estado? Hay formas de utilizar la tecnología disponible para frustrar los esfuerzos del gobierno por espiarte.
Deja a los jueces y políticos del gobierno convertir las protecciones constitucionales de la libertad de expresión en nuevas formas de centralizar y aumentar el poder del Estado.
Incluso algo que parece tan objetivo como el desarrollo de software entra dentro de la visión austriaca de la utilidad subjetiva.
En lugar de los habituales candidatos estatistas, los votantes argentinos tienen la oportunidad de elegir a un rothbardiano que aboga por cambios radicales de libre mercado en la economía nacional.