La víctima de la Gran Depresión
La historia popular dice que el gasto gubernamental masivo —posible gracias al fin del patrón oro— puso fin a la Gran Depresión. Como de costumbre, la historia popular está equivocada.
La historia popular dice que el gasto gubernamental masivo —posible gracias al fin del patrón oro— puso fin a la Gran Depresión. Como de costumbre, la historia popular está equivocada.
Lo que a menudo pasa por caridad hoy en día es poco más que multimillonarios progresistas que intentan imponer el Gran Reajuste a súbditos que no están dispuestos a ello.
Grupos disidentes están formando micronaciones para liberarse de gobiernos anquilosados. No cabe duda de que esta tendencia continuará.
La senadora Elizabeth Warren quiere someter la criptomoneda a las leyes federales de blanqueo de dinero y otras regulaciones. No entiende cómo funciona ese sistema.
Los economistas keynesianos fantasean con que una economía de mercado no puede «ganar tracción» sin planes de «estímulo» por parte del gobierno. Al final, lo único que se estimula son la inflación y la recesión.
¿Contribuye el sistema regulador a garantizar medicamentos seguros y eficaces? ¿Protege el sistema a los consumidores de medicamentos? Los casos judiciales nos dicen lo
contrario.
En una economía de mercado, el oro es dinero sano. No hay necesidad de autoridades monetarias cuando gobierna el oro.
Los socialistas no sólo quieren quitarte tus propiedades, sino que también exigen el control de tus hijos y seres queridos.
Los progresistas afirman que las naciones pobres son así porque las naciones ricas las explotan a través del sistema capitalista. Resulta que las instituciones culturales son los indicadores más importantes de riqueza y pobreza.
La Comisión Federal de Comercio solicita una sentencia antimonopolio contra Microsoft por su movimiento para adquirir Activision. Como todas las demás acciones antimonopolio, ésta carece de fundamento económico.