Descentralización y secesión

Dejemos a un lado la tentadora tarea política de especular sobre lo que podría suceder en caso de que se produzca un Brexit sin acuerdo, ¿qué podemos decir con certeza que sucederá?

En 1986, ocho gobernadores amenazaron con vetar el despliegue de tropas estatales en Centroamérica. Los generales y políticos de Washington respondieron destruyendo aún más la independencia del estado y la cláusula de la milicia de la Segunda Enmienda.

Para Bruselas, ceder ante el Brexit fomenta la rebelión de las poblaciones descontentas de otros Estados miembros, pero ¿tienen realmente una opción?

Los medios de comunicación del establishment todavía se equivocan con el Brexit. El enfoque duro de Johnson podría ser una gran victoria para el Reino Unido.

Estados Unidos no es una nación. Desde el principio fue más bien una colección de varias naciones unidas por ideas de unidad política y por niveles bastante altos de tolerancia hacia otros grupos dentro de esa unión. Los Estados Unidos ciertamente contienen naciones, pero nunca fueron una sola nación.

En dos casos recientes, Neil Gorsuch se unió al ala «liberal» de la Corte para unirse a las tribus indias en la mejora de la soberanía tribal. Esto es bueno para limitar y descentralizar el poder del Estado.

No hay evidencia de que los ciudadanos privados debidamente entrenados y armados harían un trabajo peor que el personal de las «fuerzas de seguridad» del Estado en la mejora de la seguridad en las escuelas.

Para destruir la República en favor del imperio, los nuevos dictadores romanos desmantelaron sistemáticamente el sistema de autonomía y autogobierno local de la República.

Algunos estados han propuesto cambiar las leyes que prohíben a los gobiernos locales usar políticas de vivienda como el control de alquileres. El control de los alquileres es terrible, pero no hay razón para creer que los gobiernos estatales deban dictar la política de vivienda a los gobiernos locales.

Aquellos que desean representar a Ludwig von Mises como el «moderado», en comparación con el más radical Murray Rothbard, a menudo señalarán que Mises no era «anarquista». Esta afirmación, sin embargo, entra en problemas cuando consideramos los comentarios de Mises en su libro Liberalismo.